Fue trasladado al penal de Marcos Paz

Celulares y modus operandi del Negro Rojas en la cárcel

Desde el penal de Ezeiza coordinó el tráfico internacional, ordenó matar a jueces y hasta gestionó la compra de armas. El modus operandi y los recursos para ingresar teléfonos
martes 08 de diciembre de 2020 | 5:01hs.
Celulares y modus operandi del Negro Rojas en la cárcel
Celulares y modus operandi del Negro Rojas en la cárcel

Néstor Fabián “Negro” Rojas (44), narcocriminal misionero acusado de tres homicidios y fundador de la organización internacional Primer Comando de Frontera, que dirigía desde la cárcel de Ezeiza, a donde llegó en octubre del 2019,  fue trasladado a otra dependencia. Está ahora en otro contexto, en una celda diferente, con otros compañeros, con otros penitenciarios, pero seguramente con las mismas ganas de hacerse su lugar en el submundo tumbero.

Como adelantó El Territorio en su edición del 18 de noviembre, el destino elegido por el Servicio Penitenciario Federal (SPF) - sugerido por la Justicia - fue Marcos Paz. Según se explicó, allí no hay cobertura de señal, por lo que le generará dificultades comunicarse con el mundo exterior con un celular.

Se trata de una cuestión más que relevante, ya que desde esos aparatos el oriundo de Puerto Iguazú coordinó planes para matar a jueces, un secuestro, la compra de armas (hasta un lanzamisiles), un intento de rescate de la cárcel de Oberá y dirigió a fuerza de intimidaciones y un importante poder económico el tráfico internacional de cocaína y marihuana. Su poder se concentraba allí. 

Fuentes judiciales consultadas por este medio consideran que la estructura narcocriminal fue desbaratada, ya que hubo trece detenciones desde que se inició la investigación, por lo que tiene a la mayoría de sus soldados fuera de acción. Sin embargo, su cartera de contactos es amplia y aún quedan eslabones por identificar en Paraguay y Brasil.

Al respecto, surgió un dato que resulta increíble y que muestra a las claras que el Negro no desiste de su accionar. El diario La Nación reveló que en el trayecto de una cárcel de máxima seguridad a otra, el capo narco se hizo de otro aparato, pero que fue hallado en los controles de ingreso.

Habrá una atención especial en Marcos Paz por su presencia y también por la de otro tristemente célebre narcotraficante: Ariel “Guille” Canteros, líder de Los Monos y condenado a 62 años de prisión en siete causas por la Justicia de Rosario. Como Rojas, Cantero ordenó crímenes, amenazó a jueces y dirigió su empresa narco incluso después de ser detenido. Ya se adelantó que las autoridades tomarán especial cuidado de que ambos no se alineen. 

Apps seguras y llamadas espejo

Ahora bien, ¿cómo hacía Rojas para llevar a cabo sus operaciones ilícitas y cómo lograba ingresar los teléfonos celulares a su lugar de detención? La primera respuesta revela un complejo entramado de comunicaciones trianguladas y aplicaciones poco comunes; la segunda, una posible corrupción carcelaria que también está siendo investigada.

Según la acusación el dictamen de Procunar, dirigida por Diego Iglesias, en diferentes comunicaciones interceptadas al señalado múltiple homicida se develó que utilizaría las aplicaciones como Signal o Wickr. Son apps de mensajería ultraseguras, incluso más que WhatsApp o Telegram, ya que sus servidores no son posibles de rastrear y las comunicaciones se “autodestruyen” permanentemente.

Con Signal se comunicaba con la mayoría de los integrantes del PCF en Misiones, Buenos Aires, Paraguay y Brasil. Con los contactos del extranjero también hacía una triangulación de comunicaciones que ya fueron descritas por este medio en artículos anteriores.

Se trata de una comunicación bajo la modalidad “espejo” y en la que tenía activa participación Tamara Judith Maciel, novia de Rojas. La mujer, cuando estaba en libertad, tenía comunicación directa con cómplices en Brasil y Paraguay. Ellos se comunicaban con ella a un teléfono, que era puesto frente a otro, donde había una comunicación con Rojas.

“Así, cuando Rojas necesita comunicarse con alguno de ellos, entabla una llamada con Maciel, ésta lo coloca en altavoz y aquel le envía un mensaje de audio mediante aplicación de mensajería instantánea que Maciel le abre mediante la utilización de otro teléfono”, se describió. También se detectó que Rojas tenía dominio del portugués, por lo que se necesitó de una traductora para traducir las comunicaciones interceptadas.

Maciel, además de manejar esa agenda, era la mano derecha del criminal. Se encargaba de administrar el dinero producto de los ilícitos, que eran depositados en cuentas bancarias de Brasil o Paraguay. También se encargaba de cambiar pesos a dólares para enviarlos -mediante camioneros- a Misiones o esos países. 

El ingreso de los celulares

“Te va a llamar un señor, el que nos entra las cositas… vos le vas a llevar y le vas a entregar el sábado, un celu sólo nos va a pasar... de parte del “Grone” te va a decir, pero el sábado te va a llamar y le vas a traer hasta donde él esté”. Así Rojas le ordenó a Maciel que se encargará de hacerle llegar un smartphone al Complejo Penitenciario Uno de Ezeiza el 4 de noviembre.

Ese día hubo varias comunicaciones, según consta en el expediente. Se supone que el nexo era un efectivo del Servicio Penitenciario Federal.

El Negro Rojas quería específicamente un Iphone, debido a que le resulta más difícil a los investigadores a acceder a la evidencia digital en caso de ser descubierto. También pidió que lo mande con varios chips de teléfonos adosados, para que el supuesto uniformado del SPF no se los quite. La persona, según las llamadas, iba a recibir a cambio dinero en efectivo y 10 gramos de cocaína.

A Rojas le intervinieron dos celulares de forma directa, por lo que las escuchas en tiempo real permitieron detectar otro intento de ingresos de artefactos de forma ilegal meses antes, en octubre.  Junto a su cómplice Pablo Antonio Campos querían cambiar los aparatos que utilizaban, por lo gestionaron formalmente el ingreso de una heladera para lograr su cometido.

La solicitud estuvo a nombre de otro interno y hacia afuera salieron las órdenes de que los celulares debían ser acondicionados en la “bocha” de gas. Ante el plan, y por la presunta connivencia con los guardiacárceles, se dio intervención a la Fiscalía Federal de Lomas de Zamora.

Finalmente el 29 de octubre se hizo efectivo el ingreso del electrodoméstico, que fue interceptado por las autoridades. Entonces se incautaron diferentes celulares, envoltorios de poliuretano y sierra de cortar.

Esas gestiones se hicieron porque Rojas sabía que lo estaban escuchando e incluso profería amenazas a los gendarmes y jueces al hablar por teléfono. “Están grabando estos putos, están grabando mangas de putos, a ver para que graben ya que están ahí atentos a todos, díganle a esos jueces, a esos jueces, que esto recién comienza, esto recién empieza, que van a pagar todos los que hicieron todo, todo uno por uno, uno por uno, todos”, dijo el 19 de octubre, cuando mantenía una conversación sexual con su pareja.

“Es para que paguen todo lo que hicieron, cuando vean, graben bien y ustedes saben de lo que les estoy diciendo la sigla PCF, graben bien, porque lo van marcar para toda la vida el resto de su corta vida”, añadió.

También expresó que el peor error de los investigadores fue no matarlo, y que por más que le den “100 o 200 años”, va a vengarse.

Y entonces vino la amenaza al titular del Juzgado Federal de Eldorado, quien decidió su traslado de Misiones a Buenos Aires y hoy está con custodia permanente: “Miguel Ángel Guerrero, vos que sos tan guerrero, como dice tu apellido, jueces hijos de mil puta (...). Vas a ver cuando comiencen a caer como mosca, porque como mosca van a caer y no van a saber ni qué pasó, ni un arma necesito, de esta vez le puedo asegurar que no necesito ni un arma”.


Intentaba emular al PCC o CV

En el dictamen de Procunar al que tuvo acceso este medio se consigna que Néstor Fabián Rojas “intentaría emular o bien copiar sin éxito el modo de operar de ciertas estructuras criminales, con cierta envergadura, especialmente asentadas en la República Federativa de Brasil”.

Se añade que los elementos relevados en la investigación “sugieren cierta alegoría de su parte en ese deseo de replicar la simbología propia tales organizaciones delictivas”, en referencia a la creación del Primer Comando de Frontera (PCF) con la que marcó sus cargamentos antes de enviarlos. Ese “marketing criminal” incluia un dragón comiéndose la cola.

“Quizá con la intención de generar en el resto de los integrantes el sentimiento de identificación y pertenencia que caracteriza a los grupos narcocriminales Primer Comando Capital o Comando Vermelho (CV), como también el temer en la sociedad en su conjunto y, principalmente, en las autoridades policiales que deben investigarla y las judiciales que deben juzgarlas”, completa.

Al respecto, como informó este medio en sus ediciones anteriores, muchos de los integrantes del PCF tenían un tatuaje identificatorio. Se trata de una “clavícula de nox”, un símbolo que representa la llave más oscura de nuestro ser, formado por un tridente sobre una circunferencia.

La droga que comercializaba, cocaína proveniente directamente de Perú o marihuana de plantaciones en Ciudad del Este, ingresaba desde Paraguay y tenía como destino final a Brasil o Buenos Aires. Entre los compradores en el vecino país, se encuentra la organización criminal Bala Na Cara, de estrecha relación con el PCC, quienes exigían marihuana “premium”.

 

El marketing criminal del PCF.
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