La defensa del acusado de matar a Skeppstedt buscará probar que se trató un exceso de legítima defensa

miércoles 03 de julio de 2019 | 17:12hs.
La defensa del acusado de matar a Skeppstedt buscará probar que se trató un exceso de legítima defensa
La defensa del acusado de matar a Skeppstedt buscará probar que se trató un exceso de legítima defensa
No fue un día más en el Juzgado de Instrucción Dos de Eldorado. Pablo S. (28), acusado por el homicidio de Mariano Antonio Skeppstedt (65), compareció ante la jueza Nuria Allou fuertemente custodiado en un patrullero que tenía como escoltas a motocicletas de la Policía de Misiones. Ante la jueza, el acusado declaró, según afirmó su abogado, que la muerte se desencadenó tras un "empujón brusco y violento", que provocó que el hombre caiga al piso "de manera desafortunada".

Según pudo saber El Territorio en base a fuentes ligadas al caso, dentro del Juzgado el acusado decidió dar su versión de los hechos. Dijo, a grandes rasgos, que solamente empujó a Skeppstedt como respuesta a insultos y un golpe de parte del jubilado, que se fue del lugar porque lo lincharon los presentes y que se enteró que falleció recién horas después.

“Mi defendido declaró, quería declarar porque quería contar qué pasó, qué ocurrió, él no quería dilatar más el tiempo porque no tiene que ocultar nada. Contó efectivamente cómo fue la mecánica de qué ocurrió todo ese día en particular”, aseguró a este medio el abogado Claudio Paniagua, que representa al acusado en el proceso. 

Sobre los momentos previos al hecho, el implicado relató que recién había llegado desde Posadas y que pasó dos veces por el lugar de trabajo de la joven - Juzgado Civil local - debido a que no encontró un lugar para estacionarse. Admitió que fue hasta allí para hablar con la joven, debido a que buscaba reclamarle una supuesta infidelidad.

El abogado apoyó su relato en un video de cámaras de seguridad que registró la secuencia en la que su cliente llegaba al lugar: “Él desciende de su camioneta, se dirige al edificio del juzgado y en ese momento le sale el padre, o sea la víctima fatal del hecho, y mantienen un diálogo entre los dos. En un momento dado mi defendido se da vuelta y vuelve a su camioneta, como saliéndose de la situación”.

En esa instancia, según el relato brindado por el joven acusado, Mariano Skeppstedt lo siguió para insultarlo varias veces y propinarle un golpe, agresión que devolvió con un empujón. “Lo que efectúa, eso sí hay que reconocerlo, fue un empujón brusco y violento al hombre. Fue para sacárselo de encima, con la mala suerte de que cae de manera desafortunada”, agregó el letrado.

La versión inicial del hecho indicaba que el acusado le propinó dos golpes de puño y incluso se detectó un hematoma en el labio. Los investigadores consideraron también la posibilidad de que la víctima se ahogó con su propia sangre tras quedar noqueado, pero el letrado aseguró que sólo los resultados finales de la autopsia echarán luz sobre eso.

Un dato no menor es que el presunto victimario mide más de 2 metros, por lo que un  golpe de su parte puede ser muy dañino.  Más allá de eso, Pablo S. dijo que se fue del lugar sin saber el estado de salud de su ex suegro, volvió a subirse a la camioneta y se fue a la casa en la localidad de 9 de Julio. Como había detallado este medio en base a fuentes que participaron en su captura, en ese lugar se produjo el arresto y no hubo ningún tipo de resistencia. Sin embargo, en ese inmueble no fue hallada su camioneta, algo que llamó la atención de los efectivos. 

Traslado y estrategia

Después de la audiencia, las autoridades del Juzgado de Instrucción Dos decidieron que el acusado sea trasladado y alojado en la Unidad Penal III de esa localidad. Respecto a esto, su defensor solicitó la excarcelación, que será analizada.

Sobre la amenazas previas que denunciaron los familiares de la víctima y que fueron reflejadas en la víspera en este medio, el abogado dijo que no hubo referencia a eso “porque lo que se investiga es el homicidio”.

El caso es investigado como homicidio simple, que prevé una pena de 8 a 25 años, pero esto podría modificarse a medida que avance la instrucción. Según adelantó el letrado, la idea es comprobar que no hubo intención de matar y que, en última instancia, consideran que se trató de un hecho que se encuadra en un exceso de legítima defensa u homicidio preterintencional.