2022-10-28

Por esta pesquisa el martes hubo 14 allanamientos en distintos puntos de Entre Ríos

Piden desde Entre Ríos detención del hijo de Pity Arrúa

El fiscal Santiago Alfieri investiga a Franco Arrúa, quien sería parte de una banda que vende droga en un penal de Paraná. Su padre fue 2 veces condenado por narcotráfico

En el marco de una investigación judicial que busca determinar presuntas conexiones delictivas entre presos y agentes penitenciarios de la Unidad Penal de Paraná, Entre Ríos, un fiscal de esa provincia solicitó durante las últimas horas la detención de uno de los hijos del conocido capo narco misionero Pedro Amadeo “Pity” Arrúa (59).

Se trata de Franco Agustín Arrúa, por sobre quien el fiscal Santiago Alfieri de la Unidad Fiscal de Investigación y Litigación de Entre Ríos solicitó mediante el Juzgado de Garantías de esa provincia la inmediata localización y detención del joven por sus presuntos vínculos en una nueva organización delictiva que días atrás registró varios detenidos tras múltiples allanamientos. 

Según consignaron varios portales locales, el requerimiento de ubicación para el hijo de Pity Arrúa se dio luego de que un segundo agente penitenciario se entregara voluntariamente ayer al mediodía ante la Justicia en el marco de la citada causa.

“Cerca del mediodía de este jueves (ayer) se hizo presente en Fiscalía, acompañado por una abogada, y como tenía la orden de detención librada y abierta se produjo la detención del otro penitenciario que estaba siendo requerido”, confirmó el fiscal Alfieri al portal El Once.

Y agregó; “Ahora pedimos al Juzgado de Garantías la captura y detención de una persona que nos interesa tenerlo a disposición de la Fiscalía, que es Franco Agustín Arrúa; mientras personal policial de Investigaciones trabaja en su localización”.

En el marco de esta pesquisa, el martes 25 de octubre se concretaron 14 allanamientos: uno en la Unidad Penal Federal, dos en la  cárcel de Paraná, y en los barrios Jauretche, Paraná XX, Paraná XVI, Paraná XIV y uno en zona céntrica de la capital entrerriana.

Tras el operativo, se produjeron nueve detenciones y se incautó material informático, teléfonos, dinero, estupefacientes, documentación, tarjetas de crédito y débito.

“Se investiga la comercialización de estupefacientes dentro de la Unidad Penal Nº1 de Paraná con el ingreso de estupefacientes y otros elementos prohibidos, conforme el reglamento, tanto por parte de familiares de los detenidos como, en el caso de la sospecha, de dos agentes penitenciarios”, confirmó el fiscal.

“La sospecha fue sobre la actividad de comercialización de estupefacientes dentro de la unidad penal y la cobranza, virtual y bancaria electrónica, tanto dentro como fuera de la cárcel, con cuentas habilitadas para tal efecto”, explicó el funcionario judicial.

Y aclaró: “Las transacciones sospechadas se dieron tanto por bancarización tradicional electrónica, como por las nuevas plataformas de billeteras virtuales: Ualá”.

De acuerdo con lo que refirió Alfieri, “los elementos secuestrados son fuentes de información que nos llevarán a acreditar, por ejemplo, que determinado teléfono era el que se empleaba dentro de la unidad penal. El contenido de las agendas de los teléfonos de las cuentas vinculadas y de las registraciones que puedan haber dentro de los dispositivos electrónicos son fundamentales para corroborar la sospecha de la investigación”, ratificó Alfieri.

Antecedente familiar

El ahora requerido por la justicia entrerriana es hijo de Pedro Amadeo “Pity” Arrúa (59), quien en julio del año pasado fue condenado por el Tribunal Oral Federal (TOF) de Concepción del Uruguay a 13 años de cárcel por delitos vinculados al narcotráfico.

El oriundo de Dos de Mayo fue hallado “autor material y responsable del delito de organización y financiamiento de actividades de tráfico de estupefacientes agravado” y los procesos investigativos demostraron su capacidad operacional como para dirigir el negocio narco desde la cárcel y la facilidad para reinventarse si alguno de sus colaboradores caía en el camino.

Su nombre apareció por primera vez en las crónicas policiales misioneras a mediados de los 90 cuando fue acusado de un hecho de fraude.

Posteriormente también fue vinculado a un homicidio (luego sobreseído) y en 2009 hasta fue mencionado en el expediente que investigaba la ruta de la efedrina, lo cual incluso le valió un procedimiento en su chalet del barrio Alta Gracia de Posadas, donde lo hallaron escondido en un ropero y le incautaron un Mini Cooper.

Pero su especialización dentro del mundillo delictivo pareció haberla hecho en narcotráfico, delito por el cual recibió su primera condena en 2012 mediante un fallo dictado por la Justicia Federal cordobesa.

En aquella ocasión, Arrúa fue condenado a 8 años de prisión y fue alojado a una celda de la Colonia Penal 17 de Candelaria, desde donde continuó operando y le valió una nueva causa judicial que se tradujo en una otra sentencia en su contra por organizar el traslado de una tonelada de marihuana que terminó siendo interceptada en 2014.

Después de ello, el hombre fue trasladado a distintos penales de Entre Ríos, desde donde una y otra vez siguió dirigiendo actividades de narcotráfico y fueron esos expedientes los que ahora se resolvieron en dos juicios realizados por separado en Concepción del Uruguay. 

Te puede interesar