Salió a hacer delivery con su camioneta y lo mataron de un tiro en el pecho

Era una noche de trabajo normal, un pedido más por entregar, tal vez uno de los últimos viajes para hacer en la jornada, pero todo se volvió oscuro y terminó de la peor manera: en muerte.

Un hombre de 30 años identificado como Catriel Urizar, quien era dueño de una rotisería, fue asesinado el lunes por la noche en su camioneta en el barrio Cataratas, de la localidad.

Vecinos del lugar lo hallaron dentro del vehículo luego de escuchar el estruendo del disparo. Cuando salieron a ver, dos sujetos huían de la escena luego de bajarse de la Toyota Hilux manejada por la víctima. 

Por el hecho efectivos de la Unidad Regional V detuvieron cerca del mediodía a dos sospechosos que están a disposición del Juzgado de Instrucción Tres.  Son dos jóvenes de 18 años, identificados como Catalino P. y Anderson Alfredo A.

La investigación

Investigadores de la Dirección de Homicidios, Brigada de Investigaciones y comisarías locales llegaron a ellos mediante filmaciones y relevamiento de declaraciones testimoniales.

El primero en caer fue Catalino, con domicilio en el mismo barrio donde ocurrió el hecho y pedido de detención por amenazas calificadas. Los testimonios indican que tiene antecedentes por robo en Brasil y se lo relaciona a un asalto a un taxista días atrás, además de estar involucrado en la venta de armas.

Fue el primero en ser señalado por distintas voces y sobre él recaen las sospechas de ser quien disparó el arma. Luego de su detención, en horas de la mañana de ayer, se procedió a allanar su casa, donde fueron hallados elementos de mucho peso en su contra.

Había en el lugar un revólver calibre 38, que podría ser el arma homicida, con una vaina servida y un cartucho. También una mochila que no le pertenecía, pero que en su interior tenía documentos - un currículum vitae - que llevó a los pesquisas al segundo implicado.

Anderson, dijeron las fuentes, se entregó en horas de la tarde junto a su padre y quedó detenido. La Justicia ordenó allanamientos en la morada de ambos, los cuales se estaban haciendo al cierre de esta edición.

Por otra parte, en un basural ubicado a unos 100 metros de la casa de Catalino se hallaron prendas de vestir que serían las utilizadas por los asesinos al momento de cometer el hecho.

Escena e hipótesis

Según detallaron fuentes intervinientes en el caso, el se develó cerca de las 23.30 del lunes. Efectivos de la Comisaría Cuarta local recibieron un llamado de alerta por lo que hasta ese momento era un robo.

La comisión llegó al lugar, en una calle sin nombre ni numeración, y se topó con el cadáver dentro de la camioneta. El emprendedor gastronómico yacía muerto en el asiento del conductor con un disparo en el pecho.

Se pidieron refuerzos y en el lugar también se hicieron presente el juez Brites y sus colaboradores. El magistrado siguió de cerca las labores de la División de Criminalística y Policía Científica.

Del vehículo incautaron el arma de plástico, documentos, dos celulares , poco más de 3.000 pesos y una caja con “hamburpizzas”, además de una nota con el nombre y la dirección de un cliente a quien le iba a llevar la comida.

El médico policial determinó que Urizar tenía “un orificio de entrada de proyectil en la cara lateral derecha del tórax”. El cuerpo fue trasladado a autopsia, que se realizó en horas de la tarde de ayer.

Los  resultados preliminares  del Cuerpo Médico Forense indican que el proyectil atravesó un pulmón y el bazo, por lo que murió desangrado. El plomo extraído, se dijo, es de un calibre entre 32 y 38, como el arma incautada. Las pericias balísticas serán clave.

Debido a que los asesinos no se llevaron nada, una vez conocido el hecho se empezaron a tejer especulaciones e hipótesis de un ajuste de cuentas como móvil del crimen. Sin embargo, esto perdió mucha fuerza ante todo lo recolectado. 

Si bien nada se puede descartar, lo que trazaron los investigadores indica que la intención de los delincuentes era robar a la víctima, pero cuando estuvieron dentro del auto y vieron que Urizar sacó su réplica de arma todo se salió de control.

Creen que la “inexperiencia” de los jóvenes delincuentes les jugó una mala pasada y terminó con el lamentable saldo de una persona asesinada.

El dúo de asaltantes  -en base a una persona que llegó rápido al lugar- huyó a pie, otro signo de la poca planificación. Resta determinar si la víctima fue citada en el lugar por los criminales o si fue un ataque al voleo, aunque la primera opción es la más potable.

Con el resultado de las diligencias que se realizaban anoche las autoridades judiciales van a determinar cuándo citan a declarar a los detenidos.

Dolor y pedido de justicia
La noticia del asesinato de Catriel Urizar golpeo fuerte a la comunidad de Puerto Iguazú y las demostraciones de cariño  y pedidos de justicia inundaron las redes sociales. Fue descrito como un emprendedor, amiguero y amante de los asados.

Los más cercanos lo describen como una persona sumamente tranquila con una vida social serena y muy leal a las amistades. No decía que a los planes de pesca o reuniones a comer algo. Incluso tenía planificado hacer un chivito ayer por la noche, “para cortar la semana”:

“Lo asesinaron unos cobardes de mierda cuando estaba trabajando”, lamentó Adrián de Sa en su muro de Facebook junto a varias fotografías en las que se lo ve junto a la víctima: “Sos la persona más buena y alegre que conocí, te prometo que vamos a encontrar a los que te hicieron esto hermano”, cerró.

“Consternado por la triste noticia de tu partida”, escribió Javier Bareiro. En esa línea, Lorena Matoso agregó: “Ojalá se haga justicia”. Por su parte, Renato Vidal subió un video junto a la víctima y escribió: “Así te vamos a recordar muchos. Siempre buena onda. Sin palabras. Noticia fuerte y sin respuestas”, lamentó.

Hasta el intendente, Claudio Filippa, hizo públicas sus condolencias pero en ese caso recibió decenas de reclamos por la creciente inseguridad en el municipio que gobierna.

En cifras
$3.020
La víctima tenía consigo 3.020 pesos en efectivo,  un arma de plástico y dos teléfonos celulares. Los delincuentes no  se llevaron nada.