Es artesano hace más de 20 años

Vivir de la madera: Mboriahú, trabajo y recompensa

Carlos Romero comenzó creando artesanías de madera nativa. Hoy, él y toda su familia trabajan en el proyecto
martes 18 de julio de 2023 | 6:00hs.
Vivir de la madera: Mboriahú, trabajo  y recompensa
Vivir de la madera: Mboriahú, trabajo y recompensa

El hogar es el taller, el espacio en el que inspiración y esfuerzo se combinan con las ganas de seguir empujando hacia adelante. “Vivimos en el taller o mejor dicho, el taller está en casa”, dijo Carlos Romero, señalando que en cualquier rincón se puede encontrar un pedacito de madera o alguna que otra herramienta para trabajarla, y que toda la familia ya se ha acostumbrado a ello.

Hace al menos 25 años trabaja como artesano, salida que le da sustento y agrado. Mboriahú –que en guaraní significa pobreza- es el nombre del emprendimiento que construyó con el tiempo. “Decidimos ponerle ese nombre a la empresa porque cuando comenzamos con esta actividad, varios años atrás, estábamos pasando momentos bastante complicados. Teníamos dos hijos pequeños, estábamos sin trabajo… Así que se nos ocurrió reflejar la situación que vivíamos en ese entonces pero contándola en guaraní”, dijo Carlos en diálogo con El Territorio, con nostalgia y también alegría, ya que el fruto de todo su esfuerzo se convirtió hoy en una empresa familiar que sustenta el hogar y mantiene a todos unidos.

Al poco tiempo de comenzar a explorar las bondades de la madera nativa, su esposa Rosa González, se sumó a la propuesta. Y hoy, junto a sus hijos Facundo y Anahí sostienen una pymes familiar que se fue construyendo a base de esfuerzo y mucho trabajo.

“Todo empezó de a poco, pasito a pasito”, dijo Carlos recordando que los primeros años de la solamente construía hebillas para el cabello. Y, mientras él se dedicaba a crear las piezas en madera, su esposa –que vendía una variedad de artículos para el hogar- comenzó a ofrecerlas y comerciarlas entre sus clientes.

Para el artista de la madera, cada trabajo es único y personal. Foto: Miguel Garcete

Ninguno creyó que el producto tendría tan buena repercusión y “cuando llegó el boom, que todos nos pedían y venían a comprar, nos entusiasmamos en serio”, señaló Carlos quien decidió apostar un poco más en la propuesta e invertir en maquinaria y herramientas, equipándose y entrando de lleno en el rubro de las artesanías.

Así, con el tiempo, surgieron los cuencos, las bandejas, relojes, percheros, tablas y platos para asado, fruteras y otros tantos elementos que comenzaron a tener gran salida tanto en su Puerto Esperanza natal como en otros tantos lugares en los que su trabajo llegaba.

Hoy cuenta con un local en el casco urbano de Esperanza. También se lo puede encontrar los fines de semana en distintas ferias de emprendedores y artesanos en las que participa. Y hasta se hizo de un lugar en la más importante y reconocida feria del país, La Feria de Colón que se lleva a cabo en la ciudad homónima de la provincia de Entre Ríos.

Aprendiendo y reinventando
En los últimos tiempos, ante la creciente escasez de madera de monte, su principal materia prima, Carlos decidió darle una vuelta de tuerca a su producción e incorporar nuevos materiales a su trabajo artesanal. “Reinventé mi actividad y me puse a fabricar artesanías personalizadas en alpaca -como bombillas, mates y más-, y también en cuero -como porta termos, por ejemplo-”, describió.

Termos y mates forrados en cuero, de madera y con diseños exclusivos. Foto: Miguel Garcete

Hoy, el proyecto que comenzó hace más de dos décadas, sigue siendo su sostén económico. Creciendo poco a poco, con esfuerzo y trabajo, es uno de los artesanos más recomendados y conocidos en la zona; y su trayectoria y el apoyo de su familia lo impulsan todos los días a seguir.

“No importa lo que emprendas o hagas, siempre conlleva esfuerzo y sacrificio. Pero si se le pone mucho amor y empeño, siempre rinde sus frutos”, cerró el artesano.

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