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“Esto ya no es un tema privado, es un problema de Estado”

domingo 28 de junio de 2020 | 6:00hs.
Romero integró la primera promoción de oficiales mujeres.
 Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeley fojacero@elterritorio.com.ar

“Cuando te capacitás y entendés lo que es la perspectiva de género es como que vos te ponés unos lentes y ves de otra manera o entendés la problemática de otra manera y estamos trabajando en eso”. Bajo ese lineamiento trascendental sigue trabajando hoy en día la Dirección de Asuntos de Familia y Género de la Policía de Misiones.
El objetivo, entre otras cosas, es conseguir que todas, completamente todas las comisarías de la provincia, tengan personal capacitado para atender casos de violencia de género con la profesionalidad que se requiere, aunque consideran que la sociedad toda debe comenzar a transitar ese camino de la deconstrucción para contrarrestar la problemática que afecta a tantas mujeres hoy en día, situación agravada incluso en el último tiempo a raíz de las condiciones de encierro por la pandemia del Covid-19.
Al frente de la mencionada dirección se encuentra la comisario inspector Alicia Romero, una de las integrantes de la primera promoción de mujeres oficiales de la fuerza provincial, quien dialogó con El Territorio para este informe de domingo.
Desde el balance de lo registrado y trabajado durante la cuarentena, hasta reflexiones en cuanto a la importancia de repensar todo bajo la perspectiva de género y combatir el uso de términos actuales como “relaciones tóxicas”, bajo los cuales pueden ocultarse indicios de algo grave.
La dirección que Romero tiene a su cargo fue creada en 2013 y se encarga centralizar los casos de violencia de familia y género, para luego articular medidas en forma conjunta con los juzgados que intervienen en cada hecho particular.
La jefa reconoció que las condiciones de encierro generadas por las medidas de aislamiento constituyeron un nuevo y grave condicionante para la problemática, tanto en Misiones como a nivel país, pero también destacó que en medio de ello se observaron casos en los que las denuncias de un tercero fueron clave para socorrer a víctimas.

El balance en pandemia
“Para nosotros como Policía la actividad nunca paró respecto a violencia familiar y de género. Lo que sí vimos es que durante la pandemia la situación no se frenó, sino que, al contrario, aumentó, y lo que vimos también fue que las cuestiones eran realmente de gravedad, hubo casos con características que detonaban un mayor riesgo”, dijo.
Y continuó: “En la época de pandemia lastimosamente hay muchos factores que también influyen. Lo sabemos. Por eso durante la pandemia fue importante la figura de un tercero denunciante. Hemos tenido casos en donde familiares de las víctimas se han comunicado desde otras localidades anoticiando que podía estar ocurriendo tal situación”.
La comisario narró con satisfacción dos casos muy puntuales en los que se logró asistir a víctimas mediante denuncias de un tercero e incluso articulando medidas entre localidades y provincias.
Uno de ellos, según detalló, se trató de una familia que tenía a su hija misionera viviendo en Buenos Aires y necesitando socorro, por lo cual desde la dirección se hicieron las conexiones correspondientes con sus pares bonaerenses para poder brindar asistencia a esa muchacha.
El otro hecho fue alertado por una joven a la cual su amiga le pidió ayuda por una red social al estar atravesando una situación violenta bajo encierro con su agresor y allí también luego intervino la Policía.
Para Romero, ambos casos fueron “todo un avance en este contexto”, y asegura: “Yo muchas veces digo que lo nuestro es un trabajo silencioso, porque a veces no sabemos a cuántas personas hemos salvado, porque lo que sí se ven son los números malos”.
Justamente, respecto a las estadísticas, la jefa de la dirección señaló “yo no me atrevo a dar números porque un caso ya es triste y grave”, pero indicó “estamos trabajando en un programa informático para unificar todos los datos a nivel provincial. Los números no son lo mismo en todas las localidades y sabemos que, a veces, un caso puede echar por tierra todo lo hecho anteriormente”.
Romero también celebró algunas medidas tomadas durante la cuarentena que permitieron agilizar el tratamiento de los casos. Romero explicó que “hubo un compromiso entre la Jefatura (de Policía) y el STJ (Superior Tribunal de Justicia) para trabajar en un proyecto que brinda mucha celeridad en el proceso de tramitación de una denuncia, que es el procesamiento digital. Se dejó el sistema antiguo de llevar el papel de un lado a otro y nos habilitaron poder hacer el envío en forma digital. Eso es un paso agigantado. La persona que a veces hace su denuncia en el mismo día hoy tiene su medida judicial”.

Capacitación y reflexiones
Pero, en paralelo a ello, la Dirección también trabaja en la concientización y capacitación de toda la fuerza provincial, ya que este punto es una cuestión clave para poder dar una respuesta precisa y rápida a las víctimas.
“No solamente las mujeres, en la Policía se va a trabajar en la capacitación en perspectiva de género en todos los niveles. Muchas veces la persona que te recibe en la guardia también tiene que ser profesional para que esa persona reciba la confianza que necesita y sea bien atendida. Es un nuevo paradigma”, señaló Romero.
Y explicó: “Arrancamos desde la base, desde la forma en que se toman las denuncias. Anteriormente sólo conocíamos la denuncia que hace la víctima y en ese cambio hay que hacer hincapié. Nos da mucha tristeza, a mí principalmente, que le pongo mucha pasión a esto, cuando ocurre lo peor que puede pasar en situaciones de violencia y vemos que todos los vecinos sabían lo que pasaba. Necesitamos que toda la sociedad se comprometa con esto. Esto no ya no es un problema privado, que ocurre dentro de cuatro paredes, esto ya es un tema público, un problema de Estado”.
En este punto, la jefa aprovechó para recalcar la importancia que tiene la denuncia de un tercero en casos de violencia de género o familiar, instancia que permite a cualquier persona alertar a la Policía (en cualquier comisaría) respecto a alguna situación de riesgo particular e incluso lo puede hacer con la reserva de identidad.
La tercera forma de denuncia, en tanto, es la de “un funcionario obligado en razón de su función”, que es cuando los efectivos intervienen en forma directa adelantándose a la situación y atravesando el círculo de violencia en el que muchas víctimas están inmersas, a veces hasta sin darse cuenta.
Justamente, conocer el mecanismo y saber reconocer las etapas de ese denominado “círculo de violencia” es una de las claves para avanzar contra el flagelo.
“Una cosa es el conflicto y otra cosa es la violencia. El que va a trabajar en violencia lo primero que tiene que conocer es el círculo de la violencia. Cuando vos conocés eso, vos entendés que a esa persona no es que ‘le gusta que le peguen’, como tristemente se dice muchas veces. Una ‘relación tóxica’, como también se usa ahora en la cotidianidad y está mal, no es otra cosa que un círculo de violencia. Los factores para que esa persona se mantenga en ese círculo son millones. Los argentinos somos más juzgadores que el mismo juez”, explicó la entrevistada.
Romero detalló que dicho círculo tiene tres etapas y funciona como un espiral, dentro del cual la propia víctima no sabe reconocerse y, por lo tanto, no puede escapar. “La primera es la Acumulación de Tensión, la palabra lo está diciendo todo. Luego ocurre lo peor, que es la Explosión Violenta, la segunda etapa. Ahí se da la mayor agresividad que puede ocurrir. Puede ser desde una cachetada hasta lesiones graves o muchas veces femicidios. Es en este punto es donde muchas veces se hacen las denuncias, pero ahí el círculo pasa a la Luna de Miel y es ahí donde viene la reconciliación y a veces se retiran o no se formalizan las denuncias, por ejemplo. Esta etapa se identifica mucho con el ‘perdoname pero...” u otras frases patentadas”, se explayó.
La comisario indicó que muchas veces la propia víctima no se identifica dentro de ese círculo y es ahí donde aparece la obligación del Estado en brindar ayuda a esa persona, a partir de un trabajo en red, tendiente a poder evacuar las múltiples necesidades que presentan las damnificadas.
“Nosotros somos la puerta de acceso a esa ayuda, pero la violencia la trabajamos entre todos. A veces la Policía puede recibir la denuncia, pero la respuesta que la víctima necesita no es sólo firmar un papel y elevarlo, sino la respuesta inmediata, desde salir del hogar, desde dónde dormir, desde la vestimenta de los niños. Eso es lo bueno de un trabajo en red, que se pueda contar con otros organismo, ya sean gubernamentales o no”.
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