Murió el gran Roberto ‘Palo’ Pandolfo el cantautor del rock argentino

Según trascendió, el músico se desvaneció en la calle, en un barrio porteño, y falleció a los 56 años. Lideró bandas como Don Cornelio y la Zona o Los Visitantes y en 2001 inició su carrera como solista
viernes 23 de julio de 2021 | 6:05hs.
Murió el gran Roberto ‘Palo’ Pandolfo el cantautor del rock argentino
Murió el gran Roberto ‘Palo’ Pandolfo el cantautor del rock argentino

Roberto ‘Palo’ Pandolfo (56), uno de los cantautores más destacados de la música argentina en las últimas tres décadas, murió ayer.

La noticia fue confirmada por fuentes policiales a Teleshow. Si bien aún se desconocen las causas de la muerte, el informe sostiene que el artista se descompensó en la avenida Díaz Vélez al 5200 y fue reconocido por su sobrino Luis Emilio.

Minutos después una ambulancia del Same se hizo presente en el lugar, pero luego de que los profesionales realizaran maniobras de reanimación al artista, se produjo su deceso a las 15.25.

Palo Pandolfo, como se lo conocía en el mundillo musical, había nacido en noviembre de 1964 en el barrio de Flores. Fue uno de los grandes referentes del post punk porteño con su banda Don Cornelio y la Zona, hoy considerada una de las formaciones de culto de la escena local de la década del 80.

Formó Don Cornelio en 1984, justo después de terminar la escuela secundaria; poco más tarde, el nombre de la banda sumaría el “y la Zona”.

Ella vendrá, escrita por Palo Pandolfo e incluida en el álbum Don Cornelio y la Zona, le abrió las puertas de la rotación radial. El grupo, un emblema del post punk con acento criollo, se separó en 1989, tras la publicación de Patria o muerte.

Luego formó Los Visitantes, en la que el cantante y compositor incorporó por primera vez los ritmos latinoamericanos, y con la que grabó Salud universal, Espiritango, En caliente, Maderita y Desequilibrio.

Su carrera solista comenzó en 2001 con A través de los sueños, luego reeditado en 2007. Otros trabajos de Palo Pandolfo fueron Antojo y Ritual criollo. Junto a La Hermandad grabó Esto es un abrazo y en 2016 publicó Transformación, acompañado dos años más tarde por un documental que repasaba su proceso creativo, y en 2019 lanzó El vuelo del dragón, un “registro antropológico” de sus tres décadas de carrera.

Hace dos semanas, el cantautor había publicado el single Tu amor, un dúo con Santiago Motorizado que oficiaba junto a El alma partida como anticipo de su próximo álbum.

En enero de este año, Pandolfo estuvo invitado en el ciclo Experiencia Leamos y su participación fue antológica: inquieto, verborrágico, expansivo como si estuviera en el escenario, más interesado en preguntar que en responder, regaló una hora intensa en donde habló de música, pero también de lo cómo atraviesa la incertidumbre del presente y cuáles son los interrogantes que se hace como artista.

“Todos analizamos todo, todo el tiempo. No hace falta que leas libros para analizar. Analizamos por instinto. Hay niveles muy sutiles de análisis como la piel, la intuición, los sentidos, los sinsentidos, incluso la sombra, el inconsciente. Esto es lo que yo debato con la sociedad desde el principio de los tiempos, cuando empecé a hacer canciones. En la oscuridad interior y en el silencio hay otras verdades. Vivimos con demasiadas voces instaladas y la cultura muchas veces nos condiciona. El lenguaje te condiciona”, dijo en esa oportunidad.

“Sueño con llegar a viejo y tener tiempo para escribir una novela. Un disco no es una novela, en todo caso es un comic book. Las canciones son como viñetas. Son historietas, pastillas. Si querés, poesía, con toda la locura de Tanguito, Spinetta y Miguel Abuelo: ellos eran un poco poetas”, declaró.

“En un momento nos cansamos de estar sentados. Cuando aparecieron Virus, Los Twist, Soda Stereo, Sumo y un poquito de los Redonditos: ¡eran bailables! Sumo era directamente un trance total. Estábamos presos, hipnotizados”, dijo haciendo referencia a los grandes que lo inspiraron.

Su paso por la Tierra Colorada
El artista viajó a Misiones en varias oportunidades, entre las que se destacan tres: un recital en Iguazú en 2005, otro en Posadas en 2010 y su participación en Clínica 13, en 2014, también en la capital provincial.

En 2010, brindó un show espectacular en Sala Tempo. Su concierto, para 120 espectadores quedó resumido por las palabras del artista: “En el escenario busco el éxtasis”.

Impresionante y conmovedor fue la sensación que registró el público aquel día. Un espectador dijo a la salida: “Este tipo te hace salir cansado del recital, ¡cómo agita!”.

Otra de las veces que vino, en 2014, señaló en una conferencia de prensa: “Tengo como un amor por Posadas”.

“Voy a las dietéticas y compro rapaduras. Hago chipa, ahora compré la harina para hacer la sopa paraguaya. Tengo un alma acá. Vengo menos de lo que me gustaría. He tocado una vez acá. Posadas me pareció tremendamente energética, fuerte la ciudad. Me parece como que esa cosa mineral que tiene a mí me pega, la siento”, había contado en la previa a su participación en el programa Clínica 13.

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