El Territorio da a conocer a los diez nominados al Misionero del Año, la sexta edición del certamen impulsado por el decano de la provincia para rescatar las historias de las diferentes personalidades de la comunidad local. Una vez conocidos todos los candidatos, la votación para elegir a la terna finalista comenzará el martes 4 de diciembre, a través de la plataforma elterritorio.com.ar.

Veinte años cocinando para sus vecinos

“El comedor funciona con voluntarios y con el aporte y apoyo de la gente, gente a la  que no le sobra pero que comparte lo que tiene. Es un momento muy crítico, es alarmante lo que está pasando en los barrios con las familias que no tienen para comer”, señala Bety Olinda (56), referente del comedor Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, de la chacra 141 de Villa Cabello, una de las diez candidatas al Misionero del año por su gran compromiso social.  
Bety cocina solidariamente hace más de 20 años para los vecinos pobres de las barriadas del oeste posadeño. Para procurar los ingredientes con los que prepara dos ollas de lunes a lunes, amasa pan casero, pan dulce, churros, alfajores, que se venden para costear carne y verduras.
Este año, según dijo la mujer a la que todos acuden por un consejo, fue uno de “los más difíciles que yo recuerde”. Y describió que la hora de servir las raciones “a veces se vuelve bastante estresante; el comedor asiste a 60 familias numerosas y también a otros que vienen y necesitan. Por ahí al ver tantas fuentes, hay personas que se ponen nerviosas, piensan que no va a alcanzar y la verdad es que hacemos malabares para que nadie quede sin el pan”.
El comedor se sostiene con donaciones, con ayuda de la iglesia en cuyo predio funciona y sobre todo con la elaboración de panificados que Bety y un grupo de madres sale a vender casa por casa.
Sobre su postulación a Misionero del año, reflexionó: “Agradezco este reconocimiento, llega en un momento en que estamos teniendo un trabajo que nos desborda por la cantidad de gente que está desocupada, que tiene a sus hijos enfermos, que no tiene una galleta para darles, entonces servimos también el desayuno, tratamos de dar una fruta, para que los chicos estén bien alimentados”.
El comedor de la Medalla se emplaza en avenida Eva Perón casi Almirante Brown y este año duplicó la cantidad de comensales, mientras que crece la lista de espera para acceder a una porción.

“Desde el arte se puede trabajar para la unión”

Joselo Schuap es uno de los diez candidatos al galardón Misionero del año que otorga El Territorio por sexto año a las personalidades que se han destacado por su labor en la comunidad.
Reconocido cantante, compositor y gestor cultural, es además un rescatador de las historias urbanas y defensor de la selva misionera, banderas que suele hacer poesía. Toma a su vez una posición activa en el respeto a la diversidad cultural y la defensa de los olvidados.
Convencido buscador de soluciones colectivas, promueve el trabajo en red entre artistas y este año impulsó la peña Misionero y Guaraní, que se convirtió en un escenario abierto para músicos de todos los géneros.
Sobre su postulación, que llegó a través de la gente, reflexionó: “Esto me toma de sorpresa porque hay tanta gente haciendo cosas desde tantos ámbitos. Lo que sí puedo decir es que desde la cultura, desde el arte se puede trabajar para la unión”, y añadió: “En un tiempo en que la institucionalidad está siendo cuestionada, que hay tanta violencia por todos lados, desde la música, desde la poesía se promueven valores y desde ese lugar siento que un artista es útil”.
Ponderó: “Hoy la batalla es cultural, frente a tanto avasallamiento, frente a la exclusión; desde la canción, desde la guitarra, tenemos una herramienta para resistir y eso no es poco, creo que todo se puede decir dentro de la canción, entiendo que el arte es un espacio de construcción social”.