Mundo en llamas

domingo 08 de septiembre de 2019 | 4:00hs.
Mundo en llamas
Mundo en llamas
En Sudamérica, la Amazonía arde. Del otro lado del mundo, en África central, vastas extensiones de la sabana están en llamas. Las regiones árticas en Siberia se queman a un ritmo sin precedentes.
Aunque los incendios en Brasil se han convertido en una crisis internacional son sólo una parte de los muchos que suceden alrededor del mundo. Su mayor severidad y dispersión a lugares donde antes rara vez había quemas provoca temor de que el cambio climático esté exacerbando el peligro.
Las temperaturas más calientes y condiciones más secas “van a seguir coadyuvando al potencial de un incendio”, advirtió  John Abatzoglou, profesor adjunto del Departamento de Geología en la Universidad de Idaho.
Los incendios forestales contribuyen al cambio climático no sólo porque liberan en la atmósfera dióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero, sino también porque matan árboles y vegetación, los cuales eliminan del aire las emisiones responsables de alterar el clima.
Desde julio, los incendios han reducido a cenizas aproximadamente 2,5 millones de hectáreas de bosques siberianos. En Alaska, han consumido más de un millón de hectáreas de tundra y bosques nevosos.
El Ártico se está calentando dos veces más rápido que el resto del planeta. Y a pesar de que se suele describir a la Amazonía como el Pulmón del Mundo, aludiendo a la capacidad de este bosque de producir oxígeno y almacenar dióxido de carbono, otros bosques como los de Siberia son tan importantes para el sistema climatológico del mundo como los bosques tropicales.
Una de las razones por las que los incendios en los bosques árticos son especialmente preocupantes es que, además de que se queman árboles y pastizales, también se incendia la turba, un material orgánico parecido a la tierra que está en el suelo y que, por ser rico en carbono, al quemarse emite mucho más dióxido de carbono que los árboles por cada hectárea que se consume.
Antes, los incendios de turba en climas septentrionales eran raros porque había más humedad.
La crisis en la Amazonia es un ejemplo de fuegos que se prenden deliberadamente, a fin de desmontar tierras que se usan para cultivar o para que el ganado paste. En el caso de Brasil, la razón es la demanda mundial de soja y ganado vacuno. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, defendió la expansión de la industria agrícola y descartó la idea de aumentar protecciones a grupos indígenas que viven en la selva.
De cualquier manera, “aún no sabemos qué porción del área se ha incendiado”, advirtió Laura C. Schneider, profesora adjunta del Departamento de Geografía de la Universidad de Rutgers.
En el sureste asiático, 71% de las turberas (un tipo de humedal) se perdió en Sumatra, Borneo y Malasia peninsular entre 1990 y 2015. En muchos casos los bosques fueron reemplazados por plantaciones para producir aceite de palma, uno de los cultivos más importantes de la región que se usa en una variedad de productos, desde galletas hasta perfume.
En 2015, el esmog y la bruma del fuego en las turberas fueron tan severos que es probable que hayan ocasionado la muerte de cien mil personas, de acuerdo con un estudio publicado al año siguiente. A raíz de la bruma de aquel año, el gobierno adoptó medidas para reducir el número de incendios, pero este año la bruma regresó.
Aunque ambos involucran la quema de turba, los incendios en Indonesia son diferentes de los que están sucediendo en las zonas septentrionales del mundo, como el Ártico. A mediados de este año, se desataron incendios forestales en toda la región, incluyendo Alaska, Groenlandia y Siberia, en lugares que no solían incendiarse.
El fuego se enciende a causa de las temperaturas más altas que secan las plantas y las hace más inflamables. Muchos investigadores dicen que el calor es una señal del cambio climático en una región que se ha calentado con mayor rapidez que el resto del mundo. Por ejemplo, a mediados de este año partes de Alaska rompieron récords: Anchorage alcanzó la temperatura histórica de 32 grados centígrados el 4 de julio, cuando el promedio para esa fecha es de 23 grados.
Durante los primeros 18 días de agosto, los incendios en el Ártico emitieron 42 megatoneladas de dióxido de carbono. 

Medioambiente, un tema central para el Papa

Más que cualquiera de sus predecesores, el papa Francisco ha hecho de las preocupaciones medioambientales uno de los pilares de su papado, relacionando el calentamiento global con la persistente explotación de los más pobres a manos de los más ricos. Además, publicó una encíclica sobre la necesidad de cuidar de la creación de Dios y el próximo mes presidirá una reunión de obispos de la Amazonia, donde una oleada de incendios forestales volvió a fijar la atención internacional en la necesidad de conservar los llamados "pulmones del planeta". Francisco denunció ayer la tala ilegal y la explotación de los recursos naturales únicos de Madagascar en el inicio de su visita a la nación del Índico. Grupos ambientalistas y Transparencia Internacional denuncian desde hace tiempo la tala ilegal de los bosques de palo rosa y de otras especies amenazadas como una prueba de una corrupción desenfrenada que ha convertido en multimillonarios a unos pocos, conocidos como los "barones del palo rosa"."Su encantadora isla de Madagascar es rica en biodiversidad vegetal y animal, sin embargo su tesoro está amenazado por la excesiva deforestación, de la que se benefician alguno", apuntó Francisco.

“Misiones también tiene su Amazonas en la selva paranaense”

Juan Manuel Díaz, titular de Ecología.
El ministro de Ecología de Misiones, Juan Manuel Díaz, pasó recientemente por el programa Meta Data y explicó la importancia de proteger la biodiversidad de la provincia de catástrofes como los recientes incendios en el Amazonas. Valoró en tanto, la vegetación como recurso para frenar el cambio climático que preocupa a todo el mundo y que tiene un importante costo para la preservación de la vida. 
“Los incendios en el Amazonas conmueven profundamente a todos los seres humanos porque desde allí se provee el 20% del oxígeno que respiramos en el planeta. También hay pérdidas irreparables en biodiversidad de una superficie muy extensa de más de 300 millones de hectáreas. Si bien la naturaleza se puede recuperar con el tiempo hay que tener en cuenta que para el ser humano el reloj está en contra el cambio climático. En esa lucha el árbol tiene un rol fundamental como aliado”. 
Díaz apuntó la conexión especial que hay con el Amazonas en la vegetación local.
“Nosotros tenemos nuestra Amazonas que es la selva paranaense. Tengamos presente que esta selva es el segundo ecosistema más extenso de Latinoamérica después del Amazonas. De 100 millones de hectáreas distribuidas en todo el continente sudamericano hoy solamente quedan 4 millones de las cuales 1,6 millones están en la provincia Misiones; es decir de poseer una distribución menor, por chiquita que es nuestra provincia hoy albergamos el mayor remanente de selva paranaense; con un ecosistema multibiodiverso como lo es el Amazonas que tiene la mayor cantidad de especies”. 
Remarcó así que “lo que conocemos como selva misionera, alberga una gran cantidad de biodiversidad. Esta conservación se da en Misiones en particular. La provincia está rodeada de países, como Brasil que no supo hacer la misma conservación”.
“Son estrategias de desarrollo que llevan adelante las naciones. Lo cierto de los países o las regiones, en este caso nuestra provincia, que tiene un modelo muy definido de buscar la convivencia entre las actividades productivas del ser humano y del medio natural nosotros valoramos el árbol nativo en la provincia”.
El ministro explicó que en la valorización de la biodiversidad hay mucha consciencia desde el gobierno provincial para extremar cuidados y no usar fuego en zonas rurales. “El uso del fuego es una práctica que puede ser admisible en algún momento, pero hoy no lo es. Por eso con mucho acierto se ha resuelto esta medida de total prohibición, que es una alerta máxima en la que estamos con distintos organismos del estado provincial”. 
Y detalló que “es un plan que es uno de los pocos que existe en el país de emergencia ante riesgos ambientales y meteorológicos. En este aspecto debemos decir que tenemos una coordinación que se va profundizando con el correr de los días. Esto nos permitió gracias al trabajo por ejemplo de alerta temprana, que es un área que depende del Ministerio de Ecología, poder identificar desde el satélite los puntos de calor de más de 500 grados que están presentes en un momento dado en nuestra provincia”. 
Recordó finalmente que “también gracias al avión vigía, un servicio que nos provee el aeroclub de Apóstoles, verificamos esos puntos después in situ para determinar también cuál es la importancia o la gravedad que reviste cada uno de ellos. Después las brigadas que existen disponibles por tierra van y completan el trabajo, por así decirlo ayudan a sofocar el incendio o bien a notificar a los que iniciaron el fuego, si es que se los puede determinar,  de las infracciones y labran las actuaciones correspondientes”.