La celebración de la Epifanía y los Reyes Magos

jueves 07 de enero de 2021 | 6:00hs.

El 6 de enero se celebró el “Día de los Reyes Magos” o la “Fiesta de la Epifanía”, uno de los días litúrgicos más coloridos y alegres del mundo cristiano en el que las familias conmemoramos la visita de los tres reyes al pesebre de Jesús, en Belén. Epifanía significa “manifestación de Cristo”.

Los Reyes Magos son personajes originados por la cultura popular cristiana. En la actualidad la religiosidad popular les ha asignado en algunos países una función, la cual es la de permitir afirmar a los niños que están siendo vigilados en su comportamiento por ellos y que, dependiendo del mismo, les traerán regalos una vez al año, en la madrugada del 6 de enero, en la fiesta de la Epifanía.

Sólo el Evangelio según San Mateo menciona a los magos en la Biblia. Es poco lo que dice este Evangelio sobre los sabios de Oriente. Tampoco menciona un número específico de ellos: “Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?” (Mateo cap. 2, vers. 1-2).

“Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra”. Mateo cap.2, vers.11. Este evangelista nos deja ver en otro versículo que eran astrólogos que conocían con precisión el movimiento de las estrellas.

Con el paso de los siglos, la presunta escena del pesebre inicial fue modificada por ejemplo, por las pinturas alegóricas de Giotto, luego de Botticelli, Velázquez o Rubens, modificándose las ubicaciones y roles de cada rey mago de acuerdo a decisiones vaticanas.

Cuenta la leyenda que tres Reyes de Oriente fueron elegidos por Dios para que fueran a reconocer a su hijo. Para guiarse los Reyes Magos siguieron una misteriosa estrella (la estrella de Belén) que los llevó hasta Belén, encima de un humilde establo donde acababa de nacer Jesús. Saludaron a sus padres y se arrodillaron frente al niño, entregándole sus regalos: oro, incienso y mirra. Antes de llegar, encontraron al rey Herodes el Grande en la ciudad de Jerusalén, quien astutamente les conminó a que, de regreso, hablaran con él para darle noticia del sitio exacto donde se encontraba dicho niño; y, así, poder ir él también a adorarle. En realidad, lo que quería Herodes era matarlo. La historia sigue contando cómo un ángel se apareció a los tres reyes magos y les advirtió del peligro que corría Jesús si ellos obedecían a Herodes. Así pues, los reyes no volvieron por el mismo sitio.

Herodes ordenó entonces la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea), con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret: hecho conocido como la Matanza de los Inocentes 

Cada regalo que los Reyes Magos ofrecieron al Niño Jesús tiene un valor simbó-lico. El Oro, llevado por Gaspar de Mesopotamia: representa su naturaleza real, aclama a Jesús como Rey de Reyes. El Incienso, llevado por Melchor de la India: representa su naturaleza divina, usado en el culto en los altares de Dios, aclama a Jesús como Dios. La Mirra, llevada por Baltasar de Etiopía: simboliza al Hijo o Cristo, es el aroma de la espiritualidad, reconociendo a Jesús como hombre inmortal.

El nombre de “mago” era un título que se le daba a las castas sacerdotales del zoroastrismo. Como parte de su religión, estos sacerdotes tomaban una especial atención a las estrellas, y ganaron reputación por la Astrología, ya que por entonces la Astrología y la Astronomía no estaban separadas, como hoy sí lo están, de manera que se creía que los designios humanos podían conocerse si se estudiaban cuidadosamente las estrellas. Si tomamos en cuenta esta traducción y las citas de Mateo podemos considerar a los Reyes Magos como hábiles observadores del cielo.

El número de Reyes Magos tampoco se cita con exactitud. En el siglo tercero, el teólogo Orígenes indicó que los Reyes Magos eran tres. Al fin y al cabo, fueron tres los regalos que se nombran en el Evangelio de San Mateo: oro, incienso y mirra. Con respecto a sus nombres, Sumado a la leyenda difundida por la Iglesia católica de que los “reyes magos” eran tres, se les han asignado los nombres de “Melchor”, “Gaspar” y “Baltasar”. La primera vez que surgen estos nombres es en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena, Italia. El friso de la imagen está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan la procesión de las Vírgenes.

Y con respecto a su procedencia, tradicionalmente se considera que eran babilonios, entre otras cosas por algunos puntos en común con el pueblo judío y porque el resto de Israel estaba rodeado por el Imperio Romano. Muchos investigadores los consideran originarios de Persia (actual Irán) partiendo de la base de que muchas leyendas que contiene hoy en día la Navidad proceden de costumbres anteriores al cristianismo. Por ejemplo, los sacerdotes persas del siglo V y VI a.C. también le ofrecían a su dios (Ahura-Mazda) oro, incienso y mirra. No debe considerarse Persia una idea alocada ya que está al este de Israel, a unos 1.800 km, el doble de la distancia que separa Jerusalén de Babilonia.

Su destino, tras la adoración, fue históricamente incierto. San Mateo sólo afirma que regresaron a su país por otro camino para burlar a Herodes. Otros afirman que fueron consagrados obispos y murieron martirizados hacia el año 70 de nuestra era. Sus supuestas reliquias fueron transportadas de Milán a Colonia en el siglo XII, donde Federico Barbarroja enterró sus restos, y posteriormente, en el año 1248, comenzó a erigirse en ese sitio la famosa catedral de esa ciudad alemana donde aún hoy son venerados.

O sea que la leyenda de los tres reyes magos, también creo que tiene su historia.

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