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Las testimoniales clave complicaron al cacique sospechado de femicidio

miércoles 05 de agosto de 2020 | 7:45hs.
Las testimoniales clave complicaron al cacique sospechado de femicidio
El hecho ocurrió en abril en la comunidad guaraní Tarumá Poty, a 30 kilómetros de San Vicente.
El hecho ocurrió en abril en la comunidad guaraní Tarumá Poty, a 30 kilómetros de San Vicente.
Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeley fojacero@elterritorio.com.ar

A casi cuatro meses del hecho, las testimoniales consideradas clave en el marco de la investigación para esclarecer la muerte de María Solange Diniz Rabela (22) en una aldea mbya guaraní de San Vicente comprometieron severamente la situación de Marcelo Núñez (36), pareja de la joven y cacique de la comunidad, quien permanece detenido e imputado por femicidio.

El hecho se registró el Domingo de Pascuas, el último 12 de abril, en la aldea Tarumá Poty, a unos 30 kilómetros del casco urbano de San Vicente.

El caso se descubrió mediante la familia de Diniz Rabela, quienes ese lunes siguiente se enteraron que la joven había fallecido e incluso sepultada dentro de la aldea, aunque desconocían las causales de la muerte y sospecharon lo peor, por lo cual decidieron pedir ayuda a la Policía.

Así fue que el jueves 16 se realizó un allanamiento en la comunidad que terminó develando gran parte de lo ocurrido. Los uniformados dieron con un serrucho y dos mantas con manchas presumiblemente de sangre, mientras que a unos 200 metros del asentamiento encontraron una cama con signos de combustión y restos óseos.

Pero eso no fue todo, a un costado de la cama constataron que había tierra removida y tras una pequeña excavación dieron con más restos humanos. El cuerpo estaba totalmente carbonizado, excepto algunas extremidades que, al no ser consumidas por el fuego, fueron sepultadas .

Los habitantes de la aldea luego indicaron que la muerte de la joven se produjo el 12 de abril y que ese mismo día el cacique quemó y enterró sus restos. La explicación hacia los integrantes de la comunidad fue que Diniz Rabela había fallecido por Covid-19.

El acusado planteó esa misma teoría ante un funcionario del área municipal que atiende la cuestión aborigen en la zona.

De ello, incluso, existe una grabación en la que se oye al hombre decir que “ella tuvo fiebre y tos, como se escucha en la radio. Hicieron una acusación sobre mí, pero yo jamás le haría mal a la gente de mi aldea. Murió de enfermedad”, al tiempo que señala “eso yo hice por orden del médico, él me dijo que habló con el jefe de la Policía y no se podía trasladar el cuerpo a ningún lado”.

Luego, al momento de prestar declaración indagatoria ante la Justicia el cacique expresó prácticamente lo mismo y volvió a mencionar a los profesionales médicos, específicamente a una médica y a un ambulanciero.

El hombre aseguró que el personal de salud acudió a la aldea y fueron ellos quienes dejaron entrever la posibilidad de que la muerte de Diniz Rabela se pudo haber producido por coronavirus, tras lo cual le recomendaron que ellos mismos se encarguen de su inhumación. Fue así que, atento de sus rituales de sepultura ante casos de posible enfermedad, el cacique decidió cremar el cuerpo.

A partir de esa declaración aportada ante la Justicia, los pesquisas continuaron con el proceso de investigación para confirmar o desestimar la teoría planteada por el acusado y, de esa forma, también avanzar en el esclarecimiento del hecho.

Testimonios en contra
Ante este contexto, los aportes de la médica y del ambulanciero fueron considerados clave para la causa. Los dos ya declararon y ambos desmintieron los dichos del cacique.

Según añadieron las fuentes consultadas, la médica expresó que efectivamente ese día acudió a la aldea, pero nunca llegó a ver a la fallecida y, por consiguiente, negó de plano que le haya asesorado de una forma tal como para que el detenido proceda como finalmente lo hizo con el cadáver de la joven.

La profesional también indicó ante la Justicia que su visita a la aldea fue comunicada por ellos mismos a la Policía, por lo cual ahora los pesquisas comenzaron a indagar y a buscar esos registros que podrían terminar de cerrar el círculo de los hechos.

Junto a estas dos declaraciones, el cacique además sumó otro elemento que podría complicar su futuro. Se trata del testimonio vertido en Cámara Gesell por uno de los hijos de la víctima.

Las fuentes detallaron que en dicha audiencia el niño recordó episodios de violencia de parte del hombre hacia su madre, como así también en perjuicio suyo y de sus hermanitos.

En ese mismo sentido se habían expresado en su momento tanto los familiares de la víctima como otros vecinos de la aldea. “Él golpeaba a mi hija, hasta con machete dice que le golpeaba a ella. Tengo mi nieto que es testigo”, había señalado Miguela, la madre de la joven.

Debido al estado en que se encontraban los restos encontrados en el lugar, los exámenes forenses no pudieron concluir en la causa de muerte de la joven, lo cual significó una complejidad para poder avanzar en el caso.

Ante este panorama, las testimoniales recolectadas toman un valor trascendental en el expediente y las fuentes indicaron que a partir de las últimas declaraciones obtenidas surgieron nuevos elementos a esclarecer y ante ello se citarán a nuevos testigos.

Se estima que una vez culminada esta nueva ronda de testimoniales las autoridades al frente del caso puedan tener un panorama más completo para poder resolver la situación procesal del implicado.

Por el momento, el cacique Núñez continúa detenido e imputado por el delito de femicidio, que prevé una pena de prisión perpetua en caso de ser hallado culpable en un futuro debate oral.
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