Consagración y súplica a la Virgen de Itatí por el fin de la Pandemia

lunes 04 de mayo de 2020 | 23:00hs.
Consagración y súplica a la Virgen de Itatí por el fin de la Pandemia
Consagración y súplica a la Virgen de Itatí por el fin de la Pandemia
En el marco de la solemnidad de la Santísima Cruz de los Milagros y Jornada del Jesús Buen Pastor, los obispos de Corrientes, Goya y Santo Tomé, acompañados por todo el pueblo correntino, hicieron la consagración y súplica a la Patrona y Protectora de la Provincia, la Tierna Madre de Itatí.

Esta plegaria realizada ayer domingo, fue elevada a la Virgen por “el fin de la pandemia del coronavirus y el mal del dengue; y para que Ella proteja a todos los que prestan servicios a la comunidad, sostenga la fe y la esperanza de nuestros enfermos y consuele a sus familiares”.

En lo que respecta a la diócesis Santo Tomé, Mons. Gustavo Montini presidió la Santa Misa en la Catedral Inmaculada Concepción, y al finalizar la misma, realizó la mencionada súplica y consagración a la Tierna Madre de Itatí.

En tanto que a las 16 desde la iglesia de La Cruz de los Milagros en la Santa Misa, hizo lo mismo, el Arzobispo Metropolitano de la Provincia Eclesiástica de Corrientes Monseñor Andrés Stanovnik.

En tanto que a las 18 en la Parroquia Santa Rita de Cascia, el padre Carlos López realizó la misma súplica y consagración, ante la imagen de la virgen de Itatí.

De este modo, las diócesis de la provincia de Corrientes nuevamente, se pusieron bajo el amparo y el cuidado de quien es su patrona y protectora, la Tierna Madre de Itatí.

“En la dramática situación actual, llena de sufrimientos y angustias que oprimen al mundo entero, acudimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra, y buscamos refugio bajo tu protección. Oh Virgen María, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos en esta pandemia de coronavirus, y consuela a los que se encuentran confundidos y lloran por la pérdida de sus seres queridos, a veces sepultados de un modo que hiere el alma. Sostiene a aquellos que están angustiados porque, para evitar el contagio, no pueden estar cerca de las personas enfermas. Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro incierto y de las consecuencias en la economía y en el trabajo”, resaltaron durante la misa.

“Madre de Dios y Madre nuestra, implora al Padre de misericordia que esta dura prueba termine y que volvamos a encontrar un horizonte de esperanza y de paz. Como en Caná, intercede ante tu Divino Hijo, pidiéndole que consuele a las familias de los enfermos y de las víctimas, y que abra sus corazones a la esperanza”, agregaron.
“Protege a los médicos, a los enfermeros, al personal sanitario, a los voluntarios que en este periodo de emergencia combaten en primera línea y arriesgan sus vidas para salvar otras vidas. Acompaña su heroico esfuerzo y concédeles fuerza, bondad y salud”, resaltaron.

“Permanece junto a quienes asisten, noche y día, a los enfermos, y a los sacerdotes que, con solicitud pastoral y compromiso evangélico, tratan de ayudar y sostener a todos. Virgen Santa, ilumina las mentes de los hombres y mujeres de ciencia, para que encuentren las soluciones adecuadas y se venza este virus”, indicaron.

“Asiste a los líderes de las naciones, para que actúen con sabiduría, diligencia y generosidad, socorriendo a los que carecen de lo necesario para vivir, planificando soluciones sociales y económicas de largo alcance y con un espíritu de solidaridad. Santa María, toca las conciencias para que las grandes sumas de dinero utilizadas en la incrementación y en el perfeccionamiento de armamentos sean destinadas a promover estudios adecuados para la prevención de futuras catástrofes similares”, pidieron.

“Madre amantísima, acrecienta en el mundo el sentido de pertenencia a una única y gran familia, tomando conciencia del vínculo que nos une a todos, para que, con un espíritu fraterno y solidario, salgamos en ayuda de las numerosas formas de pobreza y situaciones de miseria. Anima la firmeza en la fe, la perseverancia en el servicio y la constancia en la oración. Oh María, Consuelo de los afligidos, abraza a todos tus hijos atribulados, haz que Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia y que la vida pueda reanudar su curso normal con serenidad. Nos encomendamos a Ti, que brillas en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Amén”, finalizaron los obispos.