Profesionales se unen para construir un respirador de emergencia

viernes 08 de mayo de 2020 | 7:00hs.
Profesionales se unen para construir un respirador de emergencia
Profesionales se unen para construir un respirador de emergencia
Por Belén Spaciuk

Por Belén Spaciuk interior@elterritorio.com.ar

El contexto actual de pandemia pone sobre el tapete algunas cuestiones humanas. Una de ellas responde a la conciencia social o colectiva. Este tipo de empatía o vínculo con la sociedad es vital para el correcto desarrollo de una comunidad, ya que forma individuos más respetuosos, solidarios y capaces de desarrollar todo su potencial. Asimismo, es justamente el tipo de conciencia que alentó a muchos, en medio de la desdicha, a aportar producción, trabajo y optimismo para donar soluciones al panorama. 
Tal es el caso de un grupo de profesionales autoconvocados, quienes, con el apoyo de distintos organismos, trabajan para construir un asistente de ventilación mecánica automatizado, para ser utilizado en situaciones de emergencia. 
El equipo trabajador, compuesto por Iván Riquelme, Marcos Lugo, Fernando Kraus, Gimena Carrara, Ricardo Petterson y Pablo Vera, se reúne con la iniciativa de desarrollar una adaptación al dispositivo automatizado para ventilación con bolsas autoinflables manuales, Ambu, basando el desarrollo en modelos de código abierto. “Partimos de un instrumento médico que se ocupa para asistir la respiración de una persona de forma manual, el Ambu.  Lo que buscamos es mecanizar el proceso, de manera que funcione por sus propios medios”, señaló Marcos Lugo, profesional de la línea de acción Sumá tu Escuela de la Escuela de Robótica, en diálogo con El Territorio.
El proyecto apunta a lograr un dispositivo que pueda utilizarse y reproducirse localmente en una situación de urgencia generalizada, cumpliendo los requisitos esenciales para ventilar de forma segura y temporaria a un paciente en este contexto. Se trata de un sistema simple, que utiliza un motor para accionar una leva que, a su vez, comprime la bolsa del resucitador manual y lo libera ajustando el volumen de aire suministrado en cada inhalación, la frecuencia de bombeo y la relación entre inhalación y exhalación, entre otros parámetros. 
Ahora bien, en lo que respecta al origen del proyecto, los jóvenes destacaron que, desde que comenzó la cuarentena obligatoria, se pusieron a pensar en qué podrían hacer para contribuir con la sociedad. “Empezamos a investigar algunas propuestas que son eco en otras partes del mundo. Aquellas que tienen que ver con esta lógica de código abierto, que quiere decir que el conocimiento está exhibido a todos y se comparte para que otros puedan reproducirlo o copiarlo. A su vez, nos movilizó una inquietud propia de hacer algo por la sociedad, ayudar en algo, contribuir de alguna manera desde nuestro lugar y con lo que sabemos o podemos”,aportó Iván Riquelme, diseñador industrial y miembro del equipo.  
De todas maneras, estos desarrollos colaborativos requerían un proceso de adaptación local. “Comenzamos a investigar otros desarrollos y articular algunos. Así empezamos a adaptar el equipo a los recursos locales”, detallaron los especialistas. “Llevamos aproximadamente un mes de trabajo. Seguimos en proceso. Todavía nos falta, pero estamos avanzando”, continuaron los trabajadores al tiempo que resaltaron el apoyo de Infinito por Descubrir (IxD) del Parque del Conocimiento, la Escuela de Robótica y la Universidad Gastón Dachary, organismos que les brindan insumos y herramientas necesarias para construir el artefacto.   
Por otra parte aseguran que, aunque llevan un importante avance, todavía resta camino por recorrer. Sobre todo teniendo en cuenta que faltan adaptaciones y que, una vez realizado el proyecto, debe superar varios testeos e instancias de aprobación. “Hacer una máquina de este tipo requiere que el equipo llegue a cumplir su función y, una vez que lo logre, la mantenga constantemente en el tiempo. Trabajamos pensando en que habrá una vida que dependerá de él, por eso no puede fallar y es tan importante”, reflexionaron. Es que, el respirador debe además de funcionar, mantenerse en constante trabajo, adaptarse a diferentes velocidades e incluso contener la expansión de ondas electromagnéticas, para que no interfiera con otros dispositivos, entre otras tantas cuestiones a sortear. “Es muy complejo y vamos etapa por etapa. Y, lo importante es que trabajamos de manera transversal, articulando disciplinas así como también contamos con el apoyo y ayuda de especialistas del área de terapia intensiva, enfermeros y otros capacitados que nos orientan y asesoran. Es un trabajo interdisciplinario”, continuaron.
Al día de hoy, el Prototipo 01 se encuentra listo para el montaje de los componentes electrónicos dentro del equipo y para iniciar el proceso de programación y prueba, con supervisión de personal médico especializado en manejo de este tipo de equipamientos. Hasta el momento se ha desarrollado el chasis y el sistema de accionamiento mecánico a través de Cortes CNC, piezas de Impresión 3D y herramientas e insumos.  
Una vez testeado el modelo, se planea producir un segundo equipo, ya con materiales y componentes homologados para uso sanitario. Y,  finalizado y aprobado su uso, será presentado ante quienes corresponda para su fabricación con tecnologías de las industrias de la provincia.  
Este respirador, en un futuro, podría servir como soporte al personal de salud en situaciones críticas, donde se requiera asistencia respiratoria y no esté disponible en forma inmediata un respirador automático. “De repente, nos encontramos todo atravesando una situación recompleja a nivel mundial y nos sentimos en la obligación de hacer algo, aportar. Buscamos que, si en algún momento se necesitara una ayuda extra, esto sea una opción de soporte y asistencia”, concluyeron los profesionales.