La anestesia para caballos que se consume en las fiestas electrónicas

domingo 20 de octubre de 2019 | 6:00hs.
La despersonalización puede llevar a situaciones de suicidio o traumatismos.
La despersonalización puede llevar a situaciones de suicidio o traumatismos.
Daniela Cortés

Por Daniela Cortés Corresponsalía Buenos Aires

Carlos Damín es el jefe del Servicio de Toxicología del Hospital Fernández de la ciudad de Buenos Aires. Desde ese lugar nada lo sorprende en materia de consumo de drogas y por eso se dispone a explicar a El Territorio cómo puede ser que un anestésico para caballos sea una de las drogas usadas en las salidas nocturnas de jóvenes y adolescentes.
“La ketamina es un anestésico que se usa para intervenciones quirúrgicas, tanto en personas como en animales. El problema es su comercialización ilegal en fiestas electrónicas o en recitales, como droga que produce alucinaciones y procesos de despersonalización donde el individuo pierde el control de su cuerpo”, señaló el médico que además es titular de la cátedra de Toxicología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y dirige la Fundación Fundartox, dedicada a buscar soluciones para los consumos de sustancias nocivas para la salud.

¿Qué es la ketamina?
La ketamina es un depresor del sistema nervioso central que se usa en medicina de humanos y también en veterinaria para animales de gran porte como caballos para intervenciones quirúrgicas. Pero, también es usada ilegalmente como droga de consumo asociada al fenómeno de fiestas electrónicas. El gran peligro de ese consumo es que produce cuadros de alucinaciones y de despersonalización que pueden provocar la muerte como consecuencia de accidentes porque la persona no sabe lo que hace y puede tirarse de un balcón porque pierde la conciencia sobre el manejo de su cuerpo.

¿Es un anestésico nuevo?
No. Su uso está extendido en casi todo el mundo. En nuestro país se usa hace mucho tiempo, tanto en pediatría como en adultos. Es muy usado como anestésico porque produce una buena analgesia que no requiere uso del respirador artificial, a diferencia de la mayoría de los anestésicos que para realizar cirugías demandan del respirador.

¿La ketamina entonces es de uso legal como insumo médico?
Sí. Durante algún tiempo se restringió su uso porque genera muchas alucinaciones en las personas cuando despiertan de la anestesia en el post-operatorio y eso pone mal a los pacientes. Generalmente relatan haber tenido pesadillas muy feas y por ese motivo dejó de usarse en adultos, pero siempre siguió usándose en pediatría porque los chiquitos cuando se despertaban lo hacían riéndose. Pero luego se descubrió que al mezclar ketamina con otra sustancia llamada propofol desaparecían las pesadillas en los adultos. Así se la usa en la actualidad.

¿Dónde se vende la ketamina?
La ketamina es de uso hospitalario, por lo tanto no se vende en farmacias. Se vende como insumo médico por parte de los laboratorios o droguerías para instituciones como hospitales o clínicas.

¿Y cómo llega la ketamina a su uso indebido como sustancia alucinógena?
Por su uso en las veterinarias. Porque era fácil ir a una veterinaria y comprar ketamina. Justamente por eso hace cuatro años se restringió la venta en las veterinarias. Actualmente no es tan fácil en el circuito legal comercializar ketamina porque hay muchos controles, pero en el circuito ilegal siempre es posible conseguirla como sucede lamentablemente con casi todas las sustancias de uso ilegal.

¿Cómo se consume la ketamina?
La ketamina se consume de dos maneras: por medio de inyección intramuscular o por inhalación. Los consumidores de drogas que se inyectan en nuestro país son minoría. La mayoría de los consumos se tragan o se aspiran. Para eso, en el caso de la ketamina, se transforma la ampolla líquida en un polvo para aspirarla como la cocaína. Para eso suelen volcar el líquido sobre una olla o sartén al fuego para deshidratarla. Y luego raspan ese polvo que queda seco y lo aspiran.

¿Qué efecto produce el uso indebido de ketamina?
Produce alucinaciones y cuadros de despersonalización. Ese estado hace que la persona pierda su autocontrol. Por eso resulta fácil reducirla para robarle, por ejemplo, y también otros tipos de abusos. El consumidor puede ver cosas que no están o mirarse al espejo y ver una figura totalmente distorsionada, porque afecta los sentidos y la percepción. Genera un efecto de flotación. Algo similar a lo que produce el éxtasis.

¿Cuál es el nivel de consumo indebido de ketamina en nuestro país?
Es poco frecuente el uso de ketamina. Es una droga conocida por los que usan sustancias sintéticas muy comunes en las fiestas electrónicas. En ese universo de consumidores es muy conocida porque la ubican en el grupo de sustancias que genera bajo riesgo de complicaciones. Son raras las muertes por infarto o deshidratación por haber consumido ketamina. El gran peligro de su consumo es que la persona pierde la conciencia de su cuerpo y se expone a todo tipo de accidentes que no ocurrirían en un estado normal. Puede llegar a situaciones de suicidio o traumatismos graves.

¿Qué sector social consume ketamina?
Es un consumo de clase media alta, no es una droga masiva o popularizada.

¿El servicio de Toxicología del Hospital Fernández recibe muchos casos de personas afectadas por el consumo de ketamina?
No. Son los menos. Unos 30 casos por año. Nuestros pacientes mayoritarios siguen siendo las personas que abusan de alcohol, psicofármacos como clonazepam, diazepam , alprazolam y bromazepam. También la cocaína y las drogas sintéticas.

¿Cómo ve la situación de consumo de drogas legales e ilegales en nuestro país?
Lamentablemente sigue siempre en crecimiento. La realidad es que hoy tenemos más consumidores, con edades cada vez más bajas y con consumos más graves. Se triplicó el consumo de marihuana en el colegio secundario y se duplicó el consumo de drogas sintéticas. Se trata de una problemática que excede el abordaje médico. Es una cuestión social que necesita múltiples intervenciones para lograr al menos su contención.