2018-09-14
A una mujer le extirpan un tumor benigno de su útero del tamaño de una calabaza
La paciente, de 53 años, se acercó a realizar una consulta porque la protuberancia le dificultaba desplazarse y la obligaba a quedarse en cama. Asimismo, tenía dificultad para respirar, tanto cuando se movía como estando acostada. Para quitarlo, tuvieron que realizarle una histerectomía, donde también le extirparon su útero y sus ovarios.
Los médicos se encontraron con un tumor de 65 centímetros, que había tomado toda la cavidad abdominal y pélvica de la mujer y llegando hasta la parte inferior del esternón. Desde un punto de vista médico, los miomas uterinos “gigantes” solo pesan 11 kilos, menos de la mitad del que tenía esta paciente.
De acuerdo al reporte, la operación fue complicada y, una vez quitado, tuvieron que realizar una cirugía plástica para reconstruirle la pared abdominal, que se había afinado producto del estiramiento. Dos meses después de la intervención, la mujer se recuperaba favorablemente.
Los médicos se encontraron con un tumor de 65 centímetros, que había tomado toda la cavidad abdominal y pélvica de la mujer y llegando hasta la parte inferior del esternón. Desde un punto de vista médico, los miomas uterinos “gigantes” solo pesan 11 kilos, menos de la mitad del que tenía esta paciente.
De acuerdo al reporte, la operación fue complicada y, una vez quitado, tuvieron que realizar una cirugía plástica para reconstruirle la pared abdominal, que se había afinado producto del estiramiento. Dos meses después de la intervención, la mujer se recuperaba favorablemente.
El motivo de la aparición de este tumor benigno se desconoce. Los doctores estiman que, por su magnitud, debe haber estado allí desde hacía, al menos, cinco años. Les sorprendió que la mujer no tuviese otros síntomas, como constipación o pérdida de apetito producto de la presión que ejercía el miomapenso. Es posible que, debido a su crecimiento lento, su cuerpo haya tenido tiempo de adaptarse a los cambios.
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