Los precios de los alimentos subieron más del 500% entre 2015 y 2019

domingo 15 de diciembre de 2019 | 9:45hs.
Los precios de los alimentos subieron más del 500% entre 2015 y 2019
Los precios de los alimentos subieron más del 500% entre 2015 y 2019
Emmanuel López Del Valle

Por Emmanuel López Del Valle politica@elterritorio.com.ar

Entre 2015 y 2019, un denominador común que marcó el pulso de la economía fue la seguidilla de subas de los precios en diversos sectores. Sin embargo, el rubro que más aumentos tuvo fue el de los alimentos.
Algunas de las mercaderías que forman parte de la dieta cotidiana elevaron sus valores más del 500% a lo largo de la gestión de Mauricio Macri al frente del país.
La fuerte devaluación, que alcanzó el 511%, generó, además del alza de los precios, una fuerte merma en la capacidad de compra, ya que uno de cada tres pesos se destinó a la adquisición de alimentos y el poder de compra disminuyó sustancialmente en los últimos años (ver El poder adquisitivo...).
A ello se suma el cambio de hábitos por parte de la clientela, que optó por productos de segundas marcas, con el objetivo de reducir los costos.
Desde el sector supermercadista persiste la incertidumbre ya que, en los próximos días, vence la eliminación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a determinados productos y solicitan a la nueva administración nacional medidas de fomento del consumo.

Precios en suba, demanda en baja
Varios de los alimentos de la canasta básica sufrieron aumentos consecutivos en los últimos cuatro años y, como consecuencia, las mercaderías perdieron el valor de referencia.
Lucas Kerps, empresario supermercadista de Posadas, realizó un análisis comparativo sobre los precios de algunos productos clave entre diciembre de 2015 y diciembre de 2019, algunos de los cuales se elevaron incluso más del 500%.
“Todos los alimentos, en general, tuvieron subas que siempre se ubicaron por encima de los valores que arroja el Índice de Precios al Consumidor que da el Indec”, dijo en diálogo con El Territorio.
En esta línea, detalló que la caja de leche entera de un litro en 2015 se vendía en 12 pesos, mientras que el año pasado se conseguía a 31,50 pesos y hoy, a 44 pesos. La suba en cuatro años alcanzó el 266%.
“En el caso de la harina, la situación es realmente alarmante, porque en cuatro años pasó de costar 7 pesos a 35,50 el kilo en Posadas, con alzas del 407 por ciento”, expresó.
En el caso de la yerba, indicó que el paquete de un kilo en góndolas se vendía a 35 pesos y hoy se ofrece en 170 pesos en promedio (385%).
En la misma línea, el azúcar elevó sus precios y pasó de 8,50 pesos el kilo a 39,50 pesos en los comercios posadeños. Representa un 364% de alza.
Respecto del kilo de carne picada común, los valores se elevaron considerablemente, de 36 pesos a 225, un 525% más. Y la gaseosa cola de 2,25 litros, en 2015 costaba 22,50 pesos y en 2019, 145 pesos (544% de diferencia).
Ante este panorama, el empresario analizó: “La situación en estos cuatro años fue realmente crítica, porque los precios elevaron muchísimo, más de los que afirma el Indec, y los más afectados con esta situación son la gente de más escasos recursos, que no le rinde el salario para la compra de los alimentos y el pago de los servicios al mismo tiempo”.
También recalcó que la mayoría de los incrementos se registraron en alimentos de primera necesidad.
Sobre la demanda, Kerps manifestó: “En estos productos, que son esenciales para los clientes, se registró una leve merma en la demanda, pero tampoco fue estrepitosa, porque son alimentos que no se pueden reemplazar”.
Al mismo tiempo, agregó que “la inflación golpeó considerablemente y como consecuencia, sí notamos una fuerte caída en la compra de otros productos del rubro de la perfumería, cuidado personal y limpieza del hogar, con el objetivo de priorizar la compra de los productos básicos.
Agregó que también se sumó un fuerte cambio en los hábitos de compra, ya que durante este año aumentó la demanda de productos de segunda marca.
“Todo este panorama de crisis generó fuertes cambios y serias consecuencias en las industrias, que tienen su plan de marketing y elaboración a tasas anuales. Y tuvieron que modificar sus planes de trabajo. No sólo afectó a la familia en particular, sino a toda una cadena productiva que será difícil de recuperarse en el corto plazo”, refirió Kerps.

Los números del Indec
El IPC de noviembre que publicó el Indec arrojó que en el NEA la categoría alimentos se incrementó 4,3%, uno de los registros más elevados detrás del Gran Buenos Aires, que tuvo alzas en los precios del 5,9%.
En detalle, el organismo estadístico indicó que la categoría pan y cereales subió 4,7%, mientras que carnes y derivados se elevó 5,7%.
En lo que respecta a leche, productos lácteos y derivados, el alza fue menor, del 2,9%. En tanto, aceites, grasas y mantecas se encarecieron 2,3%.
En el caso de las golosinas, aumentaron 4,7%. Y las bebidas no alcohólicas se elevaron 5,2%.
Desde el Indec señalaron que el rubro que más incrementos sufrió durante noviembre fue el de las frutas: 15,4%.


Incertidumbre por la exención del IVA

A mediados de agosto, la administración de Mauricio Macri decidió la quita del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a una decena de alimentos de la canasta básica, en el afán de reducir los impactos de la devaluación post-Paso. Esta normativa culminará a fin de este mes y desde el sector comercial se evalúa si seguirá la exención del impuesto.
Al respecto, Lucas Kerps manifestó que “hay mucha comunicación con los colegas porque, en teoría, hasta el 31 de diciembre rige la eliminación del impuesto y no sabemos si va a haber una prórroga o no. En el caso que no fuese así, ya desde el 2 de enero esos productos a los que no se les cobró el impuesto se van a elevar entre un 10,5 y 21 por ciento”.
En este sentido, se conoció que el gobierno de Alberto Fernández pidió a los supermercados que revisen los aumentos de los precios que tuvieron algunos bienes en los últimos meses, tras considerar que hubo “incrementos inusuales” en distintos productos desde las elecciones de agosto.


El poder adquisitivo se contrajo 26% en cuatro años

Según los cálculos de la Fundación Atenea, el poder adquisitivo se contrajo 26% entre 2015 y 2019. Es que en este lapso, el salario mínimo pasó de 5.588 pesos en diciembre de 2015 a 15.625 pesos en septiembre de este año.
“Pero si se le resta a inflación, su poder de compra quedó muy por debajo y necesitaría hoy un aumento del 26% sólo para recomponer el poder adquisitivo”, advierte el informe.
“La situación se hizo aún más difícil luego de las Paso, porque el salto de 26% del dólar en 48 horas se trasladó de inmediato a los precios internos, ya que las empresas no están en condiciones de absorber ese costo. La fuerte devaluación posterior a las Paso impactó de lleno en todos los precios. En lo que va del año, la inflación acumula un 37,3% siendo mayor aún a la registrada el año pasado en el mismo período (32,4%)”, señalaron.
En tanto, el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) mostró que el 33% del salario mínimo se destinó para la compra de alimentos.
“Desde 2015 se observa cómo la evolución del Salario Mínimo, Vital y Móvil ha tendido a descender en términos de poder adquisitivo, en especial a partir de 2018, que ha caído 24 por ciento desde diciembre de 2017 y 36 por ciento desde mediados de 2015”, señala el documento universitario.
Además, advirtió que el poder de compra de los salarios en relación a la canasta básica alimentaria se contrajo hasta 18,2% solamente entre junio de 2018 y noviembre de este año. El documento señaló que la pérdida del poder adquisitivo se vio fuertemente influenciada por la devaluación que se inició en abril del año pasado.
Agrega que entre diciembre de 2017 y junio de 2019, los salarios no registrados perdieron un 18,2 por ciento de capacidad de compra de alimentos; mientras que los salarios públicos lo hicieron en 14,6 por ciento.
En este sentido, señalaron que uno de cada tres pesos se destina para la compra de productos de la canasta básica.