Hasta que la pandemia los separe

La otra crisis del Covid: separaciones y divorcios más conflictivos

Según la mesa de Entradas Única Informatizada de Posadas los trámites se mantuvieron entre 2019 y 2021 en 7.000 anuales. Abogados y mediadores reconocen un alto grado de hostilidad en los últimos meses
lunes 24 de mayo de 2021 | 3:00hs.
Prioridad.
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Más que provocar la separación de parejas, la cuarentena descubrió que muchas ya estaban rotas. Incluso en abril del año pasado, habiendo transcurrido pocas semanas de confinamiento, ya se hablaba del boom de crisis matrimoniales que provocaría el encierro por decreto.

En ese contexto, según las estadísticas de la Mesa de Entrada Única Informatizada del Poder Judicial, a las que tuvo acceso El Territorio, en Misiones los números se muestran equilibrados en cuanto a la cantidad de divorcios de épocas prepandémicas comparada con la actual. Entre marzo de 2019 y el mismo mes del 2020 se registraron un total de 7.058 solicitudes, que en la gran mayoría fueron regularizaciones de separaciones de hecho. Casi no existieron divorcios contradictorios. El aumento de pedidos de mayo de 2020 a mayo 2021 fue cercano a los 100 trámites, ya que se registraron 7.160.

Quienes sí notaron un incremento de casos son los abogados y mediadores, quienes afirman que las consultas aumentaron cerca del 60%, y justifican las estadísticas del Poder Judicial en que, en la mayoría de los casos, se produjeron separaciones de hecho, sin concretar el trámite disolutorio.

Para ellos, el confinamiento y la convivencia estrecha actuaron como catalizador. Es decir, hicieron aflorar lo que ya subyacía en la pareja. La cuarentena no fue el desencadenante del quiebre, sino el escenario donde se llegó a ese punto. Por ello, hoy viven en sus estudios una verdadera temporada alta de rupturas conyugales.

Costos y reproches

Para los letrados, ahora se ven los resabios de la pandemia, tanto en los matrimonios como en las uniones convivenciales: hay mucha conflictividad y desgaste, sostienen. 

No hay un apuro por lograr el cambio en el estado civil, pero sí asegurar los alimentos y la estabilidad económica. 

Los costos juegan un papel preponderante, por ello dejan el trámite de divorcio y división de bienes para una última instancia. 

“Por ley de honorarios, un divorcio cuesta cerca de los 70 mil pesos, es por eso que muchos retrasan ese punto y se vuelcan a resolver otros, como alimentos y régimen de contacto, que son más rápidos y económicos. Al ser tan oneroso, sumado a los gastos que implica volver a establecerse, muchos retrasan el trámite”, señala la abogada obereña Florencia Donnerstag.

Por su parte, la abogada Marcela Martínez señaló que los casos se incrementaron en los últimos seis meses. 

En su estudio, al igual que Donnerstag, recibe a parejas que sin importar los años de convivencia llegan con mucha carga emocional y acusaciones mutuas. 

“Se nota mucha determinación y poca tolerancia. Llegan cargados de reproches, incluso en parejas con décadas de convivencia”, sostuvo.

Gestionar el conflicto

El nivel de hostilidad descripto por las letradas coincide con los resultados de un estudio realizado por el Observatorio de Psicología Social Aplicada (Opsa) de la Facultad de Psicología de la UBA, en el que muestra entre los reproches señalados: la intromisión en la vida del otro y no ser del todo sincero o no decirse la verdad, que mostraron valores muy elevados (52% y 56%, respectivamente).

“El aumento de la convivencia evidenció las diferencias que antes eran disimuladas por la rutina. Llegan al estudio con un hartazgo emocional importante y con frases como ‘no lo/la aguanto más, me quiero ir’. Hay una mezcla entre la intensidad propia de estar en pandemia (preocupación, angustia, incertidumbre) y los conflictos propios de los cónyuges o convivientes”, afirmó la abogada y mediadora Valeria Fiore, quien también vio un aumento del 50 por ciento en consultas de parejas separadas o que quieren evitar hacerlo.

El mediador intenta trabajar para que se puedan poner de acuerdo y dejen de lado el conflicto, es por eso que Fiore puntualiza en la falta de habilidades para gestionarlo. 

“No sabemos conversar, lo hacemos para convencer. Y estamos en una etapa donde el rol de la conversación sea preponderante. Hay desborde constante propio de la intensidad de esta época, ya que cualquier condición externa produce el efecto gatillo en el plano emocional, dando el grito, el portazo o la discusión se quería evitar”, agregó. 

Para finalizar su mensaje, invitó a realizar una revisión en “cómo nos relacionamos con los otros y con nosotros, de esta manera se evitará tomar decisiones desde el desborde”.

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