La supuesta persecución a Rocío Santa Cruz llegó hasta Perú

domingo 30 de diciembre de 2018 | 3:30hs.
La Policía no la encontró en su casa.
La Policía no la encontró en su casa.
Carlos Cardozo

Por Carlos Manuel Cardozo fojacero@elterritorio.com.ar

Una vez llegados a Perú, podrían haber hecho conexión con cualquier capital del mundo. Los que los conocen dicen que los viajes son frecuentes y desde su defensa afirmaron que mientras se realizaba la instrucción por el siniestro en el que murió el Topo Cabrera, viajaron dos veces a Europa. Ambas con autorización de la Justicia.
Rocío Santa Cruz y su esposo habrían viajado desde Paraguay hasta Lima el día 25 de diciembre en el vuelo Latam 2422 que partió a las 8 de la mañana y llegó puntual a las 9.30 -hora argentina-. El potencial es porque hay una investigación en curso y no está comprobado por la Justicia, que avanzó con las primeras medidas.
Quienes lo vieron fueron justamente personas pertenecientes al Poder Judicial, pasajeros del mismo vuelo que de forma inmediata reconocieron a la mujer condenada a cuatro años de prisión efectiva, diez años de inhabilitación para conducir cualquier vehículo y una prohibición expresa de no salir del país. Sabían, claro, que estaba incumpliendo lo último.
Dijeron que la ex Miss Argentina se “re tapaba” y que incluso se escondió en el baño una vez que aterrizó el avión y empezaron a bajar los pasajeros. Además aseguran que se puso las gafas cuando llegó a una de las salas vip del aeropuerto peruano y notó que la miraban. “Es ella de acá a la China, si nosotros la conocemos. Si no se hubiese tapado no nos hubiera llamado la atención”, expresó una mujer en un audio que no tardó en difundirse.
Estas personas ya habrían manifestado sus intenciones de declarar ante la Justicia y ratificar sus dichos. Será después del 15 de enero ante el Juzgado de Instrucción Seis, que dirige Ricardo Balor y que está en turno en el último mes del año. Por ahora, Santa Cruz permanecerá en libertad ya que se presentó en el Juzgado a tiempo, en la siesta del día 26. Sí deberá comparecer allí todos los días.
Más allá de eso, las primeras medidas adoptadas por Jiménez, titular del Juzgado Correccional y de Menores, fue consultar a la Dirección General de Migraciones por los registros de salidas del país de Santa Cruz. Eso arrojó que no había utilizado un paso legal, lo que representaría otro delito.
Además, ese mismo 25 se ordenó que una comisión policial se traslade a su casa, donde no había nadie. El Territorio estuvo ahí y una vecina expresó escuetamente que la pareja había salido a almorzar (eran las 17), aunque la seguridad de la cuadra le dijo a los efectivos que desde hacía varios días no había nadie en su vivienda.
Un dato no menor es que el marido de la ex modelo y abogada cruzó a Paraguay por Formosa el 22 de diciembre. “Según me informaron a mí, el 22 de diciembre salieron por Loyola, ingresando al Paraguay. Es por eso que se solicitó que se le revoque el beneficio de la condicionalidad y se determine la inmediata detención y el cumplimiento de la condena”, dijo a este medio la fiscal María Laura Álvarez el miércoles.
Álvarez solicitó varios informes, además de poner a disposición el testimonio de las personas que vieron a la pareja en el avión: la lista de pasajeros de la línea aérea, las imágenes de las cámaras del aeropuertos donde estuvo, los registros de la frontera en relación al vehículo de Santa Cruz, los de su teléfono celular para tratar de reconstruir su recorrido y que se le secuestre el pasaporte.
En este marco, quien también tomó la palabra fue el abogado de la acusada, Eduardo Paredes, quien mayormente se refirió a la condena y el caso, sin detenerse en el hecho puntual de la presunta salida del país de su defendida. Expresó que ella le aseguró que no salió de Argentina, que siempre estuvo en su casa y como se puso a derecho es un “tema terminado”.
Habló de una supuesta fascinación del poder judicial por el caso y sus aristas, dijo que hay una persecución hacia ella por parte de los medios y actores judiciales y que la condena que recibió no tiene sustento, por lo que se bajará la pena o se anulará. Como también lo hizo en otras oportunidades, e incluso en el juicio, enmarcó todo esto en un hecho de violencia hacia la mujer, tema que cuenta con mucha sensibilidad en la actualidad.
Lo cierto es que, desde su condena, Rocío Santa Cruz volvió a aparecer en la agenda pública sólo porque se la vio en el extranjero, cuando no podía y no debía estar allí. Y es deber de la Justicia buscarla -como a toda persona- si incumple con una sentencia judicial; como así también hubo que buscarla el 31 de enero del 2016, después que abandonó la escena en la que falleció una persona.


Irene Pare: “Para mí se pasó de viva”

El Territorio se comunicó en la víspera con Irene Pare, viuda del Topo Cabrera, quien expresó su enojo, pero también resignación con las noticias sobre la ex modelo condenada.
“Todos sabíamos que ella en algún momento se iba a fugar o iba a hacer algo. Por eso la fiscal ya pidió para que no salga del país, porque son gente conocida y todos saben sus movimientos”, empezó diciendo.
“Como se lo dije al juez, cuando se me acercó - en el juicio-, es el que tiene que hacer cumplir la Ley”.
“Para mí, siendo pobre, con séptimo grado, siendo ama de casa y ahora sin trabajo, lo que hizo es pasarse de viva. Pasó por encima de un juez y hay fotos donde ella firmaba que no puede salir del país, que fue condenada a cuatro años de prisión y que no puede manejar ni beber alcohol”, opinó luego.
Para finalizar, insitió que “una persona pobre pensaría cinco o seis veces para pasar por encima de un juez. Yo si soy el juez ya la hubiese puesto presa”.
Santa Cruz fue condenada a cuatro años de prisión de cumplimiento efectivo el último 26 de noviembre por haber provocado la muerte del inspector de tránsito municipal Ramón ‘Topo’ Cabrera (53), a quien atropelló mientras manejaba alcoholizada un automóvil sobre la avenida Quaranta de Posadas, el domingo 31 de enero de 2016.
En las cuatro jornadas de juicio se reconstruyó que la abogada circulaba a exceso de velocidad y no guardó la distancia prudencial para con la moto de Cabrera.
En su contra también fue considerado importante el test de alcoholemia que se le practicó a la imputada cinco horas después del hecho y el cual arrojó 0,88 gramos de alcohol en sangre.