Tucumán, conceptos modernos con raíces prehistóricas

Hundirse en la yunga, sentirse abrazado por la pacha, rozar las raíces de libertad, conectarse con todo y desconectarse de todo son parte de los misterios que ofrece el maravilloso suelo tucumano.

Tucumán se siente propio, cercano y cálido. Como la etimología de su nombre tiene tantas encrucijadas sin descifrar, cada cual hace de Tucumán, 'Micumán'  como bien entendió la pequeña de un video viral.

Turística e históricamente es una tierra riquísima que puede despertar los sentidos una y otra vez en viajeros novatos y asiduos. Es que si bien hay un itinerario ABC que suele ofrecerse, lo cierto es que en la provincia más densa de la Argentina mucho se puede hacer en poco tiempo y recorrido sumado a que actualmente se respiran aires de constante renovación.

Circuitos enfocados en lo patrimonial, lo rural, las raíces originarias, la diversidad natural -que va desde cerros y valles a yunga- aventuras y senderismo, ruta del vino y mucho más se pueden combinar teniendo en cuenta que como su slogan repite, ‘‘todo está cerca’’.

Parques botánicos muestran la exuberancia de la yunga tucumana.

Es que, mágica por la calidez de su gente, climas y paisajes distintos, reúne en una pequeña porción de superficie, destinos muy diferentes entre 100 y 200 kilómetros uno de otro.

Culturas como la Candelaria o Santa María definen parte de su prehistoria más allá del paso obligado por el sitio que dio origen a nuestro país, la Casa Histórica de la Independencia.

 San Miguel  fue muchos años, según los operadores turísticos especialistas un punto de turismo de congresos y convenciones o simplemente de paso hacia su vecina y promocionada Salta. Pero hoy se erige como una ciudad estratégica, con precios accesibles (especialmente si se la compara con la cara Posadas) limpia, activa, llena de vida.

Gastronomía y naturaleza tucumana. Foto: NG

Según Carlos Gómez empresario referente de la actividad turística de la región,  desde hace unos años se ha tomado al turismo como una cuestión de Estado y eso marcó la diferencia. Quien supo ser presidente de la Asociación Tucumana de Agencias de Viajes y Turismo graficó grandes cambios en lo público y privado, en poco tiempo. Así, recordó cómo, por ejemplo, hace 20 años Yerba Buena -hoy la zona más ‘cool’ de Tucumán- era todo cañaveral. ‘‘Hemos podido superar la estacionalidad y hoy quienes están en el Ente de Turismo son profesionales formados. Tucumán pasó de ser ciudad de paso a ser un destino’’, sentenció sobre la importancia de saber gestionar los recursos.

Historia y modernidad

Es imposible no emocionarse al ingresar al Museo Casa Histórica de la Independencia donde aún se erige el Salón de la Jura y se grafica cada paso que definió la lucha contra los españoles por la definitiva libertad. La gesta caló hondo en la cultura local y las referencias a San Martín, Belgrano o el héroe local Gregorio Aráoz de Lamadrid son habituales en anécdotas de todo tipo.

En El Cadillal se puede hacer distintas actividades náuticas.

La vital injerencia de los pueblos originarios en la lucha y en la formación de la cultura, también tienen su reivindicación. ‘‘Cuando estamos vivos podemos mostrar más. Esa es una forma de resistir’’, se oye en uno de los videos interactivos que revela el didáctico y atractivo museo.

Como sentido corolario, entre jardines repletos de lo que los misioneros denominaríamos ‘apepú’, los murales de bronce de Lola Mora emergen imponentes para dar cuenta de como el arte interpela, trasciende y deja huella histórica.

Abriendo la jugada, paseos para todo público se pueden desandar a poco de la capital.

La bici aliada para recorrer y pasear por pueblos históricos.

Por empezar, a sólo 15 kilómetros, Yerba Buena, es un punto de referencia de la alta gastronomía, las marcas de lujo y una zona residencial de elite. Toda la comuna reluce con propuestas de parques botánicos, ferias agroecológicas y otras perlitas.

Pero es imprescindible tomarse un tiempo entre actividades para probar el característico sánguche de milanga. Aunque pareciera algo cotidiano, sin gracia o nada fuera de lo común, un solo bocado bastará para desterrar cualquier prejuicio. No por nada lograron levantar la Fiesta Nacional del sánguche  de milanesa, típico de la capital y alrededores, especialmente.

San Pedro de Colalao ofrece turismo sustentable con opciones únicas.

En plena avenida Aconquija de Yerba Buena, locales como El 10 o Cacho son los más concurridos por la calidad y eficiencia de su oferta y las anécdotas indican que hasta el chef más reacio ha caído rendido a los pies de este clásico tan popular como vigente. Lo curioso, el acompañante ideal para el sandwich según los locales: gaseosa de manzana.

Yunga y Aventura

Parte de una oleada renovadora, también en Yerba Buena, la Primera Confitería despliega el encanto de la nostalgia y la exuberante naturaleza, de la mano.

El sánguche de milanga, un clásico tucumano realmente imperdible.

Restaurada hace unos meses,  después de 30 años de abandono y alto riesgo de demolición, el predio es mucho más que una confitería, tiene tres edificios separados con distintas funciones. En lo que fue un depósito abandonado, por ejemplo, se espera estrenar prontamente un hostel de primer nivel, mientras en sus otros espacios fusiona un restaurante de lujo pero accesible, sunset veraniegos o meriendas invernales al aire libre y un salón de fiestas particulares. Todo, en un escenario de ensueño. Verdes cerros, cargados de neblina, cual ‘Machu Pichu’ sureño.

Descendiendo un poco ese reducto montañoso, el parque aéreo Raki, inaugurado postpandemia, ofrece entretenimiento para toda la familia. Tirolesa, complejos desafíos de arborismo y palestra se abren como una alternativa divertida y diferente para locales y turistas, sin descuidar el entorno verde que lo acompaña y la calidad del servicio de brunch, por ejemplo.

Prehistoria, cultura y naturaleza

San Pedro de Colalao es uno de los emplazamientos que reúne varias características de la cultura tucumana actual y de antaño . La comuna de 3000 habitantes está a 1000 mts sobre el nivel del mar y los sucesos y detalles que hacen a su trayectoria todavía se están delimitando. Uno de sus misterios es por ejemplo la piedra pintada. A 9 kilómetros del casco urbano, es una reliquia prehistórica que aún no tuvo el riguroso estudio científico adecuado para descifrar sus significados o marcar su data y origen.  

Mientras un dúo de arqueólogos locales dan una interpretación de los dibujos, la comunidad indígena tiene otras hipótesis. Ambas se pueden profundizar en el Museo Arqueológico Manuel García Salemi, inaugurado en 1896 como cabildo indiano.

Además del pintoresco centro  que se puede recorrer a pie o en bicicletas, Colalao es uno de los puntos del circuito religioso ya que tiene la Gruta de Lourdes, un hito de locales en fechas esclesiásticas como el 8 de diciembre y el 11 de febrero donde se despliega la gran celebración por el día de Nuestra Señora de Lourdes.

Vestigios de distintas civilizaciones se siguen estudiando arqueológicamente.

Y más allá de las procesiones o caminatas religiosas, una respuesta mística de otra índole, profunda y personal se puede encontrar en lo alto del refugio Dos Pozos,al que se puede llegar cabalgando de la mano de la genia Magdalena Franco (de @elpantano.bosquenativo). Montain bike, trekking y campamento son otras actividades que  engalanan al refugio, con distintos niveles de dificultad y posibilidades de acomodamiento.

Tanto Fernando Carrizo, al frente de Dos Pozos, como Magdalena, impulsan el turismo sustentable en toda esa región. Incluso desde San Pedro se erigió la Fundación Coquena, que con esta premisa, busca desarrollar al pueblo como una villa turística, respetando y protegiendo el ambiente natural.

Una parada ideal que se adapta a turistas gasoleros y selectivos, con ánimos de dejar la sobreestimulación y conectarse holísticamente con la pureza de la pachamama.

Dique y valle

La villa turística El Cadillall se transformó en un centro social repleto de actividades, que en el verano se potencian. A los paseos náuticos en el dique Celestino Gelsi, se suman el Museo Arqueológico El Cadillal (MAC), una confitería, un amplísimo anfiteatro, aerosilla, terrazas con vistas panorámicas, locales comerciales en un moderno espacio que fue puesto a punto recientemente.

 Sin embargo, al hablar de renovación y puesta en valor, el municipio de Tafí Viejo se lleva varios lauros. Con una visión turística, sustentable, la gestión pública coordina acciones para convertirse en  un destino ideal. Por un lado, en medio de un verdoso valle, la Hosteria Municipal Atahualpa Yupanqui ofrece acomodamiento de lujo a precios accesibles, salón de fiestas y conferencias, restaurante, museo y hasta un centro de Interpretación Arqueológica. Desde la tranquilidad que puede ofrecer la estadía en un buen hotel hasta caminatas, meditaciones guiadas y recorridos históricos, esta plaza se adapta a distintos públicos, con la misma calidad.

Asimismo, en el centro de la ciudad y con una impronta que merece el despliegue en varias páginas más, hace unos meses se inauguró el Mercado Municipal, un espacio que combina gastronomía, agroecología, arte, artesanías y mucho más, a tono con las propuestas de ciudades de vanguardia.

Dentro o fuera del circuito popular, infinidad de ofertas se extienden en los rincones de Tucumán, con un ánimo que invita siempre a volver por más.