BOXEO A DOMICILIO
Enclavada en el barrio Cocomarola Este, y de terminaciones sencillas, la casa de Félix Albrecht y Silvia Lescano exhibe una enorme particularidad para quienes pasan desapercibidos por la zona: un ring de boxeo techado.
La pareja de ex pugilistas decidió hace poco más de seis años construir su casa, dándole el espacio central al cuadrilátero y así cumplir el sueño de abrir la primera escuela de box en la zona.
El tiempo fue aliado indispensable y hoy la casa es el hogar de casi 40 chicos y adultos de toda la provincia que buscan en el boxeo una nueva oportunidad.
“Hace seis años que estoy en mi casa. Las posibilidades son ilimitadas porque dispongo del tiempo que quiero; tengo clases de 8 a 10 de la mañana y de tarde de 15 a 21, a tres turnos”, le dijo Félix a El Territorio, muy satisfecho de su labor.
Albrecht fue un boxeador de la época dorada del deporte en la provincia. Campeón nacional amateur, el misionero pasó por todas las categorías, además de contar con peleas internacionales en sus lomo y representaciones para el seleccionado argentino.
Colgar los guantes a los 48 años fue la decisión más difícil, pero una vez en retirada Félix decidió seguir ligado al boxeo reconvertido en entrenador desde 1995, siempre con escuelas levantadas a pulmón en lugares no fijos.
“Tenía mi gimnasio en A4, en el salón del CEP Nº 2 (correspondiente al Consejo de Educación), pero me daban tres días a la semana y no alcanzaba porque tenía chicos que competían... entonces los martes y jueves decidí llevarlos a mi casa”, dijo Albrecht.
“Además en el salón no podía hacer un ring porque se hacían otras cosas y teníamos que dejarlo limpio al otro día. Para colmo cerraban desde noviembre hasta marzo”, agregó.
“Cuando fuimos a casa al principio los entrenamientos se hacían al aire libre hasta que de a poquito lo fui techando. Hice un tinglado, cerramos un poco y ahí levanté el ring desde el piso”, siguió.
Actualmente la escuela ‘Félix Albrecht’ cuenta con el apoyo del municipio y está abierta para todo público. De hecho cuenta chicas/os de Fátima, Villa Bonita, barrio Palomar y de todo el interior de la provincia, como San Javier. Las clases son gratuitas y para todas las edades desde los 10 años; sólo hay que llevar bucal y vendas.
“Está todo organizado, tengo dos bolsas y gomas de caucho...el espacio es chiquito pero entran todos”, agregó Félix.
El orden es clave
La metodología de entrenamiento también es importante destacar. El lugar es reducido, por lo que el orden es indispensable.
“Tengo alrededor de 40 alumnos de toda la provincia. El guanteo es por categoría y por talento, de esa manera los divido; igualmente los trabajos físicos los hacen todos juntos: unos minutos de manopla, de pegar a la bolsa, de soga y de movimiento de cintura”.
“También hay que tener paciencia porque los chicos sólo quieren ponerse los guantes. A veces los tengo practicando unos meses antes de la famosa guanteada porque tienen que estudiar la postura, los movimientos dentro del ring y los golpes”, apuntó Albrecht, de 66 años.
Salir adelante
Por último Félix volcó su experiencia para resumir al boxeo en pocas palabras: “Este deporte te da una disciplina que te aleja de la calle y la vagancia. Tenés que cuidarte para subir al ring y no pasarla mal, eso es un logro para el que progresa desde abajo que te forma como adulto”.
“Hace poco comenzó una chica de Itaembé Guazú. Ella me llamó porque quería venir a pesar de estar lejos...toma dos colectivos y viene tres veces por semana, ese es el espíritu del boxeo”, cerró.
El dato
Félix no está solo. Su mano derecha es su compañera de vida: Silvia “Cañón” Lescano.
La misionera es árbitro nacional de boxeo y se suma
a las clases de la tarde como entrenadora.
La casa está situada en el barrio Cocomarola Este, entre las calles 190 y 57, frente a la escuela provincial Nº 871. El contacto: 3764-667961.
