Las autolesiones se ubican como una señal de alerta. Un indicador para que padres, docentes, médicos, amigos, comunidad en general, actúen para prevenir una decisión irremediable. Se conoce como cutting y puede volverse adictivo. Y, lamentablemente, es algo cada vez más común entre adolescentes y jóvenes. De hecho, la Comisión de Desarrollo Estratégico Integral de Municipios (Codeim), reveló que en el último año hubo un número preocupante de casos de autolesión en las localidades misioneras ubicadas en la ruta 14.

“No toda persona que se autolesiona se va a quitar la vida pero sí puede ser un motivo para hacerlo. Esa persona necesita lastimarse para calmar su angustia, el dolor del alma, entonces probablemente pueda pensar en quitarse la vida”, dijo a El Territorio, Danilo Ces, de la Asociación Civil Defender la Vida al tiempo que marcó que el cambio de carácter también representa un grito de ayuda: “una persona que se margina de grupo, que cambia de grupo, se aisla, tiene bajo rendimiento escolar, deja de comer o come en exceso, son muestras de cambio de carácter, son cosas a tener en cuenta”. Y finalmente, explicó: “Está la tentativa de suicidio, que es cuando el chico ya probó en hacerlo y necesita que esté alguien con él todo el tiempo, debe estar acompañado. Después está la ideación, que es cuando la persona está en una ambivalencia, indeciso entre terminar con la angustia y seguir viviendo”. Muchos de los espacios donde se suelen ver esta clase de manifestaciones son en la escuela. "Se comunica desde lo verbal o lo no verbal. Cuando vemos señales raras hay que recurrir y contarle a un adulto para prevenir ese tipo de situaciones", remarcó. 

“Hemos delegado muchos roles”