Homenajes pandémicos y la espera de una fecha de juicio

A dos años de la Masacre de Monte, el recuerdo de Aníbal vive en su hijo

Mateo Aníbal tiene un año y nació en agosto del 2019, tres meses después de la muerte de su padre. La abuela y la madre le ven rasgos físicos, gestos y personalidad
viernes 21 de mayo de 2021 | 4:30hs.
A dos años de la Masacre de Monte, el recuerdo de Aníbal vive en su hijo
A dos años de la Masacre de Monte, el recuerdo de Aníbal vive en su hijo

Blanca (43) no podía dejar de llorar, no salía de su depresión, no podía abandonar la cama. El dolor no cedía pese a que habían pasado varias semanas desde aquel fatídico 20 de mayo de 2019 en el que la Policía Bonaerense persiguió a los tiros el auto de su hijo Aníbal Suárez (22), el Fiat 147 que terminó impactando con un camión estacionado, causando la muerte del misionero y de los menores Gonzalo Domínguez (14), Camila López (13) y Danilo Sansone (13).

Sin embargo, en una noche como cualquiera, un mensaje en Facebook iluminó esa oscuridad y las lágrimas pasaron a ser de alegría. Iba a ser abuela y ese bebé en camino era de su hijo fallecido. Felicidad en medio del dolor, vida en medio de la muerte. La historia de Mateo Aníbal (1), que la tomó por sorpresa y que hoy es un motor para seguir día a día.

Ayer, al cumplirse dos años del hecho que conmovió a un país, Blanca recibió a El Territorio en su lugar de trabajo en Colonia Liebig, Corrientes. Desde hace un mes, cama adentro cuida a una señora mayor. El lugar queda a unos 40 kilómetros de su casa en Concepción de la Sierra, por lo que todos los fines de semana vuelve y puede visitar a su hijo en el cementerio. De todas formas, estos días se sintió sola, extrañando estar con los suyos o en San Miguel del Monte, como muchos días 20.

“Hoy estoy un poquito nerviosa, más porque estoy lejos de mis familiares. Estoy sola en este lugar y lo recuerdo como todos los días, para mí hoy es como aquel 20 de mayo”, empezó. Blanca, las familias de los menores y de Rocío Quagliariello (15), la única sobreviviente, esperan que el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Plata fije la fecha del inicio del juicio.

Los cuatro policías acusados de “homicidio agravado por abuso de función como miembro de las fuerzas policiales calificado por el empleo de armas de fuego, y violación de los deberes de funcionario público” serán juzgados por un jurado popular, no así los otros 20 imputados -19 policías y un funcionario-, que enfrentan penas menores.

Blanca habló de todo, dijo que está conforme con la Justicia, contó cómo es su relación con las otras madres, relató cómo se enteró de la muerte de Garrafa -como le decían a Aníbal- y dio detalles del dolor que siente cada vez que se entera de un caso de gatillo fácil. Pero la cara se le iluminó cuando habló de su nieto, al que pudo conocer en febrero del año pasado.

La historia

Antes de ese mayo del 2019 hablaba muy seguido con sus dos hijos instalados en Monte, lo hacía hasta tarde, hasta que ellos le decían que era hora de dormir porque al otro día había que trabajar. En esas charlas a veces aparecía la voz de una chica, que también a veces se quedaba los fines de semana. Sabía que Aníbal tenía novia.

La joven se llama Yael Cuadrado y tiene 19 años. “Pero nunca tuve contacto con ella, nunca la vi personalmente. Yo la conocí a ella esa noche que fui”, detalló al respecto de la noche que llegó a Monte para despedir a su hijo. “Allá está la novia de Aníbal”, le dijeron. La charla fue breve y lo que hizo fue sacarle el anillo a su hijo y ponérselo a ella.

Sobre cómo se enteró de que sería abuela, detalló: “Un día estaba en la cama llorando y ella me escribió por primera vez, a los dos o tres meses por ahí. Me preguntó cómo estaba y yo le dije ‘acá, triste’, porque yo me pasaba en la cama llorando. Y entonces me dijo ‘bueno, por lo menos nos dejó algo lindo’. ‘¿Algo lindo cómo qué?, le dije. Y me dijo ‘estoy embarazada’”.

“Yo tenía una nieta -siguió la entrevistada-, la única que es la de mi hijo más grande. Las veces que recordaba a Aníbal decía ‘nunca voy a tener nada de él’, entonces cuando me dieron esa noticia me largué a llorar y no podía creer. Lo primero que hice fue informarle a la familia”.

La pandemia y el consecuente confinamiento hicieron que el crecimiento del pequeño sea sobre todo mediante fotos, llamadas y el reporte de sus familiares que están cerca. Sin embargo, pudo compartir con el mini Aníbal antes de que todo empiece: “Ella le trajo a Misiones en febrero, antes de que empiece la pandemia. Se quedó una semana en mi casa. Tiene un año y en agosto cumple dos”.

“Lo veo a él y es como verle a Aníbal, porque hace los mismos gestos, se para de la misma forma. Hace las diabluras que Aníbal también hacía. Lo mirás y es un calco, tiene los rulitos, tiene todo”, añadió entre risas.

“Lo quise un montón”

Desde Monte, la madre del pequeño Aníbal, Yael, coincide. “Sus gestos, sus enojos, su cara es igual. Aníbal está siempre”, dijo. Contó que conoció al joven de Concepción de la Sierra cuando llegó a la ciudad, pero formaron una pareja tiempo después. Al momento del accidente, llevaban seis meses juntos. Entonces, contemplaban la posibilidad de ser padres, pero aún no lo habían confirmado.

La presencia de su hijo es un legado del joven misionero, pero a la vez el recuerdo de su ausencia, la certeza de los muchos momentos que las balas policiales arrancaron. “Aníbal nos dejó algo muy lindo, pero también muy doloroso a la vez”, reflexionó Yael.

Ayer, a dos años de la masacre, el día para la joven madre transcurrió “recordándolo con amor y con dolor. Ver fotos y videos de él duele un montón y darte cuenta de que no está con nosotros”. “Lo extraño siempre y siempre lo llevo en mi corazón, pase el tiempo que pase. Lo quise un montón, era único”, finalizó.

El dolor de Rocío, la sobreviviente: “Lo que hicieron no tiene cura”

Como ocurrió en el primer aniversario, las restricciones por el avance del coronavirus descartaron las aglomeraciones para recordar a las víctimas de la tragedia. Sin embargo, hubo varios homenajes y acciones impulsadas desde las redes sociales.
Una avioneta recorrió el pueblo nombrando a las cuatro víctimas y pidiendo justicia,mientras que desde la Comisión Provincial por la Memoria -que también interviene en el expediente- informaron hicieron homenajes de forma virtual.
Blanca contó que se encendió una fogata que se mantuvo viva durante todo el día para recordar a las víctimas.
La semana pasada, la única sobreviviente del hecho brindó una entrevista a la agencia de noticia Telám, luego mucho tiempo sin hablar con los medios de comunicación.
La joven dijo dolida que lo que hicieron los acusados “no tiene cura”. Y amplió que siente “una a mezcla de sentimientos, entre la bronca y el dolor, por perder a mis amigos. Me siento vacía”.
Tras asegurar que recuerda a sus amigos “con mucho amor, tan divertidos como eran” y que los lleva “siempre” en su corazón, la joven, hoy de 15 años, manifestó que su “única expectativa es que (los responsables) cumplan su condena por el resto de su vida”.
El juicio
Mucha expectativa hay para el inicio del debate, ya que pasados dos años y hay aún muchos puntos grises. “Una pregunta que hasta el día de hoy nos hacemos todas las madres. ¿Qué pasó, qué vieron, por qué hicieron eso? Iban a hacer como que fue un accidente, si no fuera por los testigos, por la gente que juntó las vainas”, puntualizó Blanca.
Rocío, como se sabe, no recuerda qué pasó esa noche, por lo que nunca pudo dar precisiones en su declaración.
Serán los policías Rubén García, Leonardo Ecilape, Manuel Monreal y Mariano Ibáñez, los ocupantes de la patrulla que persiguió y disparó al auto de Aníbal, quienes deberán responder por esa secuencia incomprensible. 

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