La colonización correntina en Misiones

domingo 08 de diciembre de 2013 | 2:00hs.
El territorio federal de Misiones en 1882.
El territorio federal de Misiones en 1882.
El abandono de la población guaraní del territorio misionero después de las guerras artiguistas llevó a la disputa de esta región por parte de Corrientes y el Paraguay. A fines de la década de 1820 el Gobierno correntino no disimuló su interés por ocupar las tierras al otro lado del río Miriñay, histórico límite entre esta provincia y Misiones. Aunque este proyecto encontró la oposición de las provincias del Litoral, las propias comunidades guaraníes sobrevivientes en el sur, celebraron un convenio con el Gobierno de Corrientes, el 19 de abril de 1830, donde, en su artículo. 4º se especificaba que, al no haber autoridades nacionales la definición de los límites quedarían en statu quo hasta que un Congreso Nacional definiera esa cuestión.
Tras ese acuerdo se inició la ocupación correntina de los campos misioneros entre el Miriñay y el Uruguay hasta el río Aguapey. Al otro lado el Paraguay ocupaba ese espacio donde había concretado una ruta comercial entre Trinchera de San José y San Borja.
Esa frontera del Aguapey entre Paraguay y Corrientes se mantuvo invariable hasta mediados de la década de 1850, cuando se liberaron los ríos después de los tiempos de Rosas y Paraguay perdió el interés por Misiones.
La presencia de autoridades nacionales en Argentina a partir de 1853 trasladó el conflicto de los intereses de Corrientes por Misiones hacia el Gobierno nacional. La Nación consideraba que Misiones constituía un territorio bajo su jurisdicción y Corrientes pretendía incorporar toda esa área a la provincia.
Ante la perspectiva de perder la zona misionera, los diferentes gobiernos correntinos llevaron adelante una política de reafirmación de los derechos sobre Misiones. Así, en la Constitución Provincial de 1864 se incluía a Misiones dentro de la provincia de Corrientes. En 1870 se creó el departamento de Candelaria y en 1877 el de San Javier. Corrientes nombró autoridades provinciales, delineó estas colonias y trazó caminos. Se adoptaron también disposiciones que regulaban la adjudicación de tierras y fomentaban la colonización agrícola. Se revitalizaron los antiguos pueblos jesuíticos, derruidos por las guerras y se adjudicaron concesiones para la creación de colonias. Estas concesiones se multiplicaron en la década de 1870 en respuesta a los intentos del gobierno nacional para iniciar la colonización agrícola de estos territorios.
Una ley provincial de Corrientes, del 14 de diciembre de 1875 autorizaba a ceder en propiedad al Gobierno nacional tierras sobre el Paraná a 10 leguas al norte de Candelaria y sobre el Uruguay al norte de San Javier. Esas tierras se encontraban inexploradas al momento. Esta ley fue respuesta a una ley del Congreso de la Nación del 15 de octubre de 1875 que proclamaba la urgencia de iniciar la colonización agrícola en el país y para ello solicitaba el apoyo de las provincias. La estrategia del Gobierno correntino era la de afirmar sus derechos sobre Misiones en caso de aceptarse esta cesión. El Gobierno federal no respondió a este ofrecimiento.
A fines de la década de 1870 era evidente que el Gobierno nacional había decidido federalizar el territorio misionero. Por ello la tensión entre la Nación y Corrientes se agudizó. Corrientes temía perder todas sus ocupaciones sobre Misiones, incluso aquellas del sur del Aguapey. Sin embargo, el proyecto de federalización de Misiones, aprobado el 20 de diciembre de 1881 por un lado nacionalizó el territorio de las antiguas Misiones al norte de los arroyos Pindapoy y Chimiray y reconoció como jurisdicción correntina las áreas situadas al sur de estos cursos fluviales.
A partir de ese momento, Corrientes promovió la venta indiscriminada de los campos misioneros sin tener en cuenta las reservas para centros agrícolas y explotación de yerbales.
Con la ley del 3 de enero de 1880 se decidió la división de terrenos para pueblos y colonias agrícolas en el suroeste de Misiones. Se venderían en secciones de 27.000 ha para pueblos y lotes de 2700 ha como máximo y 1300 ha como mínimo para las colonias. El 22 de junio de 1881 otra ley provincial autorizó al Gobierno de Corrientes a vender las tierras fiscales de los departamentos de San Javier y Candelaria, dándose preferencia a quienes tuvieran ingenios en las zonas solicitadas.  Tanto era el apuro del Gobierno correntino de vender las tierras que se eximió la presencia de agrimensores en los terrenos a venderse, en la medida que los terrenos tuvieran por lo menos en dos de sus lados límites naturales. Los adquirentes tendrían 10 años para formalizar la medición.
Los términos permisivos de esta ley dieron lugar a un enorme acaparamiento de tierras. Se enajenaron más de 2 millones de hectáreas las que luego de varias transferencias quedaron en manos de no más de 40 personas. Estos latifundios limitaron seriamente el acceso a la tierra en Misiones y constituyó un obstáculo para el poblamiento del territorio. Pero al este de la actual provincia quedaron 800 mil hectáreas  de tierras fiscales sin venderse. Allí pudo el Gobierno nacional desarrollar una política de colonización agrícola con inmigrantes del este europeo.

Por Alfredo Poenitz
Historiador