Otra de puentes

Las playas de Brasil se consolidan en la preferencia de los veraneantes argentinos. Ya sea por precios, por los paisajes o por simple cercanía, que es el caso de los habitantes de esta región. Así, hay imágenes que se repiten todos los años, como las largas filas de vehículos para salir de país por los pasos habilitados de Corrientes y de Misiones. Coincide con el recambio de medio mes. Y la saturación en la frontera se repite tanto en Bernardo de Irigoyen, Alba Posse, San Javier, Puerto Iguazú, Santo Tomé y Paso de los Libres, donde se acumularon largas filas de automóviles. Jorge Lacour, delegado de Migraciones en Iguazú admitió que hubo un incremento en los cruces en la frontera con Foz de Iguazú, pero dijo que no se vieron sobrepasados al límite que llegó Paso de Los Libres, que tuvo alrededor de seis horas de cola. “Vamos trabajando bien, con paciencia, pero tenemos otro sistema. En Libres la persona tiene que bajarse del auto y hacer los trámites, por eso se lentifica, explicó (página 3). 

Mientras esto sucede Brasil y Argentina se dan el lujo de tener un puente que no está operativo. Es el que está en San Pedro y une con San Miguel do Oeste, Santa Catarina. Falta que las autoridades brasileñas establezcan la oficina de Migraciones. La espera acumula años de promesas, y parece que tampoco será este verano. 

Sin embargo, el interés del vecino país parece ser otro en cuando al proyectado puente entre Porto Xavier y San Javier. El gobierno federal ya incorporó a su presupuesto del presente año una partida de 81 millones de reales destinados a la construcción del viaducto internacional. Ahí el desgano parece estar del lado argentino, que no da ningún tipo de certezas.