Temporada de narrativas electorales
Las fuerzas políticas que están en disputa para saber quién conducirá los hilos de la administración del Estado argentino por los próximos cuatro años entraron en la fase previa a la campaña electoral tradicional. Están en temporada de narrativas electorales. El tiempo en el que se debe construir la historia que le van a contar al electorado para tratar de conquistarlo, para lograr su atención y sus votos. Para los tres contadores de historias la situación es diferente.
Javier Milei intenta construir una narrativa que no demuela el cuento de las Paso, pero que a la vez no lo ate a futuro a promesas que las sabe muy difíciles de cumplir en los términos en los que las viene contando. Sergio Massa necesita empezar a contar una historia diferente a la que transcurre en su rol de ministro de economía, una historia en la que el bolsillo de los argentinos deje de ser acechado por la malvada inflación.
Mientras, Patricia Bullrich, más complicada, necesita encontrar las líneas adecuadas para contar una historia que conquiste a los votantes del derrotado Horacio Rodríguez Larreta, para que el 22 de octubre no se queden en sus casas, o aún peor, no vayan a votar por Sergio Massa o en blanco. Pero debe hacerlo al mismo tiempo sin desencantar a los votantes propios, para evitar que estos se inclinen por la historia de Milei.
En este contexto, esta semana se vio cómo Milei y Massa comenzaron a construir esa narrativa a partir de un diálogo confrontativo entre ambos, dejando de lado a Patricia Bullrich. Massa y Milei creen que la polarización entre ellos les favorece y los acerca a ambos a un enfrentamiento en segunda vuelta. Es que las matemáticas electorales muestran que son los dos candidatos con más chances de llegar a un balotaje. Juntos por el Cambio dejó de ser “el cambio”, concepto que pasó a manos de Milei, señaló Durán Barba esta semana que pasó, y enmudeció a todos los dirigentes de Cambiemos.
Votos migrantes
Según las primeras encuestas post Paso, Bullrich tiene serios problemas para retener votos de Horacio Rodríguez Larreta. La candidata de Juntos por el Cambio fue tan beligerante contra su rival en la interna, que ahora muchos votantes del jefe de Gobierno porteño no la cuentan como opción. Por otra parte, muchos de sus votantes empiezan a ver que Milei tiene más chances que ella de “terminar con el kirchnerismo”, por lo que empiezan a mirar con interés al libertario, que, salvo algún error extremadamente grave de campaña, no perderá ni un sólo voto de los que obtuvo en las Paso.
Situación similar es la de Massa, que retiene la totalidad de votos de su espacio, pero que además empieza a sumar votos de otros sectores peronistas que quedaron fuera de la contienda de octubre. Y esperan, a partir de medidas económicas para ayudar al bolsillo de los trabajadores, poder sumar una cantidad importante de votos de aquellos que no fueron a votar porque ninguna de las opciones de agosto les parecía adecuadas.
Esta migración de votos está fundada, en parte, en la búsqueda de certidumbre, una sensación que sobrevuela la sociedad argentina desde el día después de las Paso. En la primera semana por el descalabro de la economía, en medio de una devaluación que fue, al menos, desordenada. Y en esta segunda semana por la situación de seguridad, con robos organizados, que para algunas narrativas deberían ser llamados saqueos, que levantan ciertas suspicacias acerca de su generación.
Cerrando la narrativa de Alberto
Mientras tanto, Alberto Fernández va llegando al epílogo de su narrativa, y sobre el final le salió una bien. Logró la incorporación de la Argentina al bloque de los Brics, que lo componen Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. El ingreso de Argentina no fue único, entraron junto a nuestro país Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Etiopía, Irán y Egipto.
La incorporación de estos países fue concretada esta semana, pero se hará efectiva desde el próximo 1 de enero. Pero el gobierno de Alberto Fernández termina el 10 de diciembre, y dos de los tres candidatos con chances de llegar a la Rosada ya adelantaron que podrían salirse del bloque antes de que el ingreso se haga efectivo, si les tocara ganar la elección. Se trata de Bullrich y Milei. Luego entraremos en estas posturas.
Massa fue uno de los primeros en levantar la bandera del acuerdo para el ingreso de Argentina a los Brics, y ante empresarios del Council of America resaltó la importancia de estos acuerdos y le recordó a los empresarios lo importante que es para sus empresas que la Argentina esté asociada a países que son clientes importantes para sus carteras.
Salir de los Brics
Milei y Bullrich plantean argumentos diferentes para narrar la salida de Argentina de los Brics. Para Bullrich es inadmisible compartir bloque con países como Rusia, que están en plena guerra por su invasión a Ucrania, y con Irán, país señalado como organizador de los dos peores atentados terroristas que sufrió la Argentina en su historia. En tanto, para Milei el problema es la asociación con “países comunistas”. Por momentos, el candidato de la modernidad líquida y que construyó su triunfo en las Paso por fuera de las estructuras y en las redes sociales emplea términos y explicaciones demasiado viejas para estos tiempos.
Milei señala como “país comunista” a China, desconociendo que es uno de los más importantes mercados para la producción argentina, pero que además es el segundo socio comercial de los Estados Unidos. Claramente para el país del norte esas diferenciaciones de la postguerra ya no son válidas en los negocios.
Bloques como el de los Brics aceleran mucho el proceso de desembarco de inversiones, ya que incluyen acuerdos que acortan los caminos diplomáticos previos de esos procesos. Por momentos parece ser que a Milei le cuesta entender la dinámica del mundo real, y pasa demasiado tiempo en el mundo de las teorías, donde las letras parecen hacer todo más fácil que la práctica.
Entrar a la realidad
Dejar el mundo de la teoría parece ser el próximo paso de la construcción de narrativas electorales de Milei. No lo necesita hacer para sostener los votos conseguidos en las Paso, esos los tiene bastante bien asegurados y esta semana se volvió a mostrar muy sólido para el proceso electoral que viene. Ni tampoco para conseguir votos nuevos, ya que todo indica que estaría absorbiendo votos que pierden desde Juntos por el Cambio. En materia de campaña electoral Milei es el que mejor parado está, y su construcción de narrativa ya empieza a estar más pensada para un posible triunfo. Esto porque muchas de sus promesas que son buenas teóricamente hablando, pero casi impracticables de manera inmediata.
Esto lo saben y por eso comenzamos a ver una mesura en las promesas que manejan sus allegados. Esta semana comenzaron a moderar la idea de dolarización inmediata, lo de explotar el banco central dicen que es metafórico, los de los voucher en educación pasa para otros mandatos libertarios. Todas las medidas extremas le están pasando el filtro del pragmatismo. Por lo tanto, cobrar el sueldo en dólares parece a estar muy lejos como idea para los trabajadores.
La narrativa de Milei comienza a reflejar eso que el Libertario dice odiar, que el teorema de Baglini, aquel que dice que cuanto más cerca del poder está un candidato más responsable se vuelve en sus declaraciones, está más vigente que nunca.
Narrativa complicada
Mientras Massa y Milei construyen una narrativa de confrontación entre ellos, del otro lado Juntos por el Cambio intenta encontrar una historia que los tenga como protagonista. Por el momento no la están encontrando, y solo lograron avanzar con la demostración de juntarse. Esta semana vimos la “foto de familia” de juntos por el Cambio en la que Patricia Bullrich y Luis Petri se fotografiaron con sus rivales y con todos los candidatos del espacio en el país. En paralelo están en plena rosca por el Ministerio de Economía, demostrando que Juntos por el Cambio sigue más preocupado por las cosas de la política que por las cuestiones que le preocupan a la gente. Porque mientras debaten si le dan o no a Carlos Melconian todo lo que pide para aceptar ser el ministro, la gente sigue preocupada por ver cómo enfrentar la inflación, o si alguien le propone como ponerle fin a este mal de la economía argentina.
El 22 de octubre se elige presidente, no ministro de Economía, y eso parece estar perdiéndolo de vista Juntos por el Cambio. Un detalle de color: en el 2003, antes de la elección de primera vuelta, Carlos Menem presentó a un joven economista como su posible ministro de Economía. Era alguien que rompía los cánones y mostraba un perfil muy distinto al que proponía el expresidente. Era Carlos Melconian. Menem no movió la aguja con ese anuncio, ganó la primera vuelta, pero se tuvo que bajar antes del balotaje porque iba camino a una clara derrota. La gente no vota ministros de Economía, vota presidentes.
Narrativas de gestión
Por el lado de Sergio Massa está claro que la narrativa será construida por oposición a Javier Milei, con quien esta semana buscó diferenciarse en varias ocasiones, pero sin nombrarlo directamente, y utilizando las herramientas que la gestión de gobierno le permite, para mejorar el bolsillo de los argentinos a causa de la devaluación exigida por el FMI.
Se esperaba para el cierre de la semana una tanda de anuncios sobre el salario de los trabajadores, las jubilaciones y las Asignaciones Familiares. Mientras todos miraban al ministro esperando que esto suceda tras el regreso triunfante del acuerdo en Whashington, Alberto Fernández lo primereó y adelantó las medidas, aunque sin dar detalles. Le quitó el factor sorpresa.
La campaña del ministro de Economía con intenciones de presidente tendrá a partir de la semana que comienza mañana un anuncio por día dedicado al bolsillo de los argentinos, de diferentes estratos. Comenzarán por los que menos tienen, y están siendo los más golpeados, para luego ir intentando llegar a los demás. Lo cierto es que mientras esto pase, también tendrán que cumplir con los pedidos del último acuerdo del FMI, donde el recorte de gastos en materia de subsidios energéticos es el más resonante. Tendrá Massa que hacer malabares entre ambos abismos.
Cuidar lo propio
En Misiones la campaña tiene narrativas algo más claras. Por el lado del Frente Renovador se mantendrá la de “cuidar lo nuestro” en base a los resultados positivos de la gestión provincial. Con la idea del misionerismo como bandera, el oficialismo provincial saldrá, más que nada, a buscar el voto para sostener las dos bancas de senadores que ya tiene, y que conseguiría por obtener la mayoría de votos en esa categoría. Pero además, con esa narrativa, saldrá a intentar ampliar la representación actual de diputados.
Hoy la Renovación tiene dos diputados nacionales, uno de los cuales vence su mandato el 10 de diciembre, por lo que esa banca la pone en juego. Con los resultados de las Paso la Renovación estaría accediendo a dos bancas en esa categoría, por lo que ya estaría ampliando su representación. El objetivo que se pusieron desde el oficialismo provincial es alcanzar los votos necesarios para que los diputados nacionales del Frente Renovador de la Concordia que sumen al Congreso el 10 de diciembre sean tres.
Por ello los candidatos al senado Carlos Arce y Sonia Rojas Decut y para diputados Daniel “Colo” Vancsik, Yamila Ruiz y Alberto Arrúa, siguen caminando la provincia para llevar la propuesta renovadora. Confían que ahora de camino a las generales, que es cuando se definen los escaños realmente, se active todo el dispositivo de campaña del espacio como lo fue en las elecciones provinciales de mayo para hacer la diferencia electoral.
Por ahora varias agrupaciones que trabajaron para otros candidatos presidenciales, volvieron al calor del frente renovador para militar de cara a octubre. Estiman que habrá mucha migración de votos de la categoría legisladores de otros frentes hacia su oferta electoral. En cuanto a la pelea nacional no tienen dudas que la cosa se define en segunda vuelta entre Milei y Massa. Cuentan con encuestas que muestran que en Misiones también sucede lo mismo que a nivel país, se observa la caída de juntos por el cambio y desdibujamiento de su candidata Patricia Bullrich.
La oposición
En Juntos por el Cambio ya se prueba el traje de senador Martín Goerling, a quien le alcanza con este espacio salga segundo para entrar al Senado, ya que la repartija de cargos en esta categoría no se relaciona con los votos obtenidos, sino con las posiciones, el que sale primero mete dos senadores, el que sale segundo mete uno, sin importar las diferencias.
Aunque no haga campaña y el desempeño del espacio sea peor que en las Paso, el arrastre de la boleta de boleta nacional, más el hecho de que el tercer competidor en esa categoría lleva boleta corta, lo deja a Goerling listo para asumir. El resto de los candidatos, deberán salir a ganarse sus bancas.
En el Pays, el espacio que se quedó con boleta corta, pero que milita la candidatura de Sergio Massa con boleta cortada, la narrativa está más clara, salir a recuperar sus raíces agrarias es el objetivo. En las Paso demostraron que siguen estando vivos y que su fuerte, el norte oriental misionero, sigue siendo su bastión. La elección nacional, para este espacio, es más un ejercicio de renacimiento de política local que una batalla por cargos.
La elección se acerca, desde hoy quedan 53 días por delante, los cuales deberán ser bien aprovechados por cada uno de los espacios políticos en lucha, para tratar de llegar con las chances de dar pelea para alcanzar un final feliz para sus narrativas.