“La Justicia da privilegios a quienes hacen mal las cosas”

Ese 16 de enero del 2010, hace nueve años, ocho nadadores fueron absorbidos por barcazas cuando atravesaban el río Paraná en la competencia de Aguas Abiertas.
Luego de años de lucha, marchas y homenajes, el 19 de diciembre del 2014 el prefecturiano Jorge Antonio Lezcano -encargado de la seguridad del evento- y el organizador Hugo ‘Tyson’ Alfonso, fueron condenados por el Tribunal Federal de Posadas como coautores del delito de homicidio culposo calificado por la cantidad de víctimas, a cuatro y tres años y medio de prisión, respectivamente.
Pero la herida volvió a abrirse para los familiares cuando se enteraron de la noticia de que el hombre, quien presidía en aquel momento la asociación que organizó la trágica competencia, desde los primeros días del 2019, goza del beneficio de la libertad condicional después de hacerse efectiva la reducción de pena que logró a partir de la progresividad educativa que tuvo desde que está alojado en la Unidad Federal 17 de Candelaria. En tanto, el prefecturiano Jorge Antonio Lezcano continúa detenido en un penal de Buenos Aires.
“No puede ser que una persona que entra a la cárcel con una condena, con posibilidad y tiempo para estudiar, tenga el beneficio de poder salir antes cuando dañó a varias familias; mi hermano no puede estudiar y volver a la vida, la Justicia da privilegios a quienes hacen mal las cosas”, consideró Franco Bacigalupi, hermano de Mauro. “No tenemos forma de que vuelvan nuestros familiares, y esta persona sólo se bancó poco más de dos años en la cárcel y hoy tiene la posibilidad de disfrutar de su familia, nosotros quedamos sin nada”, lamentó.
El nadador y ex director de Seguridad Acuática expuso que “la sensación de dolor y tristeza seguirá estando hasta el último día de nuestras vidas, el recuerdo de todo lo vivido, la búsqueda, la nostalgia e incertidumbre de no saber si íbamos a encontrar a Mauro vivo o muerto, el proceso del juicio, mucha gente decía que mentíamos, que queríamos buscar culpables, fueron casi cinco años de pedido de Justicia”.
“Cuando ocurrió la tragedia el hijo de Mauro tenía 21 días de vida, hoy tiene nueve años y no hay un solo día en que no nos preguntamos cómo sería si estuviera vivo su papá”, señaló. “En el momento de las decisiones de los juicios algunas familias se fueron abriendo porque querían una mayor pena y no entendían que no se podía, o se hacía algo o quedaba en nada, esa diferencia hizo que algunos nos distanciáramos”, reconoció.
Y explicó: “Por la tragedia lo único que se podía hacer era enjuiciar a la mala organización, no el accidente en sí que hubiese sido una mayor pena”.

“El deporte no tiene la culpa”
Después de la tragedia hubo un rechazo al río. Las actividades acuáticas se vieron muy afectadas. Sucede que lo acontecido aquel 16 de enero del 2010 dejó una herida que seguirá abierta por siempre. Y los miedos, cada vez que se trate de una actividad en las aguas del río, siempre van a estar a flor de piel. “Lamentablemente hubo un antes y un después con la tragedia, por parte de mi familia nos parece bien el retorno de las competencias acuáticas en el río, el deporte no tiene la culpa, la vida sigue, hay que mejorar las cosas, tener más precaución”, sostuvo Franco Bacigalupi.
“Hoy ya no se hace un cruce, se hace un circuito boyado, la organización está más estructurada y hay planes de contingencia y más seguridad, la gente está más contenida, es una excelente opción y ojalá lo puedan seguir haciendo”, manifestó.