Además de hacerles los cortes de moda, a las niñas también les hacen baños de crema

Con servicio de peluquería solidaria, mejoran la autoestima de los niños

Son peluqueras y estudiantes de esta profesión que donan su tiempo cortando el pelo a chicos y chicas de un merendero y una escuela de fútbol de San Pedro
sábado 16 de julio de 2022 | 6:04hs.
Con servicio de peluquería solidaria, mejoran la autoestima de los niños
Con servicio de peluquería solidaria, mejoran la autoestima de los niños

La situación económica golpea a las familias de escasos recursos e imposibilita el acceso a servicios estéticos como un simple corte de cabello, lo que muchas veces torna a niños y niñas vulnerables  en víctimas del bullying. Ante este panorama, un grupo de personas lleva adelante una valiosa iniciativa con la que ofrecen peluquería gratuita en distintos espacios, como la escuela de fútbol Cristo Junior o el merendero Rayito de Sol, ambos de San Pedro, con el único fin de mejorar la autoestima de los menores.

Actualmente un corte de cabello ronda entre 800 y 1.500 pesos y un baño de crema, 1.500 pesos, importes que muchas veces las familias humildes y de muchos integrantes no pueden costear y llevar a los niños a una peluquería es casi imposible. Pero las personas que impulsan este trabajo entienden que no se trata de un servicio que impacta solamente en la cuestión estética, sino más bien en el autoestima y salud de los menores ya que una melena desprolija pude ser foco para el contagio de pediculosis (piojos).

También les sirve para prevenir la pediculosis en los chicos.

La falta de acceso a dicho servicio se ve reflejada en espacios informales donde concurren niños y niñas, como el caso de la escuela de fútbol Cristo Junior, que funciona en barrio Cristo Resucitado, a la que asisten 240 alumnos, así como el merendero Rayito de Sol, de Terciados Paraíso, donde reciben la merienda alrededor de 93 niños y niñas.

Mediante el trabajo voluntario que llevan adelante sus realizadores, sumado al aporte solidario de peluqueros y estudiantes de peluquería, dibujan una sonrisa al realizar cortes de cabello y algunos tratamientos básicos de forma gratuita.

En el caso de la escuela de fútbol Cristo Junior, son tres las mujeres que prestan el servicio: Gladys Pereyra y sus hijas Belén Silva y Fernanda Silva, que complementan el arduo trabajo a pulmón que realiza la familia de Fernando Silva desde hace cuatro años para llevar adelante dicha escuela. En esta oportunidad para montar el espacio de peluquería recurrieron al Gobierno provincial con gestiones mancomunadas con Juan Carlos Ferreyra, subsecretario del Adulto Mayor,  y ante el gobernador Oscar Herrera Ahuad.

La puesta en marcha de la peluquería solidaria representa un logró importante dentro de los objetivos por los cuales dedican esfuerzo y tiempo sin recibir remuneración a cambio. En este caso en particular, ver la alegría de los alumnos con un cambio de look es sinónimo de enorme satisfacción y motivación.

“Gracias a las respuestas recibimos y los equipamientos básicos para poner en funcionamiento la peluquería, hoy nuestros alumnos reciben este servicio porque sabemos que se trata de un beneficio al que no todos pueden acceder y juega un papel significante en su autoestima”, indicó Fernando Silva, fundador de mencionada escuela.

Y destacó: “La idea es extender este servicio a las demás sedes que funcionan en la zona rural. Las chicas reciben lavado, corte, baño de crema e incluso planchado. Los chicos salen felices y a nosotros nos llena de alegría seguir con este proyecto para dejar huellas y no cicatrices”.

En otro de los ejemplos son alumnas de peluquería del taller que dicta en su domicilio Mabel Dos Santos. Fueron ellas las que con entusiasmo dedicaron una jornada para atender esta necesidad observada en el Merendero Rayito de Sol que abarcó tanto a los menores como a personas adultas que los acompañan. Esta experiencia  resulta enriquecedora en el trayecto de formación.

“Tener este taller de peluquería es algo muy valioso para nosotras. Venir al merendero fue una iniciativa solidaria porque sabemos que hay padres que no tienen dinero para pagar un corte de cabello. Es una manera de colaborar con la sociedad y mostrar nuestro trabajo. Es una profesión que nos gusta mucho”, coincidieron Estela Fachinelo y Edith Méndez, alumnas del taller.

Desde el espacio, Rosana Bone puso en valor la formación de profesionales de esta índole en Terciados Paraíso que incursionan la empatía. “Creo que la solidaridad marca el camino, hoy estas chicas que estudian se destacan por la solidaridad para con los niños que más necesitan lo que nos da a entender que serán muy buenas profesionales. Es un orgullo para nosotros ver la alegría tanto de las alumnas como de los más pequeños”.

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