Con una peregrinación náutica y terrestre recuperan la historia de la Reducción jesuítica Santa María del Iguazú

La Diócesis de Iguazú está organizando una peregrinación náutica por el rio Iguazú que culminará con una Misa en el anfiteatro Ramón Ayala este miércoles. Esta peregrinación tiene como objetivo recuperar la historia de Iguazú rememorando los 397 años de la llegada de la Primer Misión Jesuítica en cercanía de las Cataratas conocida como Santa María del Yguazú. Si bien la peregrinación náutica tiene un cupo debido a la navegabilidad del rio, desde el puerto local hasta el anfiteatro los demás fieles podrán acompañar a la Virgen con una caminata hasta el anfiteatro.

La peregrinación tendrá lugar el próximo 10 de mayo, partirá desde el puerto Macuco a las 14hs aproximadamente, el objetivo es que la Virgen llegue al puerto local a las 17hs aproximadamente para dar inicio a la peregrinación terrestre y la misa comenzaría a las 18hs en el anfiteatro Ramón Ayala.

El Obispo de la Diócesis de Iguazú Monseñor Nicolás Baisi fue el impulsor de la primera peregrinación, para ello mantuvo reuniones organizativas con representantes del Municipio, de la Prefectura Naval Argentina, Policía de Misiones, representantes del Consulado de Paraguay y de empresas ligadas a la actividad náutica con el objetivo de conmemorar de los 397 años de la instalación de la Primer Reducción Jesuítica en lo que hoy es el territorio de la Provincia de Misiones y estaría ubicado en lo que actualmente se conoce como puerto Macuco, lugar donde comienza el recorrido de la gran aventura, donde recientemente se han concretado hallazgos arqueológicos que confirmarían la presencia de los Jesuitas en el lugar, tal como detallan los escritos de los Misioneros.

Según la planificación, desde el Puerto Macuco, partirán 3 lanchas de la empresa Iguazú Jungle con 240 personas entre ellas autoridades, fieles y miembros de la prensa. En estas lanchas una de ellas será la que transportará la imagen de la Virgen Santa María de Yguazu. En el sector conocido como puerto del Loi Suite, allí aguardaran otras 20 embarcaciones particulares acompañaran la peregrinación que llegara hasta la unión de los ríos Iguazú y Paraná para luego desembarcar en el puerto local, donde se iniciara la peregrinación terrestre.

“Estamos trabajando en la actividad que tiene un solo objetivo rescatar la historia de Iguazú, si bien no tenemos un espacio físico que evidencie la presencia de los Jesuitas en la zona, sabemos por los escritos que estaban asentados a 15 kilómetros de la unión de los ríos. Además, actualmente se han hecho hallazgos arqueológicos que confirmarían estos escritos”, contó Nicolás Baisi obispo de la Diócesis de Iguazú.

Respecto a la organización Baisi se mostró muy contento con el acompañamiento de todas las instituciones y esperan una gran convocatoria de los fieles. “La peregrinación náutica tiene un cupo por cuestiones de espacio y seguridad, sin embargo, esperamos una gran convocatoria para la peregrinación terrestre y en la misa que se celebrara en el anfiteatro con la presencia de los obispos de Foz do Iguazú y de Ciudad del Este Paraguay”.

 Las reducciones Santa Maria del Yguazú

Por mucho tiempo se creyó que el pueblo jesuita Santa María del Yguazú estuvo en el actual territorio del Brasil. Sin embargo, las cartas de los padres fundadores Boroa y Ruyer lo ubican a 15 kilómetros de las Cataratas, río arriba, y del lado argentino.

Muchos aseguran esa ubicación del «lado brasileño», incluyendo historiadores, pero ninguno hasta el momento dio razones, datos, o argumentos históricos sólidos, para afirmar tal información.

El pueblo jesuita Santa María del Yguazú, también conocido por los guaraníes como Iguazúa, existió entre los años 1626 y 1633, a 15 kilómetros de las Cataratas del Iguazú, río arriba, y en el actual territorio argentino, según la descripción aparecida en las cartas de los padres fundadores Diego de Boroa y Claudio Ruyer.

A estas cartas se le suma, la excelente investigación del guardaparque del Parque Nacional Iguazú, Jorge Cieslik, quién además de haber investigado junto al doctor Rolón, fue jefe del Área Cataratas, un gran profesional, eximio conocedor de nuestra selva, respetuoso apasionado por nuestra historia, y quien pudo también llegar hasta el lugar donde estuvo el pueblo.