“Tengo consuelo de que en algún momento me voy a reír de esto”

viernes 15 de mayo de 2020 | 5:00hs.
“Tengo consuelo de que en algún momento me voy a reír de esto”
“Tengo consuelo de que en algún momento me voy a reír de esto”
María Elena Hipólito

Por María Elena Hipólito sociedad@elterritorio.com.ar

Todo el mundo está sumido en la amenaza del coronavirus que día a día se cobra más víctimas e infecta a otros miles de ciudadanos. En ese contexto, hay numerosos misioneros que emigraron hacia tierras lejanas en busca de nuevas experiencias o de un futuro mejor y la cuarentena los agarró estando lejos de los suyos.
Es el caso de Xochitl Burtnik (27), que si bien nació en Corrientes, vivió gran parte de su vida en Leandro N. Alem, donde está radicada toda su familia. La joven viajó a Irlanda el pasado 13 de marzo luego de aplicar para una visa de trabajo, y dos días después de su llegada comenzó en el país europeo la cuarentena obligatoria por el Covid-19.
“Estamos en cuarentena hace dos meses, llegué y unos días después se declaró la cuarentena obligatoria. Es un poquito menos restringida que en Argentina porque tenés permitido salir a caminar o hacer ejercicio a dos kilómetros de tu casa; salvo que vayas en tu auto en una autopista lejos de tu casa o a una playa pública no hay policías todo el tiempo que estén controlando y no te meten preso porque se trata de impulsar más la responsabilidad individual”, contó Xochitl, que reside en la ciudad de Galway, en diálogo con El Territorio.
No obstante, hay varias similitudes respecto al distanciamiento social, la prohibición de juntarse en lugares cerrados y el cierre de distintos rubros salvo los esenciales como supermercados y farmacias, entre otros. 
“Los supermercados hacen mucho esfuerzo para que se mantenga la distancia social así que hay que hacer fila, hay algunos que te piden que te pongas guantes, otros que te desinfectes las manos a la entrada y a la salida. El uso del barbijo todavía no es obligatorio pero el gobierno lo recomienda”.
Xochitl aún no tiene empleo por el contexto mismo de la emergencia sanitaria mundial y no pudo finalizar con los trámites en la oficina de migraciones ya que se encuentra cerrada. Actualmente se está quedando en la casa de unos amigos y se solventa por el momento con lo que había ahorrado para su viaje al viejo continente.
“Cuando se programan este tipo de viajes se hacen con un montón de tiempo de anticipación y planificás muy bien todo. Después te cae una pandemia y la realidad es que al principio genera muchísima ansiedad, no sabés qué va a pasar porque en realidad nadie lo sabe ni tiene la respuesta”, consideró.
Y finalizó: “Hasta ahora encuentro consuelo en el hecho de que en algún momento me voy a reír de esto y lo voy a poder contar como una historia muy interesante, tipo ‘¿te acordás del día que decidiste ir a Europa y cayó una pandemia?’. Tengo optimismo en que esto va a pasar, probablemente la normalidad o lo que llamamos normalidad no vuelva nunca y haya que adaptarse”.