Impotencia, dolor y reclamos en la despedida de los restos de Fiorella

jueves 07 de marzo de 2019 | 3:00hs.
Impotencia, dolor y reclamos en la despedida de los restos de Fiorella
Impotencia, dolor y reclamos en la despedida de los restos de Fiorella
Por Daniel Villamea

Por Daniel Villamea Corresponsalía Oberá

Mamá, papá y los tres hermanitos fundidos en un abrazo desgarrador para afirmar la cruz en la cabecera de la tumba de Fiorella Itatí Aghem (20). Terrible desenlace para la historia de una joven que hace menos de una semana estaba llena de vida y de proyectos. Pero al mismo tiempo. un final anunciado por la violencia subestimada que derivó en tragedia.
“Él la golpeaba y después le compraba un regalito y así fue la relación. Yo traté de ayudarla, pero ella volvía con él porque decía que estaba enamorada y ahora la despedimos para siempre”, reflexionó Mercedes Pereyra, la mamá de Fiorella, en medio del abismo del dolor absoluto.
El cadáver de la joven estudiante del Profesorado de Lengua y Literatura fue hallado el lunes en un yerbal situado en cercanías de la chacra de la familia del principal acusado y único detenido hasta el momento, Leopoldo B. (21), el ex novio de la víctima.
Ayer, en tanto, centenares de personas acompañaron a los deudos en el velatorio que se realizó en la parroquia San Vicente de Paul y la posterior inhumación en el cementerio municipal de la localidad de San Vicente.
En medio de las innumerables muestras de dolor se alzaron muchas voces en reclamo por lo que consideraron la inacción de autoridades policiales y judiciales que desoyeron claras señales previas.
“Mi hija hizo varias denuncias, pero no sirvió de nada. Incluso una vez una oficial le convenció para que haga una exposición en vez de una denuncia. Ahora ya es tarde. Mi hija no va volver”, señaló Mercedes Pereyra.
El padre de Fiorella, Oscar Aghem, quien desde hace años está separado de la progenitora, reconoció “todavía me parece mentira. Esto es como una pesadilla y ahora hay dos familias destrozadas”. 

“Era un ángel”
Imposible no conmoverse con el llanto desconsolado de los hermanos menores de la víctima del femicidio que conmueve a la provincia de Misiones y al país entero.
Los chicos se abrazaban entre ellos, buscaban consuelo en sus padres y amigos, como si no pudieran asimilar tan injusta e irreparable pérdida.
“Tus compañeros de la carrera de Lengua y Literatura”, rezaba una corona en medio de la parroquia que albergó al cajón cerrado, entre la madrugada y la mañana de ayer.
“Era un ángel, una gran amiga y una excelente persona. No hay palabras para explicar la impotencia y el dolor que sentimos. Ahora lo único que queda es pedir que se haga justicia y acompañar a la familia en tan difícil momento”, graficó Valeria, una compañera de estudios que llegó desde Dos de Mayo para asistir al velorio.
Envuelta en llanto, Gladis Pereyra, prima de Fiorella, sólo tuvo palabras de elogio para “una persona maravillosa que no conocía la maldad. Al contrario, ella veía lo mejor de todos. Lamentablemente estuvo al lado de alguien que no la merecía y terminó de la peor manera”.
En este punto, para los familiares y amigos no hay dudas sobre la autoría del hecho y todos apuntan hacia el ex novio de la joven, quien permanece detenido desde el lunes y hoy debe comparecer en audiencia de declaración indagatoria.
La madre contó que el noviazgo duró alrededor de tres años, con idas y vueltas por las constantes agresiones del sujeto. “Era muy celoso, le sacaba los teléfonos y aparecía con moretones en el brazo. Yo le hablaba, pero ella volvía con él”, lamentó.
Ramón Pereyra, tío de Fiorella, avaló las sospechas hacia el imputado y recordó que “una vez la amenazó con tirarla en una chacra y al final cumplió su promesa”, al tiempo que cuestionó a “las autoridades que no dieron importancia a las denuncias, como que era una pavada lo que mi sobrina decía”.  

Relación tóxica
La víctima y el presunto femicida se conocían desde la niñez, fueron compañeros de colegio y hasta compartieron la catequesis.
En tal sentido, varios allegados consideraron que ambas familias sabían que se trataba de una relación tóxica, aunque sólo del lado de Fiorella habrían intentado diferentes estrategias para evitar la tragedia. 
En un sentido sermón de despedida, el sacerdote Marcelo Szyszkowski subrayó que “por más que lo intentemos, no hay palabras que describan el dolor y solamente en la fe encontramos consuelo”.
El religioso fue más allá y apuntó a las falencias de una sociedad que minimiza la violencia o mira para otro lado, al tiempo que instó a los padres a formar a sus hijos en valores sanos y positivos.
Lamentó la pasividad de “una ciudad que permanece muda y sorda ante hechos de violencia, maldad, inseguridad”, donde existen “relaciones enfermizas, círculos viciosos donde uno se quiere imponer al otro. ¿Qué estamos esperando como sociedad para despertar y abrir los ojos?”.
Y agregó: “Muchas veces se nos reclama a los cristianos que no hacemos nada y tal vez nuestro pecado como familia y como sociedad es tolerar la violencia y el maltrato en una avalancha que se torna imparable”.
Por ello, Szyszkowski pidió que los jóvenes no toleren el maltrato ni la manipulación y que “despierten al amor verdadero, no se dejen manipular. Y confíen en sus padres, porque siempre van a buscar lo mejor”. 

Mañana marchan
Ante la magnitud de la tragedia, desde diferentes sectores vienen organizando una marcha por justicia para Fiorella que se concretará mañana en el centro de San Vicente.
Eliana Dieterith, una de las organizadoras, precisó que la convocatoria fue pactada para las 18 frente a la Casa de la Cultura, desde donde marcharán hacia la Comisaría de la Mujer, epicentro de serios cuestionamientos por supuesta inacción. 
“En estos días recibimos muchos reclamos de mujeres que son víctimas de violencia de género, pero se acercan a la Policía y son maltratadas. Reciben burlas, no les toman las denuncias. Por eso como mujeres estamos indignadas y queremos que cambien su proceder para que no haya otra Fiorella”, subrayó Dieterith.
En tal sentido, mencionó que “Fiorella tenía tres denuncias y una perimetral, y así y todo la asesinaron. Por eso necesitamos y exigimos saber qué pasó, quién falló y por qué”. También remarcó que la convocatoria de mañana pretende visibilizar la desaparición de Candela Correa de Melo, de 16 años, desaparecida desde el 3 de febrero del 2018 en San Vicente.
“A ella sólo su papá la busca. Desde hace más de un año la Justicia y la Policía miran para otro lado, pero no lo podemos seguir permitiendo porque mañana le puede pasar a cualquier otra mujer”, agregó. 

El peor final
Fiorella había sido denunciada como desaparecida desde el jueves a la noche y su familia desde un primer momento apuntó sus sospechas hacia el ex novio de la muchacha.
El fin de semana transcurrió sin novedades, pero el lunes un hombre que pulverizaba una plantación de yerba mate se topó con el cuerpo de la joven. Ese mismo día fue detenido  Leopoldo.

Informe final de autopsia

Tras confirmarse que la víctima falleció por “asfixia por ahorcamiento por estrangulación”, en la víspera El Territorio accedió al resultado completo de la autopsia. Según se estableció, el cadáver de Fiorella tenía un lazo de un cable muy ajustado alrededor del cuello y la cabeza y la cara estaban muy hinchadas por el edema producto de la estrangulación. Tenía tres cortes superficiales en el tórax, en la parte inferior del lado izquierdo, que abarcaba sólo la piel. No se observaron otros signos de violencia externa, como excoriaciones o hematomas. La observación de los forenses sobre el estado de la vestimenta de la víctima descartaría la hipótesis de la agresión sexual, confiaron. De todas formas, se aclara que por el avanzado estado de descomposición del cadáver fue imposible tomar muestras para confirmar o descartar el ataque sexual. Estimaron que llevaba entre cuatro y seis días de muerta. En tanto, se reservaron las uñas de los dedos de las manos para la realización de estudios genéticos cuyos resultados tardarán alrededor de diez días.