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“La pandemia atacó mucho a mujeres que sufren violencia”

domingo 28 de junio de 2020 | 6:00hs.
Además de talleres de oficios, las promotoras brindan charlas y capacitaciones.
Agustín Mazo

Por Agustín Mazo fojacero@elterritorio.com.ar

Romper con las estructuras patriarcales preexistentes y ayudar a lograr el empoderamiento de la mujer representan, desde hace más de once años, la esencia y el motor que impulsa a 18 mujeres a brindar asistencia, acompañamiento y, en muchos casos, el tan necesario soporte de contención para tantas mujeres que, en silencio, atraviesan o atravesaron en un pasado no muy lejano diversos episodios de violencia.
Desde distintos barrios de la capital provincial y Garupá, en su mayoría humildes y con necesidades básicas insatisfechas, desde el colectivo de mujeres del Progen (Promotoras de Género), brindan un trabajo elemental y comparten sus propias experiencias de vida, ligadas a padecimientos similares, a través de las distintas charlas en donde se aborda la temática, como así también se brinda una variada tanda de talleres de oficios.
Desde el 2009 y, como otros espacios que se dedican de lleno a tan delicada problemática, las promotoras toman conocimiento de manera casi constante de una gran cantidad de historias de vida marcadas por la violencia.
Lejos de revertirse los casos y las denuncias, el período de confinamiento obligatorio por la emergencia sanitaria por el Covid-19 se convirtió en una etapa en la cual recrudecieron los ataques dentro del seno familiar.
Verónica González tiene 48 años y es una de las pioneras del Progen. Su pasado tampoco escapa a la problemática. Hace ya muchos años perdió a su madre en un femicidio y también fue víctima de violencia.
Es por ello que un día decidió capacitarse en charlas sobre el tema del empoderamiento de la mujer y en la actualidad ayuda a muchas personas que se acercan hasta el barrio Las Dolores, en donde vive desde hace un tiempo.

Violencia en cuarentena
Para contextualizar el panorama de violencia que se vive en Misiones, el cual se agudizó durante la cuarentena, Verónica recordó dos intervenciones que realizó el Progen hace pocas semanas.
Ambos casos ocurrieron en distintos puntos de Garupá y surgieron a partir de la visibilización que hicieron vecinas de estas víctimas ante una promotora que vive en la misma localidad.
“Recuerdo el caso de una compañera que vive en Garupá y que tuvo que asistir a una señora que era víctima de violencia de género. Incluso sus hijas también eran maltratadas por este hombre y eso derivó en nuestra intervención. Y aunque esta persona fue detenida, la familia de este sujeto comenzó hacerle la vida imposible a esta pobre madre y a sus pequeñas y por ello tuvieron que irse de la casa en donde vivían”, contó la entrevistada.
Sobre esta historia, añadió que a través del aporte que se le dio desde el área de Desarrollo Social “se gestionó la ayuda necesaria y los vecinos comenzaron a ayudarle a construir una nueva casa. Se le consiguió un terreno fiscal porque se habló con el intendente y se le presentó un informe con todas las denuncias que había hecho en su momento. Ahora ella vive en su terrenito con sus hijas y es asistida cada 15 días con mercaderías”, narró González.
Además, agregó que gracias al trabajo de contención y apoyo que se le dio a esta mujer, ahora ella busca recomenzar su vida mediante la venta de pan casero.
Otra grave historia ligada a la violencia se vio en el barrio La Tablada, otra zona humilde de Garupá, en donde además de las constantes agresiones verbales, psicológicas y físicas que sufría la víctima, una de sus hijas pequeñas también era sometida a abusos por parte del mismo agresor.
En este caso la intervención fue clave y hoy esta persona logró sortear tan duro calvario y espera también que un grupo desinteresado de vecinos terminen de fabricar la casa en la cual dentro de poco podrá volver a empezar.
“La señora se había separado por situaciones de violencia de género, volvió a tener pareja y, para completar, esta persona abusó de una de sus hijas. Ella era muy maltratada, sufrió mucha discriminación. El hombre que fue preso por el abuso de su hija la amenazaba y por eso ella no hacía la denuncia. Después de esto, esta señora volvió a vivir en la casa de su ex hasta que los familiares del hombre la obligaron a irse”, recordó González.
Además, reconoció la gran labor hecha por su colega Gladys Piris, quien fue la encargada de hacer el seguimiento y una de las que más gestionó recursos para que la víctima pueda recomenzar su vida.

Seguir trabajando
Talleres de distintos oficios, como corte y confección, carpintería y cosmetología que se dictaban en los diversos espacios del Progen se debieron suspender desde el inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio.
También las distintas charlas que se hacían en los barrios donde trabajan las promotoras debieron interrumpirse, aunque la utilización de redes sociales como WhatsApp, Facebook e Instagram, sirven de nexo entre las integrantes del Progen y las miles de mujeres que se acercan hasta este espacio para aprender un oficio.
Sobre el contexto actual que se vive desde hace unos meses, la integrante del Progen reflexionó: “Puedo notar, por estar tan cerca de estas personas, que lamentablemente a las mujeres les falta sentirse más acompañadas. La pandemia atacó mucho a mujeres que sufren violencia. Son personas que tienen autoestima baja, se sienten indefensas y, por sobre todo, se sienten solas. Muchas de ellas saben que al no tener trabajo seguro o un sitio donde alquilar no se animan a denunciar. Todo esto potencia al violento y las mujeres se sienten aún más desprotegidas”.
“Sabemos cuándo están pasando por una situación de violencia porque se aíslan, cambian su personalidad. La mayoría arma como un caparazón, otras se ríen, pero nos damos cuenta en pequeños detalles lo que les está pasando. Hay mujeres que esconden sus trabajos de tejido porque sus maridos odian verlas tejer”, afirmó la entrevistada, quien también contó que durante estos últimos meses muchas mujeres dejaron de ir a retirar sus productos por el infierno que padecen en sus casas.
“La cuarentena nos modificó como a todos. Teníamos muchos proyectos en conjunto con otras instituciones. Como colectivo de mujeres tenemos la sensibilidad de trabajar con estos temas, pero no sólo el trabajo es con mujeres, sino también con adolescentes y niños. El trabajo es mucho más integral e involucra a los varones también y a las personas de la tercera edad”, comentó González.
Verónica González. Progen

Al no tener un trabajo o un sitio muchas no se animan a denunciar. Eso potencia al violento y las mujeres se sienten más desprotegidas” Verónica González Progen

Por otra parte, consideró que lo más importante que se busca desde dicho espacio es modificar la conducta de las personas y sostuvo que las herramientas básicas para lograr los objetivos son, por sobre todo, la educación, el trabajo en equipo y conocer e interactuar con las instituciones que trabajan con esta problemática.
“Cuando teníamos las reuniones habituales, es decir antes de que pase esto de la cuarentena, tocábamos temas de autoestima, hablábamos del empoderamiento de la mujer. Pasó el caso de mujeres que por uno o dos años nunca hablaron y de un momento a otro rompieron el silencio. Sabemos que la mayoría sigue yendo porque les hacen bien. Gracias a eso muchas terminaron la secundaria, otras comenzaron a trabajar. Consideramos que somos como un espejo porque le contamos nuestra realidad, más allá de los talleres, y vamos detectando quiénes necesitan de nuestra ayuda. Por eso vemos qué les gusta hacer para que se sientan útiles”, contó.
“En el barrio hemos logrado tener un merendero. Como promotora de género me siento responsable del cambio cultural que está basado en la discriminación por el género, que por la educación que recibieron las mujeres lo tienen muchas veces naturalizado”, apuntó la referente del Progen.
Al ser consultada por las cuestiones que más se tratan de contrarrestar día a día mediante las charlas, González sostuvo que “se tienen que terminar los chistes hacia las mujeres, los mensajes con doble sentido de sometimiento, todo eso lleva a que las mujeres seamos tomadas como propiedad del hombre. Son mensajes que subyacen en la sociedad. Estamos ante una sociedad violenta y no todos los varones son los violentos. El varón está atravesado por la violencia machista y por eso la educación es de todos, no sólo de las mujeres”.
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