El rugby le abrió una puerta para renacer
jueves 13 de junio de 2019 | 13:00hs.
El rugby le abrió una puerta para renacer
Por Facundo Alzaga deportes@elterritorio.com.ar
Muchos de los amantes del rugby suelen comparar a este deporte con
la vida misma. Porque, según argumentan, refleja en distintas
situaciones del juego lo que le pasa a las personas en su vida
cotidiana. Con alegrías y tristezas. Las dos caras de la moneda. Con que
si te caés, tenés que levantarte y seguir. Con el hecho de que la
solidaridad y el acompañamiento de los amigos resulta fundamental para
salir adelante cuando las cosas se ponen feas.
Un claro ejemplo que les termina dando la razón a quienes aseguran
esto es la historia de David De Paula (25), quien luego de pasar siete
años y medio en prisión recuperó su libertad hace poco tiempo y la clave
para lograr esto fue su acercamiento al rugby. O mejor dicho, el rugby
se acercó a él cuando estaba dentro de la Unidad Penal III de Eldorado.
Formar parte del equipo Los Toros, que llegó a la cárcel
eldoradense hace algunos años de la mano de Mariano Hernando, fue el
primer paso que dio David De Paula para recuperar su libertad.
El resto lo consiguió gracias a su buena conducta y sus ganas de
salir. Comenzó con algunas salidas transitorias para jugar partidos
fuera de la cárcel hasta que este año recuperó su libertad
definitivamente. Ahí comenzó otra historia. ¿Qué se hace cuando se sale
de la cárcel? Una vez más De Paula se refugió en el rugby. Y fue la
gente del club Carayá de Eldorado la que le brindó esa primera ayuda
fundamental para un individuo que pretende insertarse en la sociedad.
Hoy, David forma parte del primer equipo de Carayá y disfruta “competir
en libertad”, como es el torneo Regional del NEA en su división C.
“Estar libre para mí es lo máximo. Aprendí a jugar al rugby en un
contexto de encierro con Los Toros, por eso ahora poder competir en
libertar es lo máximo. Le agradezco a la gente del club Carayá porque me
abrió las puertas para poder ser alguien. También estoy muy agradecido
con todos los clubes a los cuales me tocó ir a jugar en este tiempo
desde que salí en libertad. Me recibieron muy bien”, manifestó De Paula
en diálogo con El Territorio luego de la derrota sufrida por su equipo
ante Lomas en Posadas el fin de semana pasado.
Las palabras de agradecimiento por esta nueva oportunidad se
repiten en el joven oriundo de San Antonio, quien confesó haber tenido
mucho miedo de ser discriminado por su condición de ex preso.
“Pensé que me iba a sentir discriminado y por suerte no pasó nada
de eso. Al revés, me tratan mejor de lo que imaginada. Todos me ayudan.
Los chicos del club, desde los entrenadores hasta el último
colaborador”, destacó De Paula.
Luego se explayó contando que “pensaba que me podían discriminar
por ser alguien que se equivocó en la vida. Hay personas que logran
entender que todos podemos cometer errores, pero hay otras que no
entienden. Nadie está libre de cometer un error. Creo que todos
merecemos una segunda oportunidad y por eso estoy muy agradecido a todas
las personas que confiaron en mí”, insistió.
Una segunda oportunidad
Una segunda oportunidad
A pesar de estar afuera, el actual segunda línea de Carayá no se
olvida de sus amigos que aún siguen tras las rejas. Para ellos la
historia de David puede ser un buen ejemplo de que si se hacen las cosas
bien se puede salir.
“A mis compañeros que están privados de la libertad les diría que
sigan siempre para adelante, que no bajen los brazos porque si hacen
bien las cosas les va a llegar esa segunda oportunidad. Que no piensen
que ahí se termina su camino. Hay muchas cosas buenas esperando”,
aseguró.
Además de jugar al rugby y tener una disciplina con el
entrenamiento, David De Paula encontró refugio en la familia de Patricio
Flores, quien le abrió las puertas de su casa y le brindó la confianza
necesaria para ubicarse en un lugar y empezar a trabajar con las
populares ‘changas’.
“Cuando salí viví un tiempo en casa de mi hermana en San Antonio,
pero como me quedaba muy lejos para ir a entrenar, Patricio Flores me
dio un lugar en su casa. Me brindó su amistad y su confianza, él y toda
su familia. También me ayudaron para que pueda trabajar tranquilo y
entrenar. Los chicos de club me ayudan cuando me dan algún trabajo para
hacer. Así puedo insertarme cada vez más en la sociedad”, explicó.
Para terminar, De Paula contó qué sueños tiene para su futuro. “Lo
que más quería era conseguir mi libertad y hoy que la tengo mi sueño es
poder conseguir un buen trabajo. Formar un familia y tener una nueva
vida”, finalizó.