El 37% de los chicos que vive en hogares convivenciales son adolescentes

lunes 13 de mayo de 2019 | 7:00hs.
Son escasas las oportunidades de inserción en la comunidad.
Son escasas las oportunidades de inserción en la comunidad.
Griselda Acuña

Por Griselda Acuñainterior@elterritorio.com.ar

Lejos de estar feliz porque en pocos meses cumplirá un nuevo año de vida, la angustia presiona su pecho y ocupa cada recoveco de su mente. Falta casi nada para celebrar sus 18 años, esa edad que terminará por excluirlo de aquello que aunque no es lo ideal, es lo único que conoce como su lugar en el mundo.

Diego vive en el hogar convivencial desde que tiene recuerdos de su primera infancia. Fue separado de los brazos de su madre por una situación de maltrato y el lazo jamás pudo reconstruirse. No sólo fracasó la revinculación familiar con la mamá, sino que tampoco hubo otro pariente en condiciones de hacerse cargo de su crianza. La Justicia se demoró sus años -bastante más de lo establecido por las leyes- en declararlo en estado de adoptabilidad.

Más tiempo pasaba, menos oportunidades tenía de encontrar otra familia que le abriera las puertas de su casa. Está estadísticamente comprobado que las parejas buscan bebés o menores de 5 años para adoptar. Lo paradógico de esta historia es que Diego creció con muchos otros niños. Pero su mayoría de edad lo encontrará solo. 

Diego representa el drama de los que nadie quiere. En Misiones, de los 314 chicos que viven en hogares convivenciales, 116 son adolescentes, es decir, casi el 37% tiene entre 13 y 18 años. Los datos corresponden al Registro Único de Niños, Niñas y Adolescentes Institucionalizados (Runnai), que además detalla que de los 116 adolescentes sólo 23 tienen la declaración de adoptabilidad impartida por la Justicia de Familia.

Hay casos en que los chicos pasan toda su vida en un hogar. Hasta que llega el momento de salir y ahí se presenta otro problema: el egreso.

“La mayoría de las instituciones no tienen establecido o preparan un plan de egreso, además de ello, la falta de acciones puntuales de parte de los organismos para buscar el egreso es otro factor que complica la situación de los adolescentes”, señala en diálogo con El Territorio Marcelo Sussini, abogado de la Defensoría de los Derechos del Niño que depende de Vicegobernación.

“El promedio de permanencia en hogares es de cuatro años, pero hay casos en los que pasaron toda la vida dentro de una institución residencial de acogimiento alternativo. Llegan siendo pequeños y llegaron a los 18 años en la institución”, admite Sussini.
Lo que ocurre en el Hogar de Niños la Divina Misericordia de Jesús, de la localidad de Montecarlo, es un caso testigo de la problemática. Dos de los chicos albergados allí están por cumplir 18 años. Según detallaron desde la institución ambos son discapacitados y no hay un lugar en la provincia para recibirlos y no hay familia que responda por ellos.

“Las niñas, niños y adolescentes acogidos en instituciones residenciales, y en particular los adolescentes, carecen de redes, lazos afectivos e inserción social y comunitaria que les permita el ejercicio pleno de sus derechos, así como de preparación para la vida adulta, dada la falta de identificación de sus vocaciones, habilidades y aptitudes para el trabajo, es decir, surge evidente la ausencia del fortalecimiento de sus capacidades de autonomía para la vida independiente”, reconoce el letrado.

“La permanencia de un niño debe ser el menor tiempo posible, no solo para los adolescentes sino para todos los niños y niñas, los tiempos legales en el cual debe resolverse la situación de un es de 270 días, hasta llegar a la declaración del estado de adoptabilidad, a partir de allí hay un tiempo que no está establecido, que es la búsqueda de pretensos adoptantes. Sin embargo hay veces que en el transcurso de pocos días se encuentran aspirantes a la adopción, claro que es mayor el tiempo que transcurre en el caso de los adolescentes ya que, hay pocas personas interesadas en adoptarlos, la mayoría de los pretensos inscriptos buscan a niños y niñas con menos de 5 años de edad” comenta.

En cuanto a la integración de los adolescentes en la comunidad reconoce que tienen escasas posibilidades. “Dependen de los propios hogares, si pueden continuar viviendo allí y les financian los estudios. Algunas instituciones residenciales brindan talleres de formación profesional o facilitan la participación de los adolescentes en las que se dan en sus comunidades”, explicó.

Lo cierto es que no es solución de fondo. Los protocolos no pueden ir en detrimento de los derechos. Las cifras hablan de una necesidad cada vez más fuerte: la celeridad de los tiempos tanto judiciales como administrativos en beneficio de niños y adolescentes.


314

En Misiones, según datos del Registro Único de Niños, Niñas y Adolescentes Institucionalizados, de los 314 chicos, 116 tienen entre 13 y 18 años.

23

De los 116 adolescentes que viven en hogares convivenciales en Misiones, sólo 23 tienen estado de adoptabilidad, es decir, esperan por una familia.

Misiones todavía no reglamentó ley

Si bien en 2017 se sancionó la Ley de Egreso Asistido como una forma de ayuda dirigida a los adolescentes que se encuentran institucionalizados, en Misiones todavía no se reglamentó cómo hacerla efectiva.

La ley tiene por objeto la creación del Programa de Acompañamiento para el Egreso de Adolescentes y Jóvenes sin Cuidados Parentales a fin de garantizar su plena inclusión social y su máximo desarrollo personal y social. Será de aplicación para adolescentes y jóvenes sin cuidados parentales desde los 13 hasta los 21 años de edad.
Comprende las siguientes dimensiones:

a) Salud, salud sexual, procreación responsable y planificación familiar;
b) Educación, formación y empleo;
c) Vivienda;
d) Derechos humanos y formación ciudadana;
e) Familia y redes sociales;
f) Recreación y tiempo libre;
g) Habilidades para la vida independiente;
h) Identidad;
i) Planificación financiera y manejo del dinero.

“Van creciendo y no podemos tenerlos con los más chicos” El Hogar de Niños la Divina Misericordia de Jesús de Montecarlo actualmente alberga a ocho chicos, de los cuales dos de ellos están por cumplir 18 años. Según detallaron desde la institución ambos son discapacitados y no hay un lugar en la provincia para recibirlos y tampoco familiares que se hagan cargo.

En este sentido creen que seguirán allí ya que no cuentan con otra alternativa. “Si fueran chicos sin discapacidad sería distinto, ellos no tienen quién se haga cargo, averiguamos otras alternativas y en la provincia no hay lugares para chicos en esas edades menos aún en la situación que están ellos. Creo que es necesario contar con una institución para los que superen los 12 años”, explicó Eugenio Schwiderke presidente de la comisión del hogar.

Hace pocas semanas la institución dejo asentado por escrito el límite de edad para recibir a chicos, ya que en años anteriores tuvieron varios inconvenientes con chicos que pasaban esa edad y la Justicia los destinaba al lugar. En una oportunidad, por determinación de la justicia, albergaron a una mujer que era mayor, porque tenía un bebé. 

“Nuestra preocupación mayor es que van creciendo y no podemos tenerlos con los más chicos y tampoco hay familias que los adopten”, detalló Schwiderke.

Con información de corresponsalías Montecarlo