Pequeño talento posadeño

Luciano viste la moda

Luciano Grigione tiene 7 años y es un prodigio con la máquina de coser. En su casa ni su madre ni su abuela tenían el talento, pero lo ayudaron a encontrar una maestra que potenciara su capacidad de costurero. Hoy diseña y cose grandes vestidos
jueves 09 de noviembre de 2023 | 6:00hs.
Luciano viste la moda
Luciano viste la moda

“Un buen modisto debe ser: arquitecto para los patrones, escultor para la forma, pintor para los dibujos, músico para la armonía y filósofo para la medida”, estipula Balenciaga.

Sus dedos se deslizan ágiles y seguros. Ellos saben. La aguja baja y sube. Un sonido monótono y rítmico invade el taller. Tela, manos y máquina son partes de un todo que se va construyendo paulatinamente.

Luciano Grigione (7) al igual que Max Alexander, el niño diseñador que viste a celebridades como Sharon Stone, destaca por su precocidad, habilidad y talento tanto para el diseño como para la confección de prendas.

El pequeño domina el arte de coser a máquina.

Comenzó vistiendo muñecas de manera original y usando material que tenía a mano. Luego, esa actividad fue tomando cuerpo y ampliándose a medida que la curiosidad y ganas lo llevaron vía tutoriales de Youtube a expandir sus conocimientos y necesidades.

Una visita al taller de una amiga de la familia en la que se confeccionan bikinis y la contemplación de la transformación de cortes de tela en prendas al pasar por la máquina, fue para él una epifanía. A partir de ese momento supo que quería una máquina de coser que llegaría junto con la necesidad de conseguir alguien que lo instruya.

El tul se deja doblar y llevar mansamente. La mano izquierda a la vez lo aprieta contra la base de la overlock y casi al mismo tiempo lo desliza para que tras la puntada, el hilo vaya uniendo la tela. La mano derecha, como si se tratara de la ejecución de una partitura, acompaña la acción de la zurda y cada tanto mueve el volante, todo a una velocidad sorprendente.

Luciano junto a su maestra, Agustina, quién lo ayudó a perfeccionarse.

Los pies también participan de la acción total que es operar la máquina industrial. Todo a un ritmo y velocidad que sorprende porque la acción descrita puede realizarla cualquiera con un poco de instrucción, pero lo que llama la atención es que el ejecutor cuenta con siete años y su destreza fácilmente supera el rendimiento esperable en una persona adulta.

“Esto que vos ves, lo estoy viendo yo también por primera vez”, contó Agustina Roggini, que es quien acompaña al prodigio posadeño en su proceso de aprendizaje.

La coach se refiere al hecho de que hace sólo unos instantes explicó al pequeño Luciano el funcionamiento y la operación de la máquina. La madre, Mirian Fernández, cuenta: “nadie en la familia cose, ni la mamá, ni la abuela. Entonces no había quien le pudiera enseñar ni acompañar en el proceso. Por eso nos pusimos a buscar quien le enseñara”.

La edad del futuro aprendiz conspiraba en esa búsqueda hasta que dieron con la maestra ideal.

“Al principio fuimos varias con él al taller, pero al poco tiempo nos superó a todas. Mientras nosotras seguíamos en el recto, él ya había realizado el recto, comenzado con el zigzag y terminado”, contó la mamá.

Esperaba aburrido a sus compañeras, entonces la mae tuvo que improvisar un molde para hacer ropa para un oso de peluche. “A partir de ahí decidimos con la mae que él necesitaba clases personalizadas”, sumó la mamá.

En plena producción, prepara un vestido para una modelo que desfilará en Iguazú.

El genio precoz no hilvana muchas palabras y da una imagen de niño tímido, sin embargo cuando se lo ve trabajar, tomando medidas con la cinta métrica, cortando la tela y manipulándola o pidiendo algún elemento que necesita, lo hace con el aplomo y la seguridad de quien sabe lo que está haciendo. Ahora trabaja con las partes de un vestido de grandes dimensiones que consta de muchas partes y lo hace contrarreloj.

La máquina familiar no da abasto por eso para trabajar, asiste al taller de su mentora Agustina, después de salir de su jornada de doble escolaridad. A pesar de que el tiempo apremia, él confía que llegará. Ya ha vestido a su modelo, la joven Selena Ferreyra, y ahora la presentará otra pieza en un gran desfile en Iguazú como parte de La Ruta del Diseño Misionero.

Luciano Grigione opera la overlock y va uniendo las partes del vestido de tul rosado que lucirá su nueva modelo Bianca Ramos sobre la pasarela del evento que se celebra cada año el 11 de noviembre, la consagración de las cataratas del Iguazú como maravilla natural del mundo. Esa es su meta más próxima, a corto plazo, al menos. 

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