jueves 16 de mayo de 2019 | 7:00hs.
Por Daniel Villamea Corresponsalía Oberá
“Es que duele mucho”, argumentó Juliana Siñori (32) envuelta en
llanto, como si tuviera que justificar su padecimiento al recordar el
horror que sufrió su pequeño hijo Michael Dos Santos, de apenas 5 años, a
manos Juan Ademar Borges (48) la tarde del 14 de agosto del 2017.
Ese día el sujeto discutió con su concubina y la persiguió para
apuñalarla, pero en un giro inesperado tomó a la criatura y lo introdujo
en un tambor con agua hirviendo que fue dispuesto para limpiar un cerdo
faenado.
Siñori fue testigo de una escena indescriptible y aquellas imágenes
la sobresaltaron ayer, en la primera jornada del juicio oral y público
contra Borges, que se realiza en sede del Tribunal Penal Uno de Oberá.
“Para una madre es demasiado triste recordar algo así. Recordar a
mi hijo gritando, con las carnes colgando y llorando de dolor. El
pobrecito tuvo fuerzas de correr al arroyo buscando alivio”, rememoró
desconsolada.
Tras la agresión, mencionó que lo primero que hizo fue sacarle la
remerita al nene, mientras que al mismo tiempo velaba por la concubina
de Borges que quedó tendida en el suelo, circunstancia que el agresor
aprovechó para tratar de asesinarla con un cuchillo.
Así, apenas con la remera empapada de su hijito, Siñori defendió a
su vecina y la fortuna estuvo de su lado, puesto que un extremo de la
prenda dio en un ojo del sujeto, que sintió el dolor y les dio tiempo de
escapar.
Liliana Bueno Da Silva (40), la mujer de Borges, también fue citada
como testigo pero faltó en la víspera, por lo que el Tribunal ordenó
que hoy sea traslada por la fuerza pública para contar su versión de los
hechos, puesto en la instrucción contradijo los dichos de Siñori.
Por su parte, el acusado se abstuvo de declarar en la primera jornada.
“Él le tiró al tacho”
El hecho que investiga se registró en el paraje 2 de Abril, municipio de El Soberbio.
En tanto, Borges llegó a juicio acusado de “homicidio agravado por
la convivencia en grado de tentativa y homicidio simple en grado de
tentativa, y amenazas en concurso real”.
En la víspera, la madre del pequeño agredido precisó que era vecina
de Borges y su concubina, a la que asistió en varias ocasiones en las
que fue agredida por el sujeto.
“Llegaba de madrugada y yo le dejaba que duerma en mi casa”, mencionó Siñori.
De todas formas, ambas familias eran vecinas y tenían una buena
relación, por lo que acordaron faenar juntos un cerdo, compartir la
carne y fabricar embutidos.
Era lunes y el concubino de Siñori no se hallaba en la chacra porque viajó al pueblo para hacer unos trámites.
“Desde temprano Borges y la señora estuvieron tomando caipiriña con
caña brasilera y empezaron a discutir. Después del almuerzo pusimos a
hervir el agua para hacer morcilla y él le siguió buscando pelea a la
señora. De golpe agarró el cuchillo y se fue para ella. Empezamos a
correr alrededor de la mesa y en eso él le tiró al tacho a mi gurisito”,
detalló.
Con la angustia a flor de piel, agregó que el mismo Borges pateó el
tacho con agua hervida y el pequeño pudo reincorporarse y corrió al
arroyo.
La secuencia de terror incluyó la caída de ambas mujeres, instancia
que el sujeto aprovechó para tratar de apuñalar a su concubina por la
espalda, lo que hubiera logrado de no ser por la intervención de la
dueña de casa que le pegó con la remera mojada.
A todo eso, Siñori también observaba por la seguridad de su beba de
siete meses que descansaba en un changuito a un par de metros
Secuelas gravísimas
La mujer fue atrás de su hijo, lo tomó en brazos y corrió hasta el
camino vecinal en busca de ayuda. “Allá estamos lejos de todo, pero
gracias a Dios pasó un vecino”, recordó ante el Tribunal.
Fue Alberto Perinazo quien la asistió y la trasladó hasta el
hospital de El Soberbio. “El nenito sólo gritaba y lloraba del dolor”,
declaró el vecino en la instrucción.
Para completar un cuadro espeluznante, Borges se quedó un par de
horas en la chacra de Siñori y tuvo tiempo de amenazar de muerte a los
otros hijos de la mujer, tal como testificó Eric Alberto Dos Santos
(18).
“Borges dijo que si le denunciaban y él iba preso, cuando salía
tenía como para pedir prestado 15 rifles y nos iba a matar a todos”,
indicó el muchacho.
El pequeño Michael sufrió quemaduras en el 70 por ciento del
cuerpo, estuvo en riesgo de vida y permaneció varios días en terapia
intensiva.
Ayer, su madre recordó que “los médicos del hospital Madariaga
dijeron que si tardábamos 20 minutos más se moría porque llegó muy
grave. Le tuvieron que hacer mucho injerto de piel y todavía no quedó
bien”.
Incluso, tiene un serio compromiso en la zona genital, lo que marca
la gravedad de las secuelas físicas, aunque también perdura el daño
psicológico.
“Cuando se enteró de que yo tenía que venir acá me pidió que me
cuide mucho. Él primero pensó que tenía que acompañarme y se puso a
llorar porque le tiene terror a Borges”, mencionó Siñori.
Recursos defensivos
En la víspera, el defensor oficial Rolando Godoy insistió en
demostrar que su cliente no lanzó al pequeño dentro del tambor con agua
hirviendo, sino que se cayó en el charco que se formó al verterse el
líquido, aunque los testigos lo contradijeron. Por ello, solicitó un
careo entre la concubina de Borges y la mamá de la víctima, lo que está
previsto para la jornada de hoy. Al respecto, el médico forense Luis
Nicolás Ruiz Díaz, quien actuó como perito, confirmó que la criatura fue
ingresada al recipiente y descartó que se haya quemado en el charco que
dejó el agua al derramarse. Para Godoy fue extraño que Michael no haya
resultado con quemaduras en los pies, lo que tuvo una explicación
sencilla: al momento del hecho tenía puestas botas. En tanto, en la
requisitoria fiscal de elevación a juicio quedó certificado que Borges
“comprende la criminalidad de sus actos”, aunque subrayaron que “en
circunstancias similares podría volver a actuar de la misma forma”. El
defensor oficial también quiso tender un manto de dudas sobre la
condición de víctima de la concubina del sospechoso, argumentando que lo
visitó en su lugar de detención. El Tribunal es presidido por Francisco
Aguirre, secundado por Lilia Avandaño y José Pablo Rivero. El
ministerio fiscal está a cargo de Estela Salguero de Alarcón.
27 años primer juicio oral Misiones
El debate de la víspera coincidió con un 27° aniversario del primer
juicio oral y público realizado en la provincia de Misiones.
Precisamente, el 15 de mayo de 1992 el Tribunal Penal Uno de Oberá
inauguró dicha instancia judicial con el cuerpo que estaba integrado por
los magistrados Francisco Aguirre, Lilia Avendaño y Romeo Schwenberg.