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Mitos, leyendas y otras curiosidades de los eclipses de sol

sábado 25 de febrero de 2017 | 12:20hs.
Mitos, leyendas y otras curiosidades de los eclipses de sol
Mitos, leyendas y otras curiosidades de los eclipses de sol

Desde que somos lo que somos, los seres humanos necesitamos encontrarle explicación a todo. Desde aquellos fenómenos que no entendemos hasta cualquier cosa que nos pase y no sabemos por qué. Por eso, a lo largo de la historia, se le ha echado al culpa de todo a un montón de sucesos inocentes.

 

La yeta del número 13, las cábalas de año nuevo, la camiseta de goleador sucia y harapienta, los arco iris todo sirve para darle sentido al mundo.

 

Los eclipses no se quedaron fuera de este ejercicio humano. Sobre todo los de sol.

 

Cuando los conocimentos de astronomía eran limitados o irracionales, que el sol una vez cada tanto -casi aleatoriamente- desapareciera por unos minutos y se sumiera en la oscuridad, no solo daba curiosidad, daba pánico.

 

Así empezaron los mitos sobre cómo se producían y de las absurdas consecuencias del fenómeno. Estos son algunos de los más llamativos, desconcertantes o sencillamente ridículos (ojo, algunos perduran a través del tiempo).

 

 

 

Dos días antes del eclipse solar de 2009, el gobierno chino les pidió a los científicos que informaran todos los detalles y explicaran en qué consistiría el suceso, para "eliminar cualquier pánico y superstición".

 

• En Perú sostenían que el astro, enojado con los seres humanos, les sacaba su luz y calor. Por eso un eclipse presagiaba guerras y calamidades.

 

• Si bien los mayas, con mediciones y cálculos, eran capaces de predecir con exactitud cada eclipse, paradójicamente creían que era la luna quien intentaba devorar al sol, el Dios supremo. Lo interpretaban como símbolo de lucha entre los dos astros y suponían que anunciaba una guerra.

 

 

 

 

 

• Algunos dicen que, para contrarrestar los efectos negativos de un eclipse, hay que ponerse ropa (interior y exterior) roja, y llevar elementos metálicos como alfileres de gancho y llaves en todos los bolsillos.

 

• Otros sostienen que hay que ubicarse en algún lugar de la casa donde no llegue la luz del sol y poner tijeras debajo de la almohada o detrás de la puerta para salvarse de los efectos malignos. (Lo de las tijeras debajo del almohada suena más peligroso que lo del dragón).

 

• Salir al patio o a la vereda con un espejo a la hora exacta del eclipse y reflejar la luz del sol. El objetivo: que el eclipse “se coma a sí mismo".