¿QUERES RECIBIR NOTIFICACIONES DE LAS NOTICIAS MAS IMPORTANTES? HACE CLICK ACÁ

La confesión televisiva de un femicidio que estremeció a Posadas

domingo 03 de febrero de 2019 | 6:00hs.
El hombre fue aprehendido en Encarnación, a donde huyó luego del crimen.
El hombre fue aprehendido en Encarnación, a donde huyó luego del crimen.
Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeley fojacero@elterritorio.com.ar

El femicidio de Gisel Rodríguez Da Silva (26) estremeció a Posadas. Su cadáver fue hallado por sus propios padres dentro de la casa que compartía con su concubino Carlos Ruiz Díaz, quien luego del hecho huyó a Encarnación (Paraguay) y ante las cámaras televisivas de esa ciudad lanzó una escalofriante confesión que enmudeció aún más a la sociedad posadeña.
“Sí”, respondió el acusado cuando una periodista paraguaya le preguntó si él había sido el autor de tamaño crimen. Las imágenes de su confesión televisiva en el vecino país resultaron comunes, pero en Posadas el audiovisual se viralizó rápidamente, dejando al descubierto a un frío femicida.
“Por problemas personales”, argumentó Ruiz Díaz haber estrangulado a su por entonces concubina. Y ante las preguntas agregó que “fue una pelea que tuvimos” y, al ser consultado si ahorcó a la muchacha, respondió: “Puede ser, lo que digan”.
La periodista que en esa oportunidad tuvo la posibilidad de entrevistarlo en sede policial paraguaya también le preguntó si había pensando en su hija al momento de cometer el hecho. La respuesta fue: “Se piensa sí, pero en esos momentos de locura, uno queda loco”. Por su parte, al final del breve reportaje, el hombre aseguró estar arrepentido del crimen.
Ruiz Díaz apareció en la mira del caso prácticamente en forma inmediata tras el descubrimiento del femicidio. Una serie de indicios lo dejaron acorralado ante el hecho, como así también el testimonio de los padres de la muchacha, quienes sin dudar apuntaron hacia él.
Al conocer todo esto, la Justicia solicitó informes a Migraciones y de esa forma descubrieron que cerca de dos horas después del descubrimiento del caso el hombre ya había cruzado la frontera por el Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz.
Es por eso que en Encarnación se desató un operativo paralelo al que preventivamente también se llevaba a cabo en Posadas y un día después los procedimientos dieron resultados. En la Terminal de Ómnibus de la vecina ciudad, Ruiz Díaz fue localizado y capturado.
Luego de eso fue trasladado a una sede policial local, donde recibió la visita de un equipo periodístico de Más Encarnación, ante cuyas cámaras dejó un material que será recordado por muchos años como una de las confesiones más frías de la historia criminal misionera.
Tras su detención, el hombre fue trasladado a Posadas, donde compareció ante la Justicia local. Sin embargo, ante las autoridades del caso Ruiz Díaz optó por guardar silencio. En estos casos es importante mencionar que la única declaración válida es la que se efectúa en sede judicial, por lo que los dichos del acusado ante las cámaras carecen de valor en el expediente pero sí dejó a la vista su perverso accionar.

Pesquisa
En cuanto a la investigación del hecho, en base a las pericias realizadas hasta el momento, se estima que ese 20 de marzo de 2016 el acusado mantuvo un fuerte entredicho con Gisel hasta el punto de iniciar una pelea en la cual la joven terminó siendo brutalmente golpeada y posteriormente estrangulada, primero con las manos y luego con un cordón.
En base a lo recolectado, se cree también que el crimen fue cometido en una de las habitaciones del inmueble del barrio Residencial Sur de Posadas, aunque luego el sujeto habría trasladado el cuerpo hasta el living, no sin antes bañarlo con aparentes intenciones de manipular la escena.
Por último, entre los demás indicios que se tienen sobre la sucesión de hechos, se estima que, tras cometer el crimen, el hombre llevó a su hija a la casa de los padres de Gisel, ante quienes aseguró esgrimió un argumento poco sólido sobre la situación.
Lo sucedido despertó sospechas en los padres de la víctima, quienes luego decidieron ir hasta la casa donde la muchacha vivía para constatar que todo estuviese bien pero el panorama fue completamente distinto. El femicidio quedó al descubierto.
“Él vino acá, saludó a mi esposa con un beso y entregó a mi nieta mientras tenía a Gisel muerta en el sofá de su casa. Luego se hizo pasar por ella por celular y por poco no escapa con el cuerpo en el baúl de su auto. Él actuó con frialdad, besó a mi esposa y me abrazó después de que ya había matado a mi hija”, expresó ante El Territorio Waldemar, padre de Gisel, unos meses después del hecho.
La fiscalía que interviene en la causa requirió que la causa sea elevada a juicio a mediados del año pasado, pero la defensa del acusado se opuso. El hombre está imputado por homicidio agravado por la relación de pareja, delito que prevé prisión perpetua, aunque la defensa apunta a cambiar la calificación del expediente.