Defensores del espacio público

martes 03 de diciembre de 2019 | 5:00hs.

Por Eduardo Saldivia Arquitecto. Docente de la Facultad de Arquitectura de la UCSF

La creciente conciencia ambiental y la necesidad permanente de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, proponen a las ciudades una serie de grandes desafíos. Uno de ellos es darle a los habitantes espacios verdes suficientes. Hoy son muy pocas las ciudades que cuentan con los 9 metros cuadrados por habitante -como recomienda la Organización Mundial de la Salud- y la situación empeora cuando lo medimos a nivel metropolitano. Muchas capitales con espacios verdes limitados tienen en su primera corona -ese primer anillo de ciudades aledañas- muchas veces situaciones peores, y el promedio de unas con otras da resultados aún más preocupantes.
El arquitecto Jaime Lerner, en el caso de Curitiba, optó por convertir en áreas verdes a viejas canteras en desuso. Pero para darle mayor sentido de pertenencia y asegurarse que la gente se apropie de esos lugares, eligió dedicárselos y encomendarle cada uno a una colectividad inmigrante diferente. Los parques ucraniano, polaco, japones y alemán, junto al Jardín Botánico de Curitiba, permitieron que la ciudad brasileña pase de 0,5 a 52 m2 de áreas verdes por persona.
En esa línea, en Misiones contamos con dos proyectos muy influyentes. 
El primero es el del parque urbano La Cantera, en Apóstoles. Un espacio junto a la laguna Malarczuk, en el que el Iprodha proyectó un espacio verde con un anfiteatro y un gran espejo de agua, que sirve como lugar de encuentro tanto para eventos locales, como para alentar y animar a todos los vecinos a cuidar allí su salud haciendo actividades aeróbicas.
El segundo caso es el de la antigua cantera Santa María de Posadas. Más conocida por su cascada artificial, se transformó en un lugar referente de la ciudad. A tal punto que empezó a cumplir con las funciones de una arena para eventos, sirviendo de espacio para recibir recitales, festivales y eventos similares. 
En definitiva, lo que los urbanistas recomiendan es empezar a revertir la situación actual recuperando predios en desuso. Un espacio con potencial en este sentido es -también en Posadas- el predio de la Usina de Emsa en El Brete, donde esperamos que la provincia aproveche la oportunidad de crear un nuevo paisaje.
¿Pero qué pasa cuando en la ciudad no hay predios para recuperar?
Ningún político domina todos los temas de su cartera, son sus asesores los que realmente entienden al respecto sobre cada asunto específico, por lo que es más importante tener un buen asesor que un funcionario con buenas ideas. El mérito de cada político estará en decidir qué temas son prioritarios y a quienes convoca para ocuparse de eso.   
En Nueva York la necesidad de mayores espacios verdes era igual que en cualquier ciudad, por lo que -en 2002- el alcalde Blumberg, le encomendó a la planificadora Amanda Burden que se ocupara del tema. 
Su primer trabajo consistió en rezonificar la ciudad, ordenando las áreas residenciales en torno al sistema integrado de transporte, para que fuera menos tentador usar el auto. El nuevo plan estableció alturas máximas y usos para unas 1000 manzanas por año, durante 12 años, y hoy ningún edificio nuevo en la ciudad está a más de 5 cuadras del transporte público. Pero convertir el espacio público y tranformarlo haciendo foco en los peatones, en lugares para la gente, no se puede lograr sin áreas verdes. Aquí Burden tuvo su mayor desafío.
En la Gran Manzana los predios vacantes son muy pocos, y a la planificadora se le ocurrió usar tramos muertos de ramales ferroviarios para crear parques lineales a través de tres barrios. Con una particularidad, estos ramales estaban elevados como autopistas, pasando por arriba de las calles, pero no fue un impedimento y avanzó creando el popular Highline Park. Evocando lo que proponía LeCorbusier con sus terrazas jardín, aquí se generaron muchos nuevos metros cuadrados verdes para la cuidad y un circuito aeróbico muy atractivo para los vecinos. Un éxito asegurado.
Lo que no debemos olvidar en todo esto, es que siempre va a haber intereses privados sobre los espacios verdes de la ciudad. Desarrolladores inmobiliarios queriendo avanzar con buenos negocios o comerciantes queriendo desembarcar tentando a la comuna de ingresos, pero debe prevalecer la buena planificación del territorio. 
Seguramente había muy buenos proyectos inmobiliarios para el Jardín Botánico de Curitiba y muchas marcas quisieran poner su stand o su tienda en el highline park, por donde pasan miles de personas por día. Pero en ambos casos prevalece el bien común, aún cuando la ciudad gane menos por ello, lo toman como una inversión.
En Posadas, nuestro futuro también está en el Jardín Botánico, en el Parque de la Ciudad y en el humedal del arroyo Zaimán. Esperemos que aquí tampoco se vuelvan centros comerciales a cielo abierto y nos permitan tener una mejor calidad de vida a todos. Depende de cada uno de nosotros ser siempre verdaderos defensores del espacio público y ocuparnos de que se los recupere para la comunidad, respetándonos a todos por igual.