#Anuario2018: El Negro Rojas y el fin de sus años prófugo

lunes 31 de diciembre de 2018 | 18:00hs.
#Anuario2018: El Negro Rojas y el fin de sus años prófugo
#Anuario2018: El Negro Rojas y el fin de sus años prófugo
El 13 de agosto fue el día en que la Policía le puso fin a la larga clandestinidad de uno de los delin-cuentes más peligrosos de la provincia: el paraguayo Néstor Fabián ‘Negro’ Rojas (52).

El sindicado narco y múltiple homicida paraguayo que registraba un pedido de captura interna-cional por el doble crimen de Sebastián Vega (35) y Rodrigo Ibarra (37), cometido en diciembre de 2015, fue detenido ocho días después de -fiel a su estilo- otro asesinato que le adjudican.

Después de varios años de manejarse en sigilo por la oscura clandestinidad, Rojas volvió a quedar en la mira de los pesquisas por el crimen de un conocido suyo, el mecánico Aldo Canteros (33), ultimado de cuatro balazos en su propia vivienda de Gobernador Roca, donde además los inves-tigadores encontraron casi dos toneladas de marihuana ocultas en una galponcito.

La pista narco floreció entre los sabuesos de la Policía, quienes comenzaron a indagar por todas partes y en pocas horas consiguieron una prueba que dejó boquiabiertos a casi todos. En las gra-baciones de seguridad de un local comercial de la zona los investigadores encontraron una ima-gen de la víctima haciendo la fila para comprar un corte de asado para comer ese mismo domingo 5 de agosto en que fue asesinado.

Pero eso no fue lo que sorprendió a todos, sino que el pavor vino cuando prestaron atención a quién era su compañía en el local. Ni más ni menos que Rojas, sobre cuyas espaldas pesaba un pedido de captura internacional.

Tras conocer esto, los pesquisas se manejaron con cautela y con el mismo sigilo que el buscado había tenido durante todos estos años prófugo. El paraguayo ya había escapado en varias opor-tunidades y esta vez no podía volver a suceder.

Por fortuna no sucedió y el gran golpe finalmente llegó. Amparado por la impunidad que creía tener, una semana después del hecho Rojas arribó a Posadas para concretar la transacción de tres kilogramos de cocaína a un grupo de entrerrianos que llegaron exclusivamente para buscar la droga.

Con documentos apócrifos, Rojas se alojó junto a su novia en un conocido complejo de cabañas. Los entrerrianos hicieron lo mismo. Los investigadores tenían todos los datos y no dejaron esca-par la oportunidad.

Mediante un espectacular operativo táctico ejecutado entre el personal de la Dirección Homici-dios, el Grupo de Operaciones Especiales (GOE), comisarías locales y la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic), el sicario fue acorralado y reducido prácticamente sin posibili-dad de ofrecer resistencia.

Independientemente del valor periodístico de la fotografía, su imagen esposado y en manos de la Policía era también la más buscada por la sociedad, que ahora respira un poco más tranquila a sabiendas de que uno de los asesinos a sueldos más temidos de los últimos años ya no camina ni se camufla entre ellos.