La mujer padeció múltiples fracturas en el rostro y heridas de arma blanca

Sufrió brutal ataque de su ex y debió mudarse por temor a represalias

Carolina Soledad González (26) y sus tres hijos residían en Colonia Gisela. Estuvo dos días en coma. “Si no era por los vecinos me mataba”, señaló la víctima
domingo 28 de febrero de 2021 | 6:03hs.
Sufrió brutal ataque de su ex y debió mudarse por temor a represalias
Sufrió brutal ataque de su ex y debió mudarse por temor a represalias

“Lo único que quiero es que se haga justicia y que pague por lo que hizo, porque si no era por los vecinos me mataba. Y sobre todo quiero que pague por el daño que les hizo a mis hijos, que todavía tienen pesadillas por todo lo que vieron esa noche. Es un trauma demasiado grande”, reflexionó Carolina Soledad González (26), quien se recupera de las terribles lesiones que padeció a manos de su ex concubino.

El hecho se registró el pasado 26 de enero en Colonia Gisela, municipio de Colonia Polana,  departamento de San Ignacio.

El agresor, identificado como Jonathan Daniel V. (28), fue imputado por homicidio en grado de tentativa agravado por el vínculo y amenazas, y permanece detenido en la comisaría de Puerto Leoni por disposición del Juzgado de Instrucción Dos de Jardín América.

La imagen de la víctima en los instantes posteriores al ataque grafica la brutalidad del caso. El rostro desfigurado por golpes de puño y patadas; cortes y puntazos de puñal en brazos y piernas. El cuerpo totalmente bañado en sangre.

En el mismo episodio un vecino de la mujer también resultó gravemente herido. Se trata de Juan Domínguez (21), un valiente joven que acudió en su ayuda y recibió tres puñaladas en diferentes partes del cuerpo.

A consecuencia de las lesiones, Domínguez fue trasladado al hospital Madariaga de Posadas y González tuvo que ser derivada al hospital Samic de Oberá, donde permaneció dos días en coma.

En diálogo exclusivo con El Territorio, la mujer relató el calvario que padeció con su ex y reconoció que se vio obligada a mudarse junto a sus tres pequeños hijos por temor a represalias por parte del acusado y su familia. 

Tragedia anunciada

Además de los cortes en brazos y piernas, González sufrió las fracturas del hueso nasal, del maxilar y de la órbita del ojo izquierdo, lo que marca la brutalidad de un ataque sádico por parte del padre de sus tres hijos. El hombre se ensañó con el rostro de la mujer y las secuelas aún perduran.

“Pasé varios días sin poder comer, sólo agua podía tomar. Hasta ahora me cuesta comer, por eso tomo casi todo líquido.En realidad, todavía no siento la mitad de la cara”, detalló la víctima.

Consultada al respecto, precisó que convivió siete años con el acusado. Fruto de ello nacieron sus tres hijos, hoy de 7, 6 y 3 años.

Aún con problemas para articular palabras, reconoció que su ex “siempre me maltrató y me golpeó, pero no lo denunciaba porque me decía que si lo hacía me iba a matar. Pero llegó un momento que no aguanté más y lo denuncié. Eso fue dos semanas antes del ataque el 26 de enero”.

“En esas dos semanas le volví a denunciar dos veces porque violaba la prohibición de acercamiento y me molestaba. La Policía sabía porque yo iba y denunciaba que tenía miedo, pero sólo le decían que me deje de molestar. Le tendrían que haber detenido con tantas denuncias, pero no lo hicieron y casi me mató a mí y al vecino que me ayudó”, lamentó. 

El hecho que se investiga se registró el 26 de enero, cerca de las 23, en Colonia Gisela, un pequeño poblado recostado sobre la costa del río Paraná, en el municipio de Polana. “Yo vi que andaba rondando la casa y quise correr a lo mi vecina para pedir ayuda. Ahí fue que me agarró. Ni le importó que le llevaba upa a mi nenita más chica, y le pudo haber matado porque me tiró un cuchillazo con la nena en brazos”, graficó.

Lo que siguió fue una secuencia de terror. Los gritos de la víctima y sus hijos aniquilaron la tranquilidad de la noche, lo que alertó a los vecinos que salieron a ver qué pasaba.

“Nos mudamos por miedo”

Y la descripción de la mujer sintetiza el horror: “Él tenía un cuchillo y me gritaba que me iba a matar porque lo denuncié. Me pegó trompadas en la cara, me caí y ahí me pateó. No sé cómo no me desmayé, y con mis últimas fuerzas gritaba para que ayuden a mis hijos. Gracias a Dios salieron los vecinos y me ayudaron; porque si no, me mataba. No tengo dudas”.

Juan Domínguez fue uno de los primeros en abalanzarse sobre el agresor, quien le asestó varios puntazos, uno de los cuales impactó en el cuello del joven.

Pero en un momento dado el atacante se vio superado en número, recibió varios golpes con palos y huyó del lugar.

Los mismos vecinos dieron aviso a la Policía y posteriormente los heridos fueron trasladados a diferentes centros asistenciales de mayor complejidad. Así, la mujer fue derivaba al Samic de Oberá y el muchacho al Madariaga de Posadas.

“Yo estuve dos días en coma, inconsciente. En total estuve internada una semana. Ahora sigo en tratamiento con especialistas y el mayor problema es el ojo izquierdo, que me dicen que corro el riesgo de perder”, lamentó.

González dialogó con El Territorio vía telefónica desde una ciudad de la provincia alejada de Colonia Gisela, a la cual se mudó con sus hijos por temor a represalias por parte del propio acusado o sus familiares.

“Tuvimos que salir escondidos para que la familia de él no sepa que nos íbamos. Ellos me amenazan por teléfono, que voy a pagar porque le denuncié. También tengo miedo que él salga pronto y nos haga algo. Nos mudamos por miedo”, contó.

Y agregó: “Lo único que quiero es proteger a mis hijos y, por ahora, no quiero volver a Colonia Gisela porque es peligroso para nosotros. Para los chicos es difícil porque estamos en un lugar que no conocen y es todo nuevo, pero por lo menos estamos seguros”. 

Dos días en  el monte
Tras el ataque a su ex concubina y la defensa de los vecinos, Jonathan Daniel V. se vio obligado a escapar de Colonia Gisela y permaneció prófugo durante dos días en el monte.

De todas formas, a las 48 horas el implicado solicitó ayuda a un familiar de la zona que lo trasladó hasta el hospital de Jardín América, ya que presentaba lesiones de diversa consideración debido a los golpes que padeció a manos de las personas que defendieron a la víctima.

Según fuentes del caso, el acusado presentaba una infección por un corte en la cabeza y múltiples excoriaciones en diferentes partes del cuerpo.

Al ser identificado en el centro asistencial, las autoridades médicas dieron aviso a la Policía y el juzgado interviniente ordenó su detención.

De todas formas, por las heridas que presentaba, en primera instancia se dispuso el beneficio del arresto domiciliario, medida que luego fue apelada por el fiscal Jorge Fernández, por lo que el magistrado Roberto Sena ordenó que el imputado quede alojado en la comisaría de Puerto Leoni.

Consultada al respecto, Carolina Soledad González subrayó su temor ante la posibilidad de que el acusado recupere la libertad y vaya tras sus pasos en busca de represalias.

“A mí no me informan nada sobre la causa y tengo mucho miedo. Él siempre hizo lo que quiso, no le importan las denuncias y si lo sueltan me va buscar para matarme, como me prometió. Si esta vez no me mató fue sólo porque los vecinos me socorrieron. Pero él estaba decidido”, remarcó atemorizada.

La mujer comentó que no posee cobertura social y por el momento sólo cuenta con el respaldo de una familia amiga que la acoge junto a sus hijos en una localidad de la provincia alejada a Colonia Gisela.

González estuvo dos días en coma.
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