Absolvieron al portero acusado de abuso y recuperó la libertad

miércoles 24 de abril de 2019 | 6:00hs.
Absolvieron al portero acusado de abuso y recuperó la libertad
Absolvieron al portero acusado de abuso y recuperó la libertad
Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeley fojacero@elterritorio.com.ar

El portero que estaba siendo enjuiciado en Eldorado por el presunto abuso sexual de una niña de 7 años fue absuelto en la jornada de ayer y la Justicia dispuso su inmediata liberación. 

La sentencia a favor de Severo Mendoza (62) fue impartida ayer por el Tribunal Penal Uno de Eldorado, integrado por los magistrados María Teresa Ramos, Atilio León y Lida Gallardo. 

Tras oír el fallo, el portero se levantó de su asiento y lentamente se dirigió hacia sus familiares con quienes se fundió en un emotivo abrazo ante la mirada de su letrado defensor y las demás partes intervinientes en el debate que había comenzado semanas atrás. 

Horas antes, en la misma sala de debates, había comparecido ante los jueces una psicóloga que en su momento intervino en el caso. Su palabra fue el último testimonio recolectado en el marco del juicio y una vez culminado esto se pasó a la ronda de alegatos. 

En esa instancia, el primero en exponer fue el fiscal Federico Rodríguez, quien solicitó la absolución del imputado, solicitud idéntica a la propuesta por Claudio Paniagua, el letrado defensor de Mendoza. 

Ante esta situación, al no haber acusación de por medio, los magistrados del tribunal decretaron la absolución por el beneficio de la duda para Mendoza en orden al delito de abuso sexual agravado por el uso de arma blanca por el cual había llegado a juicio. 

De esta forma, después de dos años y ocho meses detenido, ayer Mendoza salió sin esposas del edificio del tribunal y volvió a respirar aires de libertad.

Por último, el tribunal también estableció para el 8 de mayo  la lectura de los fundamentos del fallo.
“Tres años son como 100 años siendo inocente. Yo viví un infierno ahí -por la cárcel-, siendo inocente. No entiendo de dónde vino tanta maldad en el que el único perjudicado fui yo y mi familia que sufrió. No le tengo rencor ni odio a nadie de esa familia”, dijo Mendoza a Norte Misionero.

Desarrollo del debate

Por tratarse de un delito de índole sexual, las primeras audiencias del juicio se desarrollaron a puertas cerradas para preservar la integridad de la víctima. 

Según pudo averiguar El Territorio en base a fuentes consultadas, durante el transcurso del debate no se lograron recolectar pruebas y elementos suficientes como para acreditar que el imputado haya abusado de la niña. 

Los voceros indicaron que el indicio más fuerte en contra de Mendoza era el testimonio vertido por la menor en Cámara Gesell, pero esos dichos no alcanzaron a tener la fuerza suficiente como para llegar al grado de certeza que se requiere para condenar a una persona. 

Es que en el juicio declararon varias personas que trabajaban en la misma institución y ninguna de ellas aseguró observar nada sospechoso ni tampoco una vinculación o acercamiento especial con la niña. 

Además, el otro elemento puesto en el tapete durante el debate fue el examen médico practicado a la niña, ya que en el desarrollo del juicio surgió que aparentemente la niña no registraba una correcta higiene en su zona íntima y no dejaba que su madre le limpiara porque aprendió que nadie debía tocarle. 

Por consiguiente está abierta la posibilidad de que las lesiones que presentaba al momento de la acusación hayan sido consecuencia de esta falta higiene o bien por el roce de la ropa, ya que además las heridas era cutáneas y no internas.

Por otro lado, en medio del debate los magistrados del tribunal también realizaron una inspección ocular en la escuela en cuestión para constatar los espacios físicos y comprobar si efectivamente los hechos pudieron haberse producido de la forma en la que la niña aseguró en Cámara Gesell. 

De ese procedimiento constataron que desde el lugar que ocupaba la niña en su sala de clases no alcanzaba a ver el patio. Esto fue importante ya que la víctima aseguraba que desde esa zona el acusado le hacía señas para que vaya al baño y era ahí donde presuntamente se cometían los abusos. 

La denuncia

La denuncia que inició la causa y ahora llegó a debate fue radicada a comienzos de 2016 por la madre de la víctima. 

En esa instancia, la mujer aseguró ante los efectivos policiales que su hija había sido víctima de abusos perpetrados por el portero de la escuela a la que asiste, que en ese entonces era la N° 129. 

En la denuncia se dejaba constancia que aparentemente el acusado encerraba en un baño a la niña, la desvestía y le tocaba sus partes íntimas mientras la amenazaba con un cuchillo. 

La instrucción del hecho fue llevada adelante por el Juzgado de Instrucción Dos de Eldorado.