Dengue y el riesgo de los cuadros graves en la provincia

domingo 15 de marzo de 2020 | 5:00hs.
Dengue y el riesgo de los cuadros graves en la provincia
Dengue y el riesgo de los cuadros graves en la provincia
Griselda Acuña

Por Griselda Acuña Editora de Actualidad

Por estas horas el dengue, infección vírica transmitida por el mosquito Aedes aegypti, es la gran preocupación de las autoridades sanitarias de la provincia de Misiones.
Paraguay y Brasil transitan las peores epidemias que se recuerdan con decenas de muertes y la tierra colorada, rodeada de fronteras, no está exenta a los casos.
Hasta ayer Salud Pública de la provincia mantenía en 4.073 las notificaciones de febriles y aunque sólo 200 casos pudieron confirmarse por laboratorio, aseguraron que todos son tomados como positivos hasta tanto se demuestre lo contrario y por cada caso notificado se realiza un bloqueo sanitario que incluye fumigación y búsqueda de otros febriles. En este contexto, las clases están suspendidas, las escuelas se están volviendo a fumigar y se pide a los vecinos extremar cuidados y limpieza en sus casas, ya que el mosquito es de hábitos domiciliarios.
Para el dengue existen cuatro serotipos virales: DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4. La convivencia de dos o más serogrupos representa la posibilidad de la aparición de cuadros más graves.
“No es que todos los que hayan tenido el serotipo 1 y tengan un ataque del tipo 2 vayan a tener una forma grave, sino que existe una probabilidad del 10% al 15%, donde se incrementa la posibilidad de tener un dengue hemorrágico”, sostuvo Jorge Gutiérrez, director de Vigilancia Epidemiológica de la cartera sanitaria provincial. 
Puerto Iguazú y Comandante Andresito son los lugares de Misiones que más casos de dengue registraron al principio del brote, que ahora se hizo fuerte en otras localidades como Oberá, Eldorado y la capital misionera. Aunque todas las zonas sanitarias reportan cuadros. En ese sentido, todas las ciudades reforzaron las acciones de prevención, detectaron casos y concretaron bloqueos.
El médico Cristian Cristaldo, jefe de la zona Nordeste de Salud dependiente de la cartera sanitaria local se encuentra en Andresito, municipio ubicado a 350 kilómetros de Posadas, que registra el brote más reciente de la enfermedad transmitida por el vector.
“Para dar un diagnóstico por una fiebre hay que tener en cuenta de dónde viene el paciente. Si es de Andresito u Oberá donde se reportaron muchos casos de dengue, se tienen en cuenta otros síntomas como dolores musculares, dolor detrás de los ojos, náuseas, vómitos, diarrea o dolor de cabeza. Se procede a una extracción de sangre y se realiza el bloqueo sanitario (fumigación). Si el paciente es de otro punto de la provincia, se evalúa otras cosas, si viajó o estuvo con pacientes que estén en lugares epidemiológicamente complicados en relación al dengue”, había explicado Cristaldo.
“El medicamento más inofensivo es el paracetamol”, insistió Cristaldo al tiempo que agregó: “En el caso de un niño con fiebre, se debe proceder de la siguiente manera: paño de agua tibia, no fría, en la cabeza, debajo del brazo y los pies, y darle dos gotitas de paracetamol por cada kilo del niño. Con eso hay tiempo de salir de la vivienda e ir al médico a consultar”.
“Si el cuadro no es grave, la fiebre debería pasar después de las seis horas de medicado el chico. Si sigue con fiebre, la infección es más grave y amerita consulta médica”, comentó y fue reiterativo en ese sentido: “Si hace fiebre, está medicado y a las cuatro horas vuelve a hacer fiebre, hay que ver qué está detrás de esa fiebre”.
Consultado si el exceso de medicación puede causar malestar estomacal, hepático o renal señaló: “Primero la novalgina no debería indicarse porque disminuye los glóbulos blancos y el dengue también tiene ese mecanismo, es decir, baja los glóbulos blancos. Entonces está contraindicado porque estás haciendo que tu cuerpo no se defienda. El paracetamol, en cambio, es el más inofensivo”.
“El dengue clásico, sólo fiebre y malestar, se trata con paracetamol y se procede a bajar la temperatura; pero si tiene diarrea y vómitos hay que hidratar al paciente. En el caso de un paciente internado se le pasa un suero y se le hidrata; si a las dos horas no hay recuperación se le tiene que transferir plasma, un tratamiento que se hace en terapia”, detalló.
El promedio del reposo es variable, aclaró Cristaldo, en tanto marcó un mínimo de siete días desde que presente síntoma febril hasta que se recupera del malestar. “Lo otro importante es el aislamiento, la persona infectada debe estar aislada con repelente por lo menos una semana, porque cinco días circula el virus del mosquito en la sangre de la persona”, aseveró.

El vector
El mosquito Aedes aegypti llegó a América hace 500 años. Reúne determinadas características que lo convierten en un excelente vector. Sólo por mencionar algunas de las enfermedades que contagia: dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla. Además, en laboratorio se comprobó que este mosquito es capaz de transmitir otro centenar de virus y bacterias.
“Se estima que el Aedes llegó a América en el año 1555, cuando los piratas John Hawkins y Francis Drake formaron la primera empresa comercial de esclavos con entrega puerto a puerto. Los barcos traían provisiones y agua. Dentro de los barriles viajaron también pequeños insectos polizones africanos, como huevos pegados en las paredes y larvas o pupas nadando en el agua”, había explicado ya cuando se desató el brote en 2015-2016, el científico Nicolás Schweigmann, integrante del Grupo de Estudios de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.
En Argentina desde el año 1950 aumentó la cantidad de personas que viven en ciudades, como así también la capacidad de consumo. Justamente, ese hacinamiento y el consumismo permitió que el Aedes tenga más lugares donde reproducirse.
Otra cosa que hace que la enfermedad avance cada vez más rápido es que la gente anda cada vez más rápido, ya sea en auto o en avión. Una persona enferma acá, le pica un mosquito y viaja a Córdoba. El aislamiento de los infectados es clave para frenar la epidemia.