Transmitiendo a todo color

martes 13 de octubre de 2020 | 5:00hs.
Transmitiendo a todo color
Transmitiendo a todo color

 

Para estar a la altura de las circunstancias, una de las obras clave que debió realizar Argentina para ser sede de la Copa del Mundo en 1978, sin dudas, fue      la construcción de los nuevos estudios y una nueva planta de transmisión, con sus controles centrales, para el canal de televisión público, que comenzaría a transmitir a color. En un terreno de tres hectáreas, ubicado en Figueroa Alcorta al 2900 -esquina Tagle- se le encomendó esta obra al estudio de los arquitectos Flora Manteola, Javier Sánchez Gómez, Carlos Sallaberry, Josefina Santos, Justo Solsona, Rafael Viñoly y Felipe Tarsitano, conocido actualmente por su sigla M-SG-S-S-S. Profesionales que ya tenían antecedentes importantes, incluso el segundo premio que habían obtenido por su propuesta para la Biblioteca Nacional hoy sigue dando de qué hablar. 

La idea que fue rectora en su proyecto era simple pero muy efectiva. El predio se ubicaba entre edificios y una plaza, con las vías pasando por el fondo, por lo que decidieron construir un terraplén que bajara suavemente desde la ciudad hacia el lado de los espacios verdes.

Quien observa la construcción desde el lado de los parques -desde la Facultad de Derecho- sólo ve que la plaza Naciones Unidas -donde hoy está la gigante flor de acero inoxidable- continúa luego en un gran patio, con una pequeña laguna, bancos y senderos sinuosos entre puentes metálicos y siluetas de animales.

El nuevo canal de televisión está escondido allí debajo y el patio que vemos desde afuera es su cubierta. Cuatro estudios de televisión que emergen de esta lomada artificial nos dejan adivinar que algo está pasando ahí abajo, pero no mucho más.

Es muy curioso recorrer el interior de nuestra televisión pública, los patios ingleses con espejos de agua controlan muy bien la luz indirecta necesaria para trabajar con pantallas y los amplios corredores tienen separadores y carpinterías que se asemejan a los diseños de una nave espacial de los setenta.

Esta obra maestra de la arquitectura argentina tiene muchos logros, pero tal vez el más significativos sea haberse adelantado a su época. El desafío de la arquitectura para el siglo XXI es crear paisaje y esta obra lo hace. Participa del paisaje, dialoga con su entorno y lo mejora, devolviéndole a la ciudad un agradable espacio público en su azotea. 

A partir de aquí, este equipo de arquitectos cosechó una incontable cantidad de premios a lo largo de una historia que hoy siguen escribiendo. El 5 de octubre pasado, Día Internacional de la Arquitectura y el Hábitat, Josefa Santos recibió el premio 2020 a la trayectoria que entrega la Sociedad Central de Arquitectos, lo recibieron también Justo Solsona en 2009, Javier Sánchez Gómez en 2015 -que falleció en 2020- y Flora Manteola en 2016, siendo la primera mujer en recibir esta distinción. 

Por su parte, Rafael Viñoly, luego de inaugurada la nueva sede de Argentina Televisora Color, se trasladó a Estados Unidos, donde fue profesor en la Escuela de Posgrados de Harvard y estableció su oficina de arquitectura en Nueva York en 1983, siendo hoy uno de las principales firmas de diseño arquitectónico en el mundo. Desarrolla proyectos de relevancia alrededor del globo e incluso fue finalista a la hora de decidir qué construir en el lugar que dejaron las torres gemelas en 2001, con uno de sus diseños más publicados en la prensa: el Centro Mundial de la Cultura. Allí también, desde 2019, lo acompaña desde Buenos Aires, Carlos Sallaberry, como director para Latinoamérica del estudio Viñoly Architects.

Un testimonio del trabajo de calidad que los arquitectos argentinos llevan al mundo podrá verse desde el próximo 20 de octubre en la primera Bienal de Arquitectura de Nueva York, donde Sallaberry pertenece a la junta de asesores y cuya presidente es Natalia Valencia Donat, arquitecta de la Universidad Nacional de Tucumán, que paso por el estudio de M-SG-S-S-S en Argentina y en Estados Unidos trabajó con arquitectos de la talla de César Pelli.

La Bienal será gratuita y -por lógicos motivos- completamente online, y el eje temático en esta primera edición será: la inclusión social en el ámbito laboral y en el diseño.

Podríamos encontrar en la obra de lo que se conoció como el Nuevo Canal 7 un referente de las saludables prácticas que puede realizar la arquitectura contemporánea por la ciudad, y un punto de inflexión que empezó a contarnos de qué se iba a tratar la arquitectura del siglo XXI, pero también es la punta de iceberg para conocer el trabajo y la dedicación de quienes con gran talento vienen escribiendo la historia de la arquitectura desde hace tantos años.