El juez Casco considera cerrada la instrucción por el caso Fiorella

jueves 23 de julio de 2020 | 8:30hs.
El juez Casco considera cerrada la instrucción por el caso Fiorella
El juez Casco considera cerrada la instrucción por el caso Fiorella
Carlos Cardozo

Por Carlos Manuel Cardozo fojacero@elterritorio.com.ar

Hace un mes la Cámara de Apelaciones de Misiones rechazó un nuevo pedido de excarcelación de Leopoldo Borovski (22), joven detenido con prisión preventiva por el femicidio de Fiorella Itatí Aghem (20). La decisión se concretó luego de que la defensa apelará la negativa del juez Gerardo Casco, titular del Juzgado de Instrucción Tres de San Vicente, quien lleva el caso.

El crimen fue descubierto el 4 de marzo del año pasado y fueron varios los pedidos de libertad planteados desde entonces, aunque dada la gravedad del delito que se lo acusa y la posibilidad de fuga, nunca recibieron una respuesta positiva. Paralelamente a ello la investigación, bajo la caratula homicidio agravado por razones de género, siguió avanzando.

Tal es así que un año y cuatro meses después del crimen se registró una novedad determinante.  

Según detallaron fuentes ligadas al proceso a El Territorio, el magistrado interviniente informó a las partes que considera clausurada la instrucción. Es decir, ya que no hay más elementos de prueba para incorporar al expediente y el caso está en condiciones de ser elevado a juicio.

De todas formas, es un paso previo. Se corrió vista al fiscal interviniente, Rodolfo Cáceres, quien de coincidir deberá formular el pedido de elevación a juicio. Tiene dos semanas y también debe manifestarse la querella, algo que -según pudo establecer este medio- se concretará en los próximos días.

Si bien la elevación a juicio puede ser apelada por la defensa de Borovski, se trata de una novedad de suma importancia, que lo deja a las puertas de un juicio del que podría salir con una condena a prisión perpetua sobre sus espaldas. En su momento la parte manifestó a este diario la intención de llegar pronto a esa instancia, donde consideran que podrán probar que el joven no tuvo nada que ver con la muerte de su ex pareja.

Las últimas horas
Fiorella fue encontrada asesinada en un yerbal de la chacra de los padres del acusado, en una zona conocida como La Ripiera, a la que se ingresa por el ex kilómetro 1.250 de la ruta nacional 14. La autopsia determinó que falleció debido a una asfixia por ahorcamiento mediante un cable y las pruebas dan cuenta que el femicidio ocurrió fuera del vehículo con el que se cree el femicida la llevó hasta el lugar.

La madre de la víctima había denunciado su desaparición el viernes 1 de marzo del 2019, diciendo que la noche anterior Fiorella salió de su hogar para ir a la casa de una compañera de estudios, pero no había vuelto. Ya en ese momento desarrolló sus sospechas contra Borovski, recordando los antecedentes de violencia que había sufrido y denunciado su hija.

Según lo recolectado por los investigadores judiciales y policiales, cerca de las 21 la víctima caminó unas cuatro cuadras desde su morada hasta cerca de la ruta nacional 14, donde lo esperaba Borovski en una de las dos camionetas Ford Ranger que tenía su familia.

Ese recorrido se pudo establecer mediante canes entrenados de la Policía de Misiones, los cuales marcaron el punto exacto donde presuntamente la joven se subió al coche como así también otros lugares donde se cree que podría haber estado en otras ocasiones, siempre para encontrarse con su ex pareja. Allí también hay una cámara de un comercio que registró el vehículo.

Los profesionales de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas del Poder Judicial (Saic), mediante un arduo trabajo, pudieron reconstruir luego los chats entre víctima y presunto victimario, donde se estableció que habían pactado el encuentro. El teléfono de Fiorella había sido encontrado entre sus prendas íntimas y estaba muy deteriorado debido al tiempo que estuvo el cuerpo a la intemperie.

Sobre los movimientos posteriores a ese encuentro, el relevamiento de las cámaras de seguridad permitió reconstruirlos. Una cámara de la Terminal de Ómnibus local registró a Fiorella junto a la camioneta del acusado cerca de la 1.40 de la madrugada del 1 de marzo. También se incorporaron varias testimoniales, que dieron cuenta que Fiorella y Borovski estuvieron juntos en dos puntos de la ciudad entre las 22 y las 3 aproximadamente: una pizzería y la propia terminal.

También se observa a la camioneta en dirección a la zona rural donde la hallaron, cerca de las 4 de la madrugada. En momentos posteriores habría ocurrido el crimen. Al otro día, el presunto asesino se fue a Brasil a un encuentro de jeeps y fue detenido recién a su regreso el día 4, en paralelo al hallazgo del cadáver.

El joven estuvo tres meses alojado en la Comisaría Segunda de San Vicente, hasta que se le dictó la prisión preventiva y lo trasladaron a la cárcel del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) en Puerto Rico. Nunca habló ante la Justicia, aunque sí presentó un escrito en donde confirmó que estuvo la noche del crimen con la víctima, pero que la dejó en su casa y se fue a dormir.

Lo hizo casi en paralelo de que se conocieran los resultados del ADN extraído debajo de las uñas de la víctima. “Se obtuvo un haplotipo parcial del cromosoma Y, donde 18 marcadores de los 23 estudiados coinciden con el perfil del haplotipo de cromosoma Y de la muestra indubitada del imputado”, se señala en los resultados a los que tuvo acceso este medio.

De todas formas, también se indica que “no se lo puede excluir como contribuyente a la muestra ni tampoco podemos excluir a todos sus parientes masculinos de línea paterna. Ni tampoco a un número desconocido de números masculinos no emparentados”. La defensa considera que el estudio no acredita la autoría del crimen del detenido debido a que el perfil obtenido, según el documento, posee una frecuencia de 1 en 17.008 según la base de datos mundial.

Sin embargo, teniendo en cuenta la novedad, tanto para la querella como para el magistrado, hay elementos suficientes como para sentarlo en el banquillo de los acusados.

El presagio en las denuncias

La primera vez que Fiorella denunció al detenido fue por el  robo de su teléfono celular, ocurrido en el 2 de julio del 2018, después de las 23.30. Entonces dijo que había subido a la camioneta de Leopoldo, una Ford Ranger, donde discutieron.

Relató ante los efectivos que Borovski le reclamó por unas aplicaciones que había descargado en su móvil y terminó quitándoselo. Al otro día, según consta en el acta, Fiorella se acercó a pedir que se lo devuelva a la casa de él,  pero éste expresó que ya no lo tenía.

El 4 de julio se presentó otra vez en la Comisaría de la Mujer, donde hizo una exposición: “Hace una semana atrás tuvimos una discusión donde le dije que quería terminar con él. Le pedí que me llevara a mi casa porque él tenía el auto de su padre; nos encontramos en la plaza San Martín, pero en vez de llevarme a mi casa me llevó a Picada Zulma, en un lugar muy oscuro y me dijo que me bajara porque se iba a ir a matar porque yo lo dejaba”.

Fiorella agregó que tuvo que caminar durante 15 minutos en la oscuridad hasta que el presunto femicida apareció otra vez. “Me dijo que se había arrepentido”, agregó.

El 2 de enero del 2019 la joven fue nuevamente ante las autoridades policiales y describió el macabro presagio: “Hace cuatro meses terminamos la relación en razones de que Leopoldo es muy celoso y se vuelve agresivo conmigo, en una oportunidad me dijo que me merecía una paliza y que me dejaría tirada en el medio en el monte”.

“En la fecha, siendo las 00.05 horas me encontré con Leopoldo y fuimos a la chacra de su padre ubicada en el kilómetro ex 1.250 de la ruta nacional 14, donde empezó a cuestionarme de forma agresiva porque salí con mis amigos y no me quería dejar bajar de su camioneta. Por lo que le dije que quería ir al baño, le insistí hasta que me dejó bajar y salí corriendo y pedí ayuda a la División de Seguridad Vial”, consigna el documento.

Mediante esa presentación, la Secretaría Dos del Juzgado Civil, Comercial, Laboral y de Familia local ordenó al día siguiente “prohibir el acercamiento de manera mutua por un lapso de 180 días a partir de la notificación de ambos”. Los dos jóvenes fueron apercibidos de que podrían ser arrestados si no cumplían con esta medida e incluso se dejó en claro que no podían comunicarse mediante redes sociales.

Pero nada de eso sucedió.