Los Pueblos Jesuíticos vuelven a despertarse

Domingo 11 de abril de 2010
(Enviados Especiales y Corresponsalía). La intervención arqueológica que se realiza en la ciudad de Apóstoles permitirá sacar a la luz, después de 300 años, a la Reducción Jesuítica de los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo.
Los trabajos, que se realizan en la plaza Andrés Guacurarí, ubicada frente al estadio General Belgrano, están encabezados por la arqueóloga María Alejandra Schmitz, que pertenece al Programa Misiones Jesuíticas Guaraníes.
“Para mí es importante todo el patrimonio, lo tangible y lo intangible. Cada elemento de la construcción, todo el legado que nos dejaron”, rememoró Schmitz.
A diferencia de conjuntos jesuíticos como Santa Ana, San Ignacio, Santa María La Mayor y Loreto,  el de Santos Apóstoles es “un Pueblo Jesuítico que desapareció”, recordó el licenciado en Historia Esteban Ángel Snihur, que asesora en los trabajos de Apóstoles.
La reducción del sur de la provincia es uno de los 11 pueblos jesuíticos de Misiones, de los cuales cuatro están abiertos al público (San Ignacio, Santa Ana, Santa María La Mayor y Loreto), mientras que el resto, Corpus Christi (San Ignacio), San Francisco Javier (San Javier), Santos Mártires del Japón (Mártires), Inmaculada Concepción de la Sierra (Concepción de la Sierra) y San José (San José), se encuentran en distintas etapas de puesta en valor (ver página 12).
“Los modernos trazados urbanos crecieron encima de las ruinas, como ser Apóstoles, Concepción de la Sierra, son lugares donde las modernas ciudades se emplazaron sobre el mismo trazado jesuítico y esto ocasionó que con el tiempo fueran desapareciendo las ruinas y nuestra ciudad es uno de esos casos”, explicó Snihur sobre la desaparición de Santos Apóstoles.
“Hoy en Apóstoles queda un solo sector delimitado, una plazoleta que está ubicada en la avenida 9 de Julio frente al Estadio General Belgrano, es el único espacio que se salvo del saqueo total, y donde aún hoy persisten los últimos restos de lo que fuera la Reducción Jesuíticas de los Santos Apóstoles, lugar que llegó a contener casi a 6000 habitantes, siendo tan importante como San Ignacio, Santa María La Mayor, Santa Ana o Loreto”, recordó Snihur.
Los jesuitas arribaron a la zona en 1638 y fundaron Santos Apóstoles Pedro y Pablo en 1652. En esa región llegaron a vivir 6000 personas, pero luego llegó la división cuando se fundó San Nicolás en Brasil y la población promedio fue de 4000 personas que se dedicaban a la agricultura, ganadería y pesca para alimentarse.  “Si miras la actual Apóstoles, que produce yerba, pesca, ganadería. Ahí está el legado que nos dejaron los jesuitas”, reflexionó Schmitz.
“La historia de Apóstoles va más allá de la historia de la llegada de los primeros inmigrantes, arranca mucho más allá, en el siglo XVII y se construye a lo largo de los años, con raíces muy profundas en la cultura indígena, en la cultura jesuítica y que en algún momento se entronca con la llegada de la inmigración a Misiones”, rememoró Snihur.
“Esa historia no hubiese sido posible si no existiera esta otra historia, de estos guaraníes que habitaron este lugar. De algún modo los habitantes de Apóstoles descubren acá que sus raíces van más allá del tiempo, no hay raíces genéticas pero si  históricas”, sostuvo Snihur.

Redescubrir el barrio
Los vecinos de la zona recordaron que hace unos años, cuando empezaron a construir sus casas encontraron los restos de lo que fue Santos Apóstoles.
“Cuando hicimos nuestra casa emparejamos el terreno y encontramos parte del candelabro de la iglesia, placas fúnebres talladas en guaraní y cuerpos, porque según nos contaron nosotros estamos sobre el cementerio”, contó a El Territorio Julia Playú (67), quien vive frente a la plaza Guacurarí desde 1962.
“Cuando asfaltaron acá se llevaron muchas cosas, antes no había la conciencia de ahora. La gente venía sorprendida a ver los cuerpos que aparecían”, recordó Playú.

En etapas
Los trabajos arqueológicos, que tendrán tres etapas, se realizan sobre lo que sería la galería de la residencia y según comentó Schmitz, la primera etapa durará unos dos meses.
Luego se trabajará sobre lo que era el Templo, que tenía 25 metros de ancho por 60 de largo. La tercera etapa será el cercado de la plaza y la construcción del museo por parte de la Municipalidad.
“Recién ahora los municipios que tienen reducciones están tomando conciencia del valor histórico y cultural que tienen estos pueblos”, agregó Schmitz.
Las palabras de la arqueóloga las sustenta Snihur: “A lo largo de la década del 90 hubieron varias propuestas de rescatar ese sector, pero nunca concretadas. Hoy con la llegada del Bicentenario la idea renació y comenzó a materializarse”, resaltó el historiador.
“Muchas maestras ya traen a sus alumnos para que vean lo que dicen los libros, porque acá estamos redescubriendo la historia”, explicó Schmitz.

»» Ver: Datos proporcionados por Esteban Snihur, HIstoriador del programa Misiones Jesuiticas Guaraníes


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