2022-08-27

Aniversario de Apóstoles: el sueño de progresar

Por Sol Canela Orué

Docente e investigadora

La colonización e inmigración fueron un factor muy importante para el desarrollo y crecimiento de Misiones. Entre 1890 y principios de 1900, la inmigración polaca fue una de las más grandes, junto con la de alemanes e italianos. Venían por la promesa de tierras para colonizar por parte del consulado argentino.  
En principio, el primer destino elegido fue Brasil, pero al llegar se encontraron con la siguiente orden: “Todo barco que viene de Europa siga viaje a la Argentina para no tocar los focos de fiebre amarilla”.
Es así que siguieron viaje y llegaron a Buenos Aires el 8 de junio de 1897, hecho por el cual se conmemora esa fecha como el Día del Colono Polaco (ley 24.601 del 2 de enero de 1996).


Una vez que llegaron a Buenos Aires, obtuvieron la ayuda, con intermediación del gobernador de Misiones, Juan José Lanusse, quien solicitaba agricultores polacos y ucranianos para dar inicio a la primera colonización programada en el sudeste de Misiones o , como se la denomina, Colonización Oficial.
“Llegaron por el río a Posadas y desde allí en carro hasta Apóstoles. Te podés imaginar que en esa época la zona de Apóstoles era selvática y bastante complicada” (entrevista a miembros de la Colectividad Polaca de Oberá, 2016).
El 27 de agosto de 1897 la vida monótona de este pequeño pueblo se vio sacudida por la llegada de seres muy distintos a los que allí habitaban, ese día quizá sin saber, estaban refundando la ciudad de Apóstoles, que había sido fundada el 29 de junio de 1638 por el padre Alfaro, con el nombre de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y destruida por los bandeirantes al mando de Chagas el 7 de abril de 1818.
Cuando los polacos llegaron a Apóstoles se encontraron con que estaba habitada por un pequeño pueblo que se había originado con la explotación de yerbales y naranjales jesuíticos, algunos paraguayos y brasileños que  aprovecharon los restos de las reducciones para asentar las bases de sus hogares y establecerse allí.
La etapa de adaptación para los inmigrantes fue muy dura por las diferencias climáticas y culturales con relación de la región que provenían: “Esto verdaderamente es el infierno, hasta la tierra es colorada” (Los inmigrantes Polacos y su primer pan de maíz, 2002).


Asombrados por todo lo que veían a su alrededor, estaban decididos a luchar contra la tierra colorada, cubriéndola con varios cultivos. Es necesario entender que estos nuevos pobladores no tenían ninguna experiencia en el manejo de suelo en condiciones subtropicales y elevadas temperaturas, además debieron enfrentarse al desafío de aprender un nuevo idioma…un gran dilema, pero no se desanimaban sino que se esforzaban por adaptarse a lo nuevo.
El gobierno ayudó a estas familias  y a las que siguieron, proporcionándoles herramientas de trabajo, semillas, alimentos, animales y, por sobre todo, hectáreas que en Europa no podían obtener.
Esas tierras estaban destinadas a la colonización oficial impulsada por el presidente Roca y el gobernador Lanusse.
En el libro de Inspección General de 1910 de la Colonia Apóstoles se encuentran detallados los lotes con sus características. Estas inspecciones fueron rescatadas de una quema por Miguel Ángel Stefañuk (cartógrafo y autor misionero) y donadas a la Biblioteca Nicolás Yapuguay.


Un punto a aclarar es que en la Inspección figura la mayoría de los colonos como rutenos-austríacos y una minoría aparece como polacos.
En una entrevista realizada al señor Stefañuk, aclara que ‘austríaco’ era sinónimo de polaco en aquel momento, ya que estaban dentro de lo que era el Imperio Austro-húngaro, así es que aparecen con pasaporte austríaco y esto puede ser motivo de confusión, por eso vale la aclaración.
Según el censo de 1895, Apóstoles tenía 295 habitantes en el pueblo, en menos de seis años la población se multiplicó por la llegada de familias europeas. Para 1901 llegaron 655 familias, como Apóstoles estaba creciendo rápidamente, se destinó para el asentamiento una zona que se extendía hasta el río Uruguay, Azara.
Cerrando esta pequeña reseña de la historia de Apóstoles nos damos cuenta de que el ser humano es capaz de resistir y adaptarse a un nuevo entorno a fin de alcanzar sus sueños de libertad y desarrollo personal, y de esto son un ejemplo aquellas primeras familias polacas que con trabajo y la voluntad de salir adelante y, recomenzaron  en estas tierras alejados de su lugar natal.

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