La guerra narco en Paraguay mostró su cara más temida y sangrienta

viernes 17 de junio de 2016 | 6:00hs.
La guerra narco en Paraguay mostró su cara más temida y sangrienta
La guerra narco en Paraguay mostró su cara más temida y sangrienta

El asesinato del narcotraficante más poderoso de Paraguay, Jorge Rafaat Toumani, acribillado con fusiles antiaéreos durante la tarde noche del miércoles en Pedro Juan Caballero, a 450 kilómetros de Ciudad del Este, desenmascaró el lado más sangriento de una guerra de bandas internacionales que era temida y perpetrada hace tiempo.
El atentado es atribuido al narco preso, Jarvis Chimenes Pavão, en sociedad con la poderosa organización brasileña Primer Comando Capital (PCC).
En este contexto, nueve delincuentes ya fueron capturados, algunos gravemente heridos, aunque también hubo un policía y varios civiles baleados. Entre ellos, se encuentra un ex policía militar brasileño retirado, miembro de la organización criminal Comando Vermelho.
El ataque mafioso, del que no se recuerdan antecedentes, se inició alrededor de las 18.30, en el barrio San Gerardo, a una cuadra del predio de la Jefatura de Policía del departamento de Amambay, donde funcionan unidades de elite como Investigación de Delitos y Antinarcóticos. 
Rafaat Toumani (56)  fue emboscado a tres cuadras de su residencia, cuando manejaba su camioneta Hummer negra. Los sicarios se movilizaron en camionetas, una de las cuales tenía montada una ametralladora destinada a batir aviones con la que se logró perforar el blindaje del vehículo que manejaba Rafaat.
El hombre recibió 16 impactos de bala -ocho de ellos con orificios de entrada y salida- y finalmente murió por traumatismo de cráneo grave con pérdida de masa encefálica, en el acto y sin poder realizar alguna maniobra de defensa.
Los quince guardaespaldas del capo mafia contraatacaron la acción de los sicarios, ya que un grupo se encargó de disparar contra Rafaat, otro de enfrentarse contra su escolta y un tercer equipo resguardó el perímetro para asegurar la fuga.
La balacera se intensificó cuando reaccionaron los primeros policías, uno de ellos, el suboficial Jorge Espínola, quien resultó baleado.
El tiroteo entre los criminales  se extendió luego por casi todo el centro de Pedro Juan Caballero e incluso llegó a la frontera seca con Brasil, ya que los sicarios intentaban escapar en medio del ataque de los custodios de Rafaat y de las patrullas policiales. Además del brasileño, la Policía Federal desplegó varios tanques para asegurar su territorio. Se especula que se realizaron hasta cinco mil disparos.
Los enfrentamientos se prolongaron por cuatro horas, lapso en el cual la Policía local fue totalmente rebasada y la población civil permaneció aterrorizada en sus casas. No conformes con el atentado, los sicarios después se ocuparon de atacar a tiros y con bombas molotov los principales negocios que tenía Rafaat en la ciudad, amparados por su extraordinario poder de fuego.
Con el correr de las horas y en la jornada de ayer, la Policía paraguaya confirmó a la prensa la detención de nueve presuntos implicados, todos de diferentes nacionalidades, aunque ocho son pertenecientes al bando atacado.
Los apresados, que se encuentran en la base del Departamento de Investigación de Delitos de la Policía del vecino país, son seis paraguayos, de los cuales varios están heridos y uno se encuentra internado, y dos brasileños, todos ex guardias del narco fallecido.
Además, permanece internado en grave estado el tirador que dio fin a la vida del sindicado “empresario fronterizo”. Al respecto, el viceministro de Seguridad de Paraguay, Jail Rachid, indicó que sería un militar retirado, perteneciente al Comando Vermelho.
“Se maneja que la posible persona que estuvo disparando la ametralladora está gravemente herida; por ahí puedo equivocarme, puede ser un policía o militar, pero fue dado de baja”, manifestó. Sobre mayores datos del hombre, se limitó a señalar que efectivamente es una persona muy adiestrada en el manejo de armamento pesado.
Voceros de la fuerza policial señalaron que los atacantes no podrán ser aprehendidos y que posiblemente hayan huido del país. De acuerdo a informaciones que trascendieron, el grupo que perpetró la emboscada estaría compuesto por unos 30 brasileños y varios paraguayos.
El también conocido como “Sadam” Rafaat era hijo de Joana y de Rafaat Ferma. Decía que nació en Asunción, de madre paraguaya y padre sirio, pero en su documento oficial consigna que era ciudadano brasileño nacido en Ponta Porá.
Aunque se definía como empresario, estaba acusado, condenado y hasta llegó a guardar prisión en una cárcel de Campo Grande (Brasil) por tráfico internacional de drogas, lavado de dinero, evasión fiscal y conectividad entre los crímenes.
Los antidrogas de Brasil aseguraban que Rafaat pretendía quedarse con el esquema de negocios de Fernandinho Beira Mar, el célebre narcotraficante cabeza del famoso “Comando Vermelho” (preso desde el 2002) y otro posible perpetrador del crimen.

Ajuste de cuentas o pactos rotos, la razón

El ministro paraguayo de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), Luis Rojas, expresó los motivos que pudieron haber desencadenado la tremenda balacera.
Una versión es que Rafaat tenía un adversario con quien habría llegado a un acuerdo, producto de ello comenzó a bajar la guardia, lo que provocó vulnerabilidades. Otro enemigo sería el hermano del narcotraficante Luis Enrique Álvarez George, más conocido como Tulú, quien fue asesinado, supuestamente, por orden de Rafaat.
Rojas expresó que el Senad debe apuntar a atacar a la estructura financiera de los narcotraficantes, revisando los balances "porque los narcos tienen más miedo de perder sus bienes que de ir a la cárcel".