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Guardiana de un acervo que se preserva puntada a puntada

Graciela Jaszczuk es hija de inmigrantes ucranianos y una de las fundadoras del ballet de adultos Becelli Chase. Está a cargo del cuidado del vestuario del grupo
viernes 25 de agosto de 2023 | 5:30hs.
Guardiana de un acervo que se preserva puntada a puntada
Guardiana de un acervo que se preserva puntada a puntada

Guardiana, madre y con alma de docente, Graciela Jaszczuk es la encargada del vestuario del ballet Kolomeia desde hace aproximadamente ocho años. Según contó, empezó a involucrarse de a poquito, enseñando a los chicos del ballet cómo devolver los trajes, cómo lavarlos y con qué. Ello porque cada traje es muy costoso, ya que lleva telas especiales, lanas y accesorios delicados que deben cuidarse con especial atención para poder seguir utilizando y reutilizándolos. Y la tarea de preservación es tal que hoy en día el vestuario custodiado por Graciela cuenta con trajes creados desde 1987 aproximadamente. Todos se van reutilizando con su ayuda y las ideas de Ulises Casco, el coreógrafo del ballet.

Prestándole especial atención a su tarea, Graciela asegura que el espacio se convirtió en su segunda casa. Ubicado en el entrepiso, supo apropiarse del salón vestidor y convertirlo en un espacio de almacenamiento de trajes, historias y de pequeñas reuniones. “Esto me da vida, dos veces por semana es el mínimo de días que vengo, sobre todo los domingos cuando hay ensayo del Kolomeia”, dijo. “Vengo con mi máquina y me instalo a coser los detalles. Acá escucho música, los escucho a ellos y cuando necesitan algún consejo o algo, me encuentran acá”, agregó.

Abajo del vestuario en el que ella pasa la horas se ubica el escenario mayor donde los elencos practican las danzas típicas. El día de la visita de El Territorio, al terminar el ensayo, uno de los integrantes subió al vestuario y preguntó: “Mamá Grace, ¿querés un mate?”. Sonrojada y emocionada, Graciela contó que los chicos la llaman así: “Soy mamá de cuatro, pero acá tengo más chicos, me dan mucho cariño, ¿cómo no les voy a tener paciencia así?”.

Bordado

“Yo me pierdo en el tiempo cuando estoy bordando. Quería aprender  estas técnicas porque era una materia pendiente. Aprendí en Posadas con doña Alicia Harasemchuk. Hoy tengo tres libros con modelos y patrones”, contó satisfecha.

Es que como hija de inmigrantes y conocedora de las tradiciones, Graciela sabe que el bordado ucraniano ocupa un lugar importante entre las diversas ramas de las artes decorativas. Actualmente borda algunos detalles en pañuelos, chalecos y lo que se pueda intervenir para realzar la pieza y darle identidad.

Hilos, agujas, cintas y lo que fuese necesario para arreglar los trajes.

“Hace 15 años más o menos me preguntaron: ‘¿No querés hacernos el borde al crochet de estos pañuelos?’, me dieron el hilo y compré las mostacillas. Entonces las chicas se mueven en el escenario y ves así un pequeño brillito. Fueron ocho pañuelos gigantes y de ahí no paré”, recordó. Pero además de cuidar los trajes y mantenerlos, Mamá Grace confeccionó un bolsito tipo kit para que las chicas del ballet guarden con facilidad sus accesorios tales como: trenzas, collares y aros. Esa practicidad hace que su papel en el equipo sea fundamental.

“Cuando Ulises me propuso estar a cargo dije que sí sin pensarlo mucho. Es una gran responsabilidad y como siempre estuve y estaré dando una mano a la asociación, me hice cargo”, expresó.

Pandemia

En la etapa en la que el mundo entero hizo un stop, muchos aprovecharon el tiempo para dedicarse a cosas que no podían antes por el trajín del día a día. “Soy mayor de 60 y me mandaron a mi casa. Trabajaba con la computadora, en forma virtual. Así que decidí aprovechar el tiempo libre y arreglar las camisetas de los chicos. Siempre les falta un botón, les sobra algo, les quedan las hilos colgando, así que  vine al vestuario a arreglar. Traje mi máquina, mi Toyota y acá estuve”, contó.

Para embellecer aún más el espacio con arte típico, Graciela llevó  al vestuario unos cuadros con paisajes de Ucrania y en la mesa en la que trabaja con su máquina expuso  una imagen del poeta ucranio Taras Shevchenko -incansable defensor de la libertad de su patria y de todos los pueblos oprimidos-, junto a un ramo de marcelita, hilos, agujas y cintas.

La foto de sus abuelos ya en tierra colorada junto a su papá. Fotos: N. Guerrero

En la pared pintó con stencil una amapola  que simula ser el bordado. “En el edificio donde vivo también pinté, primero hice en mi piso, luego mis vecinos también me pidieron que pinte, así voy dejando huellas y mantengo la cultura de mi Ucrania querida”.

Ballet

Becelli Chase es el cuerpo de baile que surgió por la inquietud de un grupo de personas mayores de la Asociación Ucraniana, quienes años anteriores habían integrado el Ballet Juvenil Kolomeia. Y Graciela fue una de las fundadoras  del grupo. Además, es la que propuso el nombre del elenco: “Cuando estaba en la parroquia escuché un disco que trajeron de Canadá con música ucraniana y el grupo se llamaba Tiempos Felices. Y como nosotros, todos amigos y conocidos estamos viviendo esta etapa propuse ese nombre y así quedó”, contó orgullosa de sus aportes en la asociación.

Descendiente

“Mi papá nació en Ucrania y vino junto a mis abuelos cuando tenía cuatro años en 1930, tuvo que salir por Varsovia hacia Brasil y de ahí a Gobernador Roca”, contó.

Como todo inmigrantes no manejaban el idioma. Hilarion Jaszczuk, padre de Graciela, aprendió el español en la escuela mirando cómo sus compañeros se comunicaban. Con el tiempo, se casó con la mamá de Graciela y le preguntó si algún día podría volver a Ucrania, si ella iría con él. “Mamá le dijo que sí. Siempre tuvieron la esperanza de volver. Pero en esa época no se hablaba mucho de eso, porque Ucrania estaba bajo el comunismo”, detalló.

Y ella, muchos años después pudo volver a la tierra de sus ancestros para revivir el viejo sueño y honrar sus raíces. Hace unos días publicó en sus redes una foto que se sacó en Ucrania en un viaje que hizo diez años atrás, con el epígrafe: “Siento que estoy en mi casa, cumplí el sueño de papá, su sangre mi sangre”.

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