Solidaridad, la sublime condición humana

miércoles 22 de marzo de 2023 | 6:00hs.

A fines de los años 50 pudimos ver la película francesa con el título ‘Si todos los hombres del mundo’. Trata de la historia de un comandante con problemas en el mar y cuya tripulación es salvada gracias a los radioaficionados que, en trasmisiones de ida y vuelta, trataban de organizar el salvataje del barco en mar bravío.

Tuvo gran éxito y mucha publicidad para esa gente de afición comunitaria, y porque plasmó como nadie la estupenda labor de ayuda de los radioaficionados que, lamentablemente ante los embates del progreso, son ya una raza de bien público en extinción, pues hoy se practica por diversión y, en menor medida, por cierta nostalgia.

La película en sí enfoca el espíritu técnico de solidaridad humana sin fronteras, independiente de credos, culturas, momentos e ideologías. Demuestra el interés en colaborar como sea ante la necesidad humana, en donde la radioafición sirve como soporte solidario. La película nos muestra cómo es que gente simple puede lograr grandes cosas, pero no sólo sentados frente a sus equipos, sino realizando esfuerzos para ir corrigiendo problemas que se les presentaban con el objetivo de salvar vidas humanas.

Recuerdo cuando mi mamá caminaba cuadra y media por calle Santa Fe para recibir noticias mías del vecino radioaficionado Miguel Orfila, aquel intendente de Posadas en cuya gestión se asfaltaron las calles de tierra dentro de las cuatro avenidas, y las cuatro avenidas. Por transmisión de ida y vuelta recibía noticias de su hijo del también vecino mío en Corrientes, don Arturo Rolla, radioaficionado de bonhomía especial y padre de mis amigas Chispa, consagrada poetiza, y María Gloria, de profesión abogada y jueza jubilada. Tiempo aquel de estudiante universitario en que las comunicaciones eran endebles, el Expreso Ciudad de Posadas salía a las 5 de la mañana en recorrido por camino de tierra y no se sabía cuándo llegaba. Si llovía el colectivo se quedaba en la ruta o en algún paraje hasta que el tiempo permitía reanudar el viaje. Ah, y en el Chaco los teléfonos se daban cuerda con una manivela y el operador pedía el número del teléfono a llamar.

Se recuerda, ayer nomás, el acto solidario de países del mundo que vinieron a colaborar al rescate de nuestros hermanos del submarino Ara San Juan, retrotrayéndome a la memoria aquella película solidaria de título tan sugestivo y fraterno.

La solidaridad es el aspecto social entendido como la capacidad de entregarse a otros individuos pensando en éstos como semejantes. Es decir, poder compartir un hogar, alimentos, sentimientos, con otro ser vivo sin pensar en su situación económica, tomando en cuenta también que los bienes no son solo materiales.

Margarita Barrientos, nacida en Añatuya,Santiago del Estero, fundadora delcomedor social Los Piletones, en Buenos Aires, es un claro ejemplo. Como ella, decenas de compatriotas en la tarea de alimentar a los habitantes de una Argentina empobrecida. Corrijo, empobrecida por malos gobernantes. Acá en Posadas la benefactora María Morínigo, fue fundadora del club Palomas del Espíritu Santo, donde realizaría su gran labor humanitaria a favor de los que menos tienen. Después de su fallecimiento la llamarían ‘la santa laica’.

Para Tomás de Aquino es simplemente un punto de partida: “Puesto que, si un hombre es parte de la ciudad, es imposible que sea bueno si no está bien ordenado respecto del bien común. Un todo no puede estar bien constituido si sus partes no le están ordenadas. Por lo cual es imposible que el bien común de la ciudad sea bien logrado si los ciudadanos no son virtuosos”. Es decir, solidarios.

El término solidario se refiere a conducta humana y se define como la preocupación o atención desinteresada por otras personas, muy contrario del egoísmo. Suelen existir diferentes puntos de vista sobre el significado y el alcance del altruismo o cuidar de los demás desinteresadamente sin beneficio alguno. Esa es la esencia.

La solidaridad, según la Biblia, es elservicio humilde e incondicional a los demás, considerando a los demás como superiores a sí mismo. Enseña quetenemos que ser solidarios los unos con los otros en especial con los más necesitados. Juan Pablo II definió la solidaridad como la “determinación firme y constante de empeñarse por el bien común”; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos. Él dijo “la solidaridad es una virtud”.

En circunstancias actuales, solidario es el mundo occidental con la agredida Ucrania por parte del terrible e inhumano agresor ruso, comandado por el aterrador genocida moderno Vladimir Putin. Se la ayuda con hombres que acuden sin representar a ningún país, con armamentos modernos y vituallas, de lo contrario, ya hubiera sido invadida totalmente.

Así David le está demostrando a Goliat que, con solidaridad, resiste.

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