La reserva natural Taji Poty cumple diez años de creación

La reserva natural de Santo Tomé (ubicada en zona sur, en cercanías del frigorífico local y del río Uruguay), cuenta actualmente con miradores, senderos, señalización y ampliación de terreno, además de un móvil propio para las visitas escolares.

Ricardo Palacios es el guardián de la reserva Taji Poty (que significa “lapacho en flor”) contó a El Territorio que la reserva fue creada por ordenanza municipal en 2011. “De ahí en adelante empezamos a hacer guiados educativos a distintos sectores, comunidades educativas en Santo Tomé, como para sensibilizar a la población de lo importante que es conservar nuestra identidad que es la selva en galería, las aves, no por nada lo llaman al Uruguay ‘el río de los pájaros’. Tenemos una identidad muy arraigada no solamente porque defendemos la naturaleza, sino porque nos sentidos identificados, y eso es lo que nosotros tratamos de transmitir a lo largo de todos estos años a los adultos y principalmente a los niños, que es sumamente importante”.

En cuanto al predio, contó que cuando se creó la reserva “tenía 53 hectáreas. Después se fue viendo los espacios libres que quedaban, que eran todos terrenos fiscales, y se fue agrandando hasta contar con 189 hectáreas, que son las que tenemos hoy. También hay que mencionar que el Itacuá está como reserva también porque es una zona de humedal, y es muy importante para la conservación y cuidado del agua que tomamos todos”.

Las vicisitudes que debieron afrontar no fueron pocas. “Dentro de la reserva tuvimos que hacer un trabajo muy importante, porque era un lugar que no se protegía, y siempre fue un lugar donde se cazó y se taló por varios años. Entonces teníamos varias problemáticas. Tuvimos que ir abordándolas de a una, con paciencia, con tiempo, explicándole a la gente porque también era algo nuevo, nadie sabía qué significaba una reserva. De a poquito fuimos haciendo ese trabajo. Y hoy, si bien todavía falta recuperar mucho el tema de los árboles, demoran muchísimos años en crecer, tuvimos muchos atentados contra la reserva, todos los años sufrimos quemas, pero gracias a Dios prevaleció el amor y el respeto por la naturaleza, que es lo que nosotros nos enfocamos y trasmitimos a los chicos que traemos acá”.

Señaló además que trabajan en conjunto con la Policía y la Prefectura, cada vez que lo requieren. “Tratamos de no estigmatizar a la gente, sino al contrario. Tratamos de darle un sentido de pertenencia, y que ellos entiendan que esto es de todos nosotros, y que debemos dejar a las futuras generaciones de la mejor manera”.

“Hoy creo que somos la única reserva de la provincia que tenemos móvil propio, gratuito para toda la comunidad educativa de Santo Tomé y el turismo. Más allá de que faltan cosas, lo principal que es el trabajo de educación ambiental, está en marcha”, añadió.

Para poder ver los diferentes tipos de animales que hay, el guardián sugirió tener en cuenta los horarios de las visitas. “Lo que más podemos ver además de las aves, son los monos. Los animales son esquivos. El personal de la reserva, que tenemos más contacto con la naturaleza, siempre estamos viendo. A lo largo de estos años venimos haciendo relevamiento, anotamos todas las especies que vamos encontrando dentro de la reserva, también reintrodujimos especies. En este momento estamos haciendo un trabajo con el ‘atajacaminos colorado’, que es un ave que está en peligro de extinción, su estado es vulnerable. Estamos haciendo un trabajo de campo con el guardaparques que me acompaña, porque no hay nada sobre esta ave, ni sobre su reproducción, ni de su biología reproductiva, entonces medimos los huevos, contamos los días de incubación, cuando eclosionan, cuantos pichones tienen, todo eso lo volcamos después a un escrito científico para toda la comunidad científica de Argentina. Para nosotros, desde la reserva, es muy importante poder contar con especies vulnerables porque nos da un rango de protección mayor como reserva”.

Como proyecto a futuro, indicó que ahora están viendo la posibilidad de colocar un centro de interpretación: “ahí recibiríamos directamente a los visitantes y podríamos dar una información exacta de las actividades que pueden llegar a realizarse allí dentro, no solamente para la seguridad nuestra, sino también para la seguridad del visitante, que entren con la percepción clara de lo que pueden realizar dentro del predio”.

Más sobre la reserva

El complejo comprende unas casi 200 hectáreas y se encuentra a unos 1.000 metros de la zona urbana de Santo Tomé. Como patrimonio cuenta con 200 especies de aves y una misma proporción de plantas; además se pueden encontrar monos carayá.

Quienes deseen conocer el lugar, la Municipalidad cuenta con guías. El acceso es gratuito y quienes deseen hacerlo deben comunicarse con la Municipalidad, para ser acompañados con guías y se recomienda hacerlo con 24 horas de anticipación.

Existen cuatro miradores en la ribera del Uruguay, con determinadas cualidades, el primero de estos es de carácter histórico cultural porque enfrente se desarrolló la anteúltima batalla de Andresito Guacurarí Artigas.

Al costado de los senderos también se encuentran algunas cascadas que engalanan el paisaje. En tanto que se proyecta que uno de los caminos sea de tipo educativo y otro exclusivo para el avistaje de aves.

El complejo fue convertido en Reserva Natural mediante la Ordenanza 336/2011 y desde entonces la Comuna se aboca a ponerlo en valor para proteger los ejemplares y ofrecer una nueva opción para vecinos, visitantes y turistas.